Macabea16 April 2023
Las golondrinas de los tártaros El cielo es mi montura. Lo he soñado: era pasado el mediodía. Los tártaros avanzaban bajo mí y bajo el cielo: nada veían más allá de sus jaimas bien plantadas. Nada sabían del futuro de nuestros rebaños, a merced del invierno inminente. La tarde es mi montura. Como golondrinas, los tártaros escondían sus nombres en los tejados de las aldeas, dormían apacibles entre nuestras espigas, sin soñar con después del mediodía, cuando el cielo vuelva a los suyos poco a poco en la tarde. Tenemos un único sueño: que el aire pase como un amigo, difundiendo el olor del café árabe por las colinas expuestas al verano y al forastero… Yo soy mi sueño. Cada vez que mi pecho se encoge, como una golondrina extiendo las alas. Soy mi sueño… Entre la multitud, me ha bastado con mirarme al espejo, preguntándome por los astros que deambulan a los pies de quien amo… En mi soledad hay caminos para el que peregrina a Jerusalén —sobre las piedras, palabras arrancadas como plumas. ¿Cuántos profetas necesita la ciudad para preservar el nombre de su padre y acabar claudicando: caí sin combatir? ¿Cuántos cielos combina con cada pueblo para que le quede bien su chal carmesí? Oh sueño mío… ¡No nos claves así la mirada! ¡No seas el último mártir! Temo por mi sueño y me asusta el fulgor de la mariposa y las manchas de mora del relincho del caballo. Por él temo al padre y al hijo, y a los que pasan por las orillas del Mediterráneo buscando dioses y el oro de sus predecesores; por mi sueño me dan miedo mis manos y una estrella que aupándose a mis hombros espera el canto. Tenemos, nosotros, pueblo de noches antiguas, nuestros ritos para ascender a la luna de la rima. Creemos en nuestros sueños y mentimos a nuestros días —no todos nos acompañan desde que llegaron los tártaros. Pero ya se preparan para marcharse, ¡y se dejan detrás nuestros días! Dentro de poco bajaremos a poblar nuestros campos. Haremos banderas con sábanas blancas. Si hemos de tener bandera, que sea así, limpia de símbolos que la arruguen… No nos movamos, no echemos a volar nuestros sueños detrás del carromato del forastero. Tenemos un único sueño: dar con nuestro sueño, como cada muerto con su estrella. + Lire la suite |