Puerto humano

Archipiélago al norte de Suecia, o lo que es lo mismo, al Norte del Norte. Frío a cascoporro. Frío inimaginable para una mediterránea como yo. Frío desconocido y al que no tengo gana ninguna de conocer. Frío que hiela el mar, el alma y el sentido común.
Dentro del archipiélago una isla: Domaro.
¿Qué tiene de especial? Pues que, según la tradición oral, en un pasado bastante lejano, hizo un pacto con el mar. Bueno, la isla no, los habitantes. Los isleños dijeron "queremos ésto" y el Mar contestó "Y yo aquello". Y aquí lo dejo.
Bueno, vamos a la historia: Anders y Cecilia organizan una excursión al faro un día de mucho mucho frío, tanto que pueden ir esquiando por el mar. Con ellos va Maja, su hija, seis añitos, y encantada de haberse conocido y de poder iniciar esa aventura.
En un momento dado, arriba del faro y enamorados de los juegos del luz del prisma del mismo, Maja dice que se va a investigar.
"No te vayas muy lejos"
"¿Dónde va a ir?" Cosa que también es verdad porque alrededor del faro solo hay km y km de mar congelado, o sea, de hielo.
Anders ve el buzo rojo, mira el juego de luz, vuelve a buscar el faro y... ¡Oh! Ya no está. Así de golpe. Ahora si, ahora no.
Partidas de búsqueda y toda la parafernalia.
Tres años después, y con el divorcio a cuestas, Anders vuelve a buscar a Maja.
Y pasa lo que pasa cuando te pones a buscar cosas que tienes que dejar perdidas: que encuentras lo que no debes.
Ya no voy a contar mucho más de la historia porque han sido 448 páginas de altibajos narrativos (emocionales poco, la verdad).
La historia pasa de interesante a reiterativa en solo unas frases, para retomar la tensión unas páginas más adelante.
No era lo que buscaba.
No era lo que esperaba.
No podría indicar porcentaje exacto de partes que..., bueno, se pueden leer, y partes que ¡Uf!, que pesado se pone este hombre.
Solo puedo decir, y sin ánimo de equivocarme, que a mi, que soy la que da la opinión, me ha costado llegar al final.
Cada vez que cogía el Ipad creía ver como se incrementaba el número de páginas para el "The End" (y eso si es cosa de magia)
En fin, que no acababa nunca.