París 2041

Un libro interesante digno de leerse en los tiempos que corren, me ha dejado cierto sabor agridulce pero no puedo decir que no he disfrutado con muchas de sus partes.

La novela de Ezequiel Szafir nos traslada a un futuro no muy lejano de nuestra actualidad. Un París en el año 2041 bajo un régimen dictatorial que se muestra como el salvador de los principales problemas que afectan a la sociedad tales como la economía y el terrorismo de los grupos radicales. Un gobierno que tras los continuos atentados decide cercar los distritos de la ciudad donde sus habitantes son de origen extranjero (árabes, judíos, subsaharianos, etc), denominando a dicho enclave la Zona Libre. Para entrar y salir de esta zona hay que pasar por controles de seguridad de muy alto nivel y la vida dentro es todo lo contaría a lo que significa la palabra libertad, podríamos decir que es un autentico gueto. (Restricciones de productos habituales, vigilancia constante a través de drones, prohibición de usar los móviles, etc)

En este escenario donde muchos han visto una sociedad distopía con total acierto el autor nos narrara principalmente las andanzas de tres personajes como Antoine, Nicholas y Farida, pertenecientes a la resistencia y cuya lucha va encaminada a conseguir una Francia libre del yugo que los esclaviza y que los sume en una sociedad sin libertades y lejos de la que disfrutamos ahora.

La historia y su desarrollo me ha parecido interesante, creo que estos temas nunca está de más leerlos porque el autor parte de ciertos hechos reales de sobra conocidos para construir un posible futuro que aunque nos parezca imposible, el se encarga de recordarnos que otros pensaron lo mismo cuando el partido nazi subió al poder.

Con un trasfondo que nos recuerda demasiado a historias como 1984 de George Orwell o incluso la saga de comic de Alan Moore titulada V de Vendetta con constantes referencias al hermano mayor, ojo que todo lo ve, música clásica como vía de escape y revoluciones populares, el autor consigue despertar la imaginación del lector con sus simbolismos, su estética y los sentimientos de represión, falta de libertad y de injusticia en un mundo donde al final siempre salen perdiendo los mismos, para beneficio de los supuestos salvadores de la patria. Una historia que nos representa con bastante fiabilidad dentro de las hipótesis de hasta dónde puede llegar el ser humano para abandonarse a convivir e imponer reglas en pos de la pureza y la estratificación de la sociedad. Szafir deja claro en todo momento que por mucho que intenten culpar a la mezcla de culturas y de razas, al final nos dirigimos hacia un mundo plural, de hecho creo que ya es toda una realidad. Un libro que contiene autenticas joyas como los discursos enardecidos y meticulosamente programados de un comandante con un mensaje caduco y muy similar al de todos los dictadores de la historia vengan de los ideales que venga, salvar a una patria de sí misma negándole la libertad al ciudadano que afirman han perdido y vienen a devolver.

Una historia que gana más enteros en su parte distopica que en la de sus personajes, los cuales para mi gusto se han quedado a medio dibujar en algunos momentos, con datos quizás que ya se dan por supuestos y que el lector tiene que intuir y lo que más me ha costado digerir, una historia de amor entre los dos miembros de la resistencia que nunca llegué a creer y menos comprender como pudo originarse.

A pesar de sus claroscuros la novela merece la pena para todos aquellos que quieran comprobar hasta donde puede llegar el fanatismo y la estupidez humana, hará las delicias de aquellos que les gusta la historia y que al final por muy de un sitio que se sienta uno como decía Unamuno "El nacionalismo es la chifladura de exaltados echados a perder por indigestiones de mala historia."

Un libro con mensajes y un trasfondo cargado de fuertes dosis necesarias de publicitar pero que tal vez use un vehículo como el de sus personajes que va a una velocidad menor de la que sería necesaria.

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Una de las novelas más duras que he leído y no solo este año, sino desde que tengo memoria ha sido París 2041, con solo el título la mayoría pensará en la ciudad de la luz, en la ciudad del amor, pero Ezequiel Szafir nos transporta a un París de un futuro próximo donde se ha instaurado un nuevo orden.

París ya no será lo que es, la ciudad está dividida en dos zonas, una donde viven los franceses de cepa y cuyo gobierno les vende la hegemonía de la raza y de las creencias religiosas y por otro lado nos encontraremos con la Zona Libre, que es precisamente todo menos eso, es donde viven los musulmanes, los judíos, todos aquellos que se salen de los cánones del gobierno. Viven recluidos en sus guetos con lo imprescindible y con la llama de la esperanza extinguiéndose.

La novela está construida sobre todo desde el punto de vista de la Resistencia en la personificación de dos jóvenes Antoine y Nicholas, dos personalidades distintas a la par que se juegan su vida por ayudar a la Resistencia a obtener lo que necesiten para la llegada del D, el día en que todo cambiará y la libertad regresará o París será pasto de la muerte.

El juego de la política europea tiene su peso en el nacimiento de la Unión Europea y como los estados miembros han ido anexionando ideales o han sido separados por ellos.

Ezequiel Szafir me ha sorprendido, su novela muestra como la historia tiende a repetirse pero que a su vez no tolera a los dictadores, que cuando un conflicto empieza por motivos religiosos estos se extienden hasta abarcar todas las creencias, unos contra otros y olvidando la individualidad de las personas.

Cuando empecé a leerla pensé que era un poco más de lo mismo, un futuro distópico donde la maldad de unos pocos se instaura sobre una mayoría, pero quede absorbida entre sus páginas, estaba siendo llevada hacia las calles de un París donde cada persona está vigilada por la autoridad, donde la libertad de expresión esta suprimida y donde las personas que no piensan como los demás son aniquiladas, subyugadas y recluidas.

Su narración me ha mantenido con el corazón encogido y la piel de gallina, sus descripciones son tan gráficas, tan realistas y detalladas que sientes no merecer el mundo en el que vives cuando piensas que aunque sea una ficción hay lugares en el mundo que se hayan en disyuntivas parecidas.

Quiero puntualizar que se trata mucho de más de lo que se podría pensar, no es solo una crítica social, una vez leída toda veo que se trata de una oda a la libertad, a la amistad, a igualar las diferencias, a amar a aquel que es diferente y a mantener la llama de la esperanza encendida por un mundo mejor.

Ediciones B nos llama a pensar, a profundizar en nosotros mismos y nos regala una pesadilla que puede tener un final mejor.

He intentado no dar ningún spoiler, aunque me muero de ganas de contaros como personajes secundarios y de la Resistencia van dándonos piezas de un rompecabezas que resulta apabullante.

Una novela en la cual me ha costado mucho mantener alguna página sin una anotación, parece construida sobre sentencias y verdades.

El punto más sentimental para mi gusto se establecerá en la relación romántica de Antoine y Farida, una joven musulmana de la que se enamorará solo viendo sus ojos y la relación de Antoine con el pequeño Zac, puntualizo el pequeño adulto Zac. Ellos son el faro que ilumina la novela hacia un destino mejor.

Bienvenidos a una novela que cambiará a más de uno.

¿Es un futuro apocalíptico o premonitorio? ¿Estamos realmente condenados?
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