Podemos fabricarte

Podemos fabricarte ha resultado para mí una decepción total. Lo de menos es que no resultase lo que yo esperaba. Lo demás es que no ha conseguido engancharme en ningún momento, tal vez porque la temática que desarrolla la novela no me atrae para nada.
Es cierto que del autor de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Esperaba una novela de semejante corte en la que se abordara como la hace la anterior la relación entre la humanidad y las criaturas artificiales, máxime cuando en esta novela se trata de la construcción de dos modelos de androides a los que se da la forma de dos personajes históricos reales: Stanton y Lincoln, personajes fundamentales en la historia de Estados Unidos.
Dejando a un lado que como lector tienes que admitir que los fabrican porque sí, porque ni la tecnología ni los avances científicos de la época en la que está escrito permiten hacerlo, lo cierto es que la fabricación de dichos personajes solo es una excusa de la trama para presentarnos una guerra comercial entre los pequeños fabricantes que han hecho posible esos seres y un riquísimo magnate que intenta a toda costa quedarse con su obra.
Es verdad que sirven como contraste para hablarnos de dos seres creados que pueden ser mucho más humanos que los propios humanos, porque la frialdad de algunos personajes de esta novela asusta.

Finalmente, resulta que la novela más que de robots va de trastornos psíquicos, que es lo que al autor le interesa. Si repasas la biografía de Philip K. Dick, no esa nota escueta que he puesto y que es la que facilita la editorial, verás que en su vida el estaba convencido de padecer esquizofrenia y desde luego era un paranóico.
Por eso la novela nos habla del auge de las enfermedades mentales en Estados Unidos y la existencia de una ley y unos tests para detectar dichos enfermos y someterlos a tratamiento, como ocurre con algunos de los protagonistas de esta novela.

Tampoco me ha ayudado no poder empatizar con ninguno de los protagonistas y ver como el principal, que es el que hace de narrador, está bajo el influjo de una relación tóxica y destructiva, que es la otra parte del argumento de la novela. Una relación que solo puede llevar a la destrucción física y mental del que se ha dejado arrastrar por ella.

No estoy diciendo con todo lo anterior que la novela sea mala, ni mucho menos. Simplemente que no he podido disfrutar de ella como lo había hecho previamente con otras novelas del autor. de ahí una nota tan baja.

Antes de empezar a leer este libro sabía que me iba a encontrar con una historia de ciencia ficción mezclada con algo de psicología por lo que cuenta la sinopsis, pero aun así me ha sorprendido bastante.

Se trata de un libro que evoluciona, y no me refiero sólo a que los personajes y la historia evolucionan y no son los mismos al inicio que al final, como ocurre en la mayoría de veces.
El libro mismo cambia.
Me explico.

Al comenzar nos encontramos con una historia de ciencia ficción, donde el ser humano ha conquistado la luna y están empezando los planes de colonizarla, hay vuelos cohete que te permiten viajar miles de kilómetros en una hora y, recientemente, unos nuevos robots (androides) capaces de actuar por completo como un humano de carne y hueso, capaces de pensar por sí mismos, con sus propio problemas filosóficos y psicológicos, comer, etc. A parte de otras cosas de menor importancia.

También nos habla de historia, concretamente una época importante para Estados Unidos: la guerra de Secesión. Ya que los simulacros (así es como los llaman) que crean son personajes muy importantes de esa época.

Después el libro evoluciona y, sin dejar atrás los temas que he mencionado, nos habla de filosofía; de amor (pero de este tipo de amor tan tóxico que es insufrible) y finalmente nos habla de psicología, pero de una forma que resulta sencillo e interesante para el lector. A mí al menos me ha resultado interesante, quizá porque siempre he sentido cierta curiosidad por saber cómo funciona nuestra mente, aunque no lo suficiente como para estudiarlo.

Me ha sorprendido también descubrir en este libro la cantidad de tipos de esquizofrenia que existe. Además en este mundo creado por Dick, la esquizofrenia es algo tan normal en el día a día de la sociedad que a nadie le sorprende que un conocido o un familiar haya tenido que ingresar en un centro especializado, es más, hasta se hacen campañas y publicidad sobre esto y nuestro protagonista conoce a muchísima gente que ha sido ingresada (unos durante más tiempo que otros).

Con este libro he aprendido un poquito de varias cosas: historia americana, filosofía, psicología, finanzas (sí, también se habla un poco del mundo de las empresas)…
No lo suficiente como para conocer bien estos temas, pero sí a modo de empezar a interesarte si no te interesaba ya.

Del final os diré que no me lo esperaba exactamente así., creía que iba a acabar peor, más dramático o fatalista. Pero este final me ha gustado, aunque me ha dejado alguna que otra pregunta.

Gracias a Masa Crítica por el ejemplar.

RESEÑA EN EL BLOG:
Enlace: https://mitesorolibros.blogs..

La empresa de órganos musicales eléctricos de Louis Rosen está actualmente en decadencia y, como último recurso, fabrican una réplica robótica perfecta de Abraham Lincoln. El problema es que la empresa está influenciada por un empresario con distintos ideales que quiere utilizar a Lincoln para su propio beneficio. Por otro lado, Rosen busca el consejo de Lincoln para cortejar a una mujer que ha tenido (¿o tiene?) problemas mentales y que no comprende nada bien las emociones humanas.

Nos encontramos ante una historia compleja y se nos muestra un mundo donde la tecnología ha avanzado muchísimo. Hablaremos con el robot del difunto Lincoln y creeremos que es tan humano como todo nosotros. Por otro lado, también viviremos el caso contrario: conoceremos a humanos que bien pueden ser robots. Esta es la base de toda la historia, pero nos os preocupéis porque no se quedará estancada, irá evolucionando poco a poco hasta llegar al final. El desenlace me gustó porque no es el típico final al que nos tienen acostumbrados y creo que ha sido el adecuado.

Los personajes están ahí y lo sabes, pero al que más conoceremos es a nuestro protagonista y será de los pocos con los que empatizaremos en un principio. Después sufre una evolución que igual nos hará cambiar de opinión. A grandes rasgos, todos los personajes tienen su fuerza, así que no os aburrirán en ningún momento.

En este libro hay tanto diálogos como reflexiones, aunque son estas últimas las más abundantes. Igualmente todo se da en su justa medida. Si os gusta filosofear, seguro que os divertiréis mucho con los comentarios.

Podemos fabricarte es un libro que no solo toca la ciencia ficción, sino que también nos habla de otros diversos temas como son la filosofía, la psicología, las enfermedades mentales, la historia y el mundo empresarial. Es una lectura que nos lleva a reflexionar y a cuestionarnos sobre la evolución de las máquinas y sobre las enfermedades mentales, entre otras cosas.

En general, ha sido una buena lectura. Si mi nota ha bajado ha sido porque siento que la organización del libro no ha resultado la correcta. Además, ciertas partes románticas han sido un poco impulsivas y no he logrado conectar mucho. No estoy diciendo que esté mal ni mucho menos, de hecho, es muy importante para la trama todo el tema romántico porque da pie a indagar en la obsesión y la locura del ser humano.

El estilo del autor es complejo y su pluma nos introduce una cantidad de información importante en cada frase. El autor siempre dice más de lo que parece al principio. Su vocabulario es rico y culto y esto nos facilita mucho a la hora de comprender los conceptos. Ha sido mi primer contacto con el autor y he quedado fascinada.

Podemos fabricarte es un libro que os recomiendo si sois unas mentes inquietas y os gusta leer ciencia ficción.
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