Pirómides

Estamos en el reino de Djelibeibi, donde abundan monumentales pirámides y nada ha cambiado en 1500 años de historia. Hasta ahora.

Teppic hereda el trono justo cuando obtiene el título de Asesino del Gremio de Asesinos de Ankh-Morpork, una ciudad totalmente diferente a la suya (en todos los aspectos). El faraón ha muerto y debe sustituirle para continuar su reinado gobernando sabiamente… o al menos eso creía.
Y es que ser faraón no va dado de la mano con regir sus dominios.

En contra a lo que Pratchett nos tiene acostumbrados, esta vez divide su novela en cuatro Libros. El primero, “El Libro del Gran Mundo”, transcurre mayormente en Ankh; nos cuenta cómo la vida de Teppic como estudiante en el Gremio de Asesinos da un giro de 180 grados por el fallecimiento de su padre.
El segundo, “El Libro de los Muertos”, nos muestra cómo el chaval pretende gobernar, ayudado (¿o más bien obligado?) por Dios –sí, tal cual- dejándonos escenas bastante divertidas en las que participan ellos y los discípulos del reino. Deben encargar la construcción de una pirámide en la que enterrar al faraón y esta debe ser monstruosa, ya que así lo quería el difunto… ja.
En el tercero, “El Libro del Hijo Nuevo”, el autor cuenta cómo la historia se embarulla de tal manera que desemboca todo por otro lado que no debería ser el correcto (según Dios, claro).
El cuarto recibe el nombre de “El Libro de las 101 cosas que puede hacer un muchacho”.

Una trama rocambolesca en la que se parodian filósofos célebres, títulos de novelas clásicas de ciencia-ficción e incluso las guerras troyanas. El autor –que me encanta- nos deja diálogos buenísimos que vienen de la mano de personajes como su protagonista, su Dios, sus sacerdotes e incluso otros la mar de carismáticos (véase Maldito Bastardo), entre escenas realmente divertidas sobre la construcción de una pirámide, el embalsamamiento y demás variedades.

Si alguien puede dar una explicación diferente y original a la mitología egipcia y a su historia, es este hombre.
Enlace: http://locaporincordiar.blog..

Aunque, me he reído más que con Mort, la verdad es que Pirómides me ha gusto menos. Se me ha hecho un poco largo y todo lo relacionado con las dimensiones me ha costado pillarlo. Por otro lado, me han encantado las referencias y las sátiras con respecto a la sociedad egipcia y griega antigua, sobre todo las griegas me han sacado muchas sonrisas.
Pensaba que este libro se iba a centrar más en el Gremio de Asesinos pero, solo son las 100 primeras páginas del libro, me he quedado con muchas ganas de descubrir más de Ankh-Morpork también.

El final ha sido un poco soso, en mi opinión. Y creo que podrían haberle sacado más partido a Maldito Bastardo.

Terry Pratchett vuelve a demostrar que sabe mezclar humor y aventuras en una misma historia, y todo ello escrito de manera impecable, que ya les gustaría a muchos otros autores de fantasía "serios" llegar al nivel narrativo de Pratchett.