SoledadM29 October 2017
Yo era un adolescente en aquel tiempo Tenía apenas dieciséis años y ya no me acordaba de mi infancia Estaba a dieciséis mil leguas del lugar de mi nacimiento Estaba en Moscú, en la ciudad de los mil y tres campanarios y de las siete estaciones Y no me bastaban las siete estaciones y las mil y tres torres Porque mi adolescencia era entonces tan ardiente y tan loca Que mi corazón, alternativamente, ardía como el templo de Éfeso o como la Plaza Roja de Moscú Al ponerse el sol. Mis ojos iluminaban antiguos caminos. Y era yo tan mal poeta Que no sabía ir hasta el fondo. El Kremlin parecía un inmenso pastel tátaro de crujiente corteza de oro Con las grandes almendras de las catedrales tan blancas y el oro meloso de las campanas... Un viejo monje me leía la lyenda de Novgorod... Yo tenía sed Y descifraba caracteres cuneiformes De repente, las palomas del Espíritu Santo alzawONw vuelo sobre la plaza Y también mis manos echaron a volar con un rumor de albatros y tales son las últimas reminiscencias del último día Del último viaje Y del mar. + Lire la suite |