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ANTONIO J.; DESMONTS GUTIERREZ (Traductor)
ISBN : 8491050825
280 páginas
Editorial: PENGUIN CLÁSICOS (03/09/2015)

Calificación promedio : 3.62/5 (sobre 216 calificaciones)
Resumen:
Los mejores libros jamás escritos Otra vuelta de tuerca está considerada la historia de fantasmas por antonomasia y un hito insoslayable en la historia de la literatura universal. Henry James consigue trazar una imponente novela de suspense en la que lo natural y lo fantasmagórico se confunden en el misterio. Protagonizada por una joven institutriz al cuidado de dos niños en una mansión victoriana, a lo largo de la narración intervienen presencias y personajes ... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (87) Ver más Añadir una crítica
MerMM
 29 September 2022
Otra vuelta de tuerca es una historia de fantasmas, el caso es que es un libro difícil de valorar desde la perspectiva del siglo XXI y más teniendo en cuenta que a día de hoy aún no he leído ningún libro que me dé realmente miedo.
El primer problema que me he encontrado es a nivel narrativo, tal vez culpa de una mala traducción, pero en cualquier caso he tenido que releer párrafos enteros porque al hombre le gusta meter subordinadas dentro de subordinadas y cuando regresas al hilo de la narración ya no recuerdas de qué estaban hablando anteriormente. Alguien más versado que yo en este género me indicó que es habitual este tipo de escritura en las novelas góticas de la época… pero lo poco que he leído (Lovecraft y Poe) no me han parecido tan rebuscado (Poe un poco pedante tal vez, pero no rocambolesco en lo narrativo).
La historia es muy naif, una institutriz tiene que cuidar a dos niños adorables, ella es joven e inexperta (o eso dice el autor) se enamora de su empleador (por inspiración divina porque apenas hablan) y este le hace prometer que no lo molestará por nada del mundo (norma que ella decide no desobedecer por encima de cualquier consecuencia)... Hay además una gobernanta muy crédula que le da coba, reconozco que el personaje cumple, pero se le podría haber sacado taaaanta chicha que da pena ver que se queda en lo básico.
Luego hay fantasmas por en medio, que son malos malísimos (porque la protagonista lo siente así, información que, supongo yo, saca de la misma fuente de inspiración por la que se enamoró de su jefe) con el mismo método científico saca la conclusión que los niños están en peligro y ella debe salvarlos.
Creo que con esto ya habéis llegado a la conclusión que el libro no me ha entusiasmado, pero como ya he dicho al principio, es muy probable que en su momento fuera una historia innovadora, esos niños tan buenos y adorables a mí me dieron grima desde el principio, pero es posible que a los lectores del siglo XIX no hicieran esa asociación de ideas aún.. y estoy bastante segura que la falta de originalidad se debe a que ha sido inspiración de muchos otros libros que se escribieron posteriormente así que por ello no puedo ponerle mala nota.

PARA QUIEN: Arqueólogos del genero gótico que les interese las historias de fantasmas.
LO MEJOR: La ambientación, es capaz de trasmitir cierta sensación de angustia a pesar que supuestamente lo que describe es bonito.
LO PEOR: la falta de justificación de los recursos literarios, la mayoría de sucesos importantes no tienen causa aparente, más allá de lo que la protagonista intuye.
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rafaperez
 22 June 2022
Tuerquing: acción de leer a Henry James sin que se te caiga la boina. ( no confundir con twerking, que es lo mismo pero meneando el trasero y muy poco aconsejable para los que empezamos a tener un colgajo allá donde habitó un culo)

Por mucho que busco no encuentro la tuerca, ni la vuelta y si me apuras, ni el tornillo.

Nouvelle de fantasmas, lo mejor que he leído del autor hasta la fecha y sin embargo sigo sin encontrarle al buen señor lo que muchos aplauden.

Una nueva institutriz llega oliendo flores y más feliz que la cabra de Heidi, suspirando pedos de algodón por aquel que la contrató para hacerse cargo de sus sobrinos.

Niños refinados, cariñosos, educadísimos y una ama de llaves servil, pintan un engañoso retrato que no tardará en volverse sombrío.

El problema es que pese a estar muy bien escrito y argumentado James da menos miedo que Bambi, y aunque los tiempos están perfectamente manejados falta intensidad.

El elemento más perturbador se encuentra en los dibujos de su versión ilustrada que además de no concordar con el relato, ( James dice que el niño sonríe y tiene una cara de susto que se te afloja el esfínter) tampoco es que sean dignos de admiración.

El final tan impactante como abierto, ahí te lo deja, no explica nada más y ya tenemos el lío armado. Hagan apuestas para la interpretación. Cualquier idea es plausible.

Cuidado, el texto me gustó, tiene su aquel.
Las conversaciones entre institutriz y Miles ( el niño) son muy interesantes, sin duda lo mejor del libro junto a la recreación ambiental.

Completa el libro un pequeño ensayo sobre la obra del autor donde se analiza la interpretación de este y otros textos, quizá la vuelta de tuerca la tengan precisamente estos clarividentes, pues sus propuestas en mayor medida, rozan lo alienígena.

No termino de enamorarme del autor, canta bien y desafina mejor.
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entresomnis
 28 December 2022
Con un ambientación impecable la protagonista de esta historia llega a Bly para ejercer de institutriz de dos niños, Miles y Flora. Con perfectas descripciones sobre los interiores de la casa, empezamos el relato imaginando que se trata de la típica historia de fantasmas, casas embrujadas y misterios que resolver. Pero eso dependerá de la interpretación que cada uno le de.

La institutriz se nos presenta como una narradora poco fiable, de la que no sabemos ni su nombre y que nos relata los hechos siempre desde la percepción de su realidad y de sus sensaciones. Pero el lector no tiene oportunidad de ver ningún otro punto de vista. El lector está a expensas de lo que la narradora le quiera contar y no podrá saber lo que ésta no le cuenta. Incluso la propia institutriz duda y piensa que quizá esté equivocada. ¿Es real lo que nos cuenta o todo está en su mente?

Así que nos encontramos ante una novela psicológica en la que la narración juega con el lector como si de un experimento se tratara, le da pistas pero estas pueden llevarle a distintas interpretaciones, juega con la sutileza, la insinuación y el engaño.

Atrapa desde las primeras líneas y el afán de saber qué está pasando y no entender nada ponen al lector en estado de alerta continuo. El uso de palabras con diferentes significados y la ambigüedad en los diálogos hacen complicada una única interpretación. Incluso el final da pie a diferentes visiones que según el camino que cada lector haya recorrido lo llevarán a creer en una cosa o en otra. Porque el objetivo del escritor no es que el lector descubra la verdad sino demostrar que según el punto de vista en que esté contada una historia llevará a interpretaciones distintas dependiendo de las conjeturas que cada uno vaya haciendo y las evidencias que vaya encontrando. Henry James fuerza la frontera entre la credulidad y la duda.

Es también una historia de tormento, de obsesión, de desesperación vital por demostrar una realidad o autoengañarse y de maldad inconsciente para sanar su propia consciencia. Es una historia oscura que cada vez se vuelve más perturbadora, más terrorífica.

¿Alguien puede asegurar que los fantasmas existen solo porque los ha visto? ¿O la fe en ellos hace posible su presencia? ¿Forman parte de la realidad, o de la imaginación de cada uno? ¿Están en el exterior o en el interior de cada mente humana?

Una historia que provoca tormento en el lector, la cabeza está a punto de explotar a lo largo de todo el texto. Y cuando termina la historia sigue quedándose en nuestra mente, seguimos dándole vueltas, nos la llevamos con nosotros. Después de terminarla dan ganas de volver a la lectura para buscar aspectos que seguro han pasado desapercibidos, pistas que se nos han escapado, detalles que no hemos visto, pero, aunque una relectura puede ser muy interesante, el objetivo no es encontrar la verdad sinó admitir las sensaciones que nos ha provocado y admirar la forma magistral en la que está escrita.

Una novela ideal para leer en grupo donde las distintas interpretaciones se presenten y se puedan debatir y así disfrutar más de la experiencia.
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Veritoobook
 20 November 2018
Título: Otra vuelta de tuerca
Autor: Henry James
Edición: 1ª ed. 1ª reimp.- Caseros Bs.As. : Gradifco, 2008
N° de páginas: 159
Otra vuelta de turca (1898) es una novela desconcertante en la que la fantasía, las obsesiones y los temores de los personajes llegan a transformar la realidad y la convierten en algo incierto, misterioso e inexplicable. Las contradicciones, las sutilezas y los silencios de la narración atrapan al lector en el laberinto inextricable que une la vida y la muerte, y dejan que sea el quien lo recorra de forma activa y encuentre la salida.
El misterio, es uno de los factores principales en esta novela, y la encontramos desde el título. En el comienzo de la novela nos encontramos con el narrador y otros amigos que, invitados en una vieja casa, alrededor del fuego, asisten a una velada en vísperas de navidad. Uno de los invitados cuenta una horrible historia en la que un niño tiene una terrible visión de un espíritu. Esta historia deja muy pensativo a Douglas, uno de los asistentes, quien antes de terminar la velada estimula la curiosidad de la concurrencia y la nuestra propia al decir que “no es el primer caso que conozco en que se involucre a un niño. Si el niño produce el afecto de otra vuelta de tuerca, ¿Qué me dirán de dos niños?-Por supuesto -exclamo alguien-, diríamos que dos niños significan dos vueltas”. Aunque no es devela el misterio del título, solo es una de las tantas formas de jugar con las palabras para que empecemos a pensar e imaginar. Douglas (quien es el comensal que dijo conocer otra historia), les promete contarles los hechos a los que se refiere y lo emplaza para os noches después en que ya habrá hecho traer de su casa de Londres los papeles en los que se cuenta la historia.
A partir de aquí, el resto de la novela es la crónica de los sucesos en la transcripción, relatados por el narrador a quien Douglas, poco antes de morir y cuando ya sentía cierta su muerte, le entrego el manuscrito. Escrito en primera persona por una joven institutriz proveniente de una humilde familia que es contratada por un hombre adinerado para cuidar de sus sobrinos, quienes son huérfanos y viven en una suntuosa residencia en el campo, junto al resto de los empleados. La única condición que le impone es que no debe ser molestado bajo ningún pretexto. La joven, de la que nunca conoceremos el nombre, acepta el trabajo como un desafío, un reto personal que debe llevar a cabo. Una vez instalada en el lugar, traba amistad con el ama de llaves, de quien se volverá inseparable. Y ya que hablamos de fuertes vínculos, es necesario mencionar que el cariño y la protección que brinda la institutriz a Flora y Miles, los dos pequeños, tiende a volverse excesiva por momentos. Esta situación empeora cuando la institutriz es testigo de una extraña aparición en la casa. Cuando se convence a sí misma que puede tratarse de un invasor ocasional, divisa un segundo espectro, ésta vez una mujer. Para su asombro, al describir ante el ama de llaves la apariencia física de estos dos seres, descubre que solían trabajar en la casa, hasta que ambos murieron en extrañas situaciones. Lo que sucederá de ahora en adelante, para sorpresa del lector, será la repentina reacción contradictoria de la institutriz, quien dejará de temer a los muertos, para velar por la seguridad de los vivos. Los niños se han vuelto su única motivación, lo cual podemos atestiguar dada la completa dedicación y devoción por su trabajo.
En este punto, se generan dos situaciones: en primer lugar, la protagonista deduce que los fantasmas han vuelto a la casa para hacerle daño a los niños y cree que su tarea es impedir su contacto con ellos, por lo que la guardia estará en alta. Esta hipótesis mutará a la idea de que en realidad los espectros vienen a germinar una semilla de maldad en los niños, y que ellos se encuentran en predisposición ante la situación, pero lo ocultan, cree que los pequeños pueden ver sus siniestras presencias pero lo disimulan con un torbellino de dulzura e inocencia.
El ambiente creado por James es magnífico, compuesto por elementos propios del estilo gótico que, aunque no provoque el horror y el espanto que el lector comúnmente espera cuando se promete una historia de fantasmas, convierte la atmósfera en cuna de un estremecimiento y turbación psicológica. La ambigüedad de la historia, dada por la singularidad del relato y la compleja construcción de los personajes, vuelan la cabeza de cualquier lector: una parte nuestra sigue el hilo a la protagonista, intentando, muchas veces en vano, justificar su postura obsesiva, manipuladora y completamente desequilibrada, dejándonos embaucar con una prosa engañosa. Por otro lado, nuestro sentido común prefiere desconfiar y dejar la fantasía de lado, aunque la lógica pueda quedar fuera de juego. El efecto que produce la obra, una vez finalizada, es una representación muy acertada del modelo de la relación lector/libro.
A veces creo que es necesario no dar por sentado lo que nos brinda una primera lectura, sino indagar un poco más entre líneas, replantearnos el discurso del autor y analizar los hechos desde más de un punto de vista porque, recordemos, mientras haya más de un lector, las interpretaciones variará inevitablemente. Por esto creo que es una obra extraordinaria, una novela de aprendizaje para un buen lector y de un gran cuestionamiento, aunque esto nos deje con demasiadas preguntas y casi ninguna respuesta. Y si lo miran desde el lado positivo, contamos con total libertad de especular y usar nuestra inventiva para cerrar todas aquellas puertas que James dejó abiertas. Siempre habrá una pieza sin encajar, pero es agradable intentarlo.
En definitiva, en Otra Vuelta de Tuerca, Henry James hace gala de su genialidad al ofrecernos a la misma vez una novela gótica y un thriller psicológico. La perdurabilidad de la fama de esta obra se debe, en gran medida, a la cantidad de lecturas que nos ofrece y no han sido pocas las personas que han ahondado en todas y cada una de sus interpretaciones y que incluso las han llevado a la gran pantalla.
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AnnieMoneth
 05 January 2023
En 2022, la editorial Valdemar nos sorprendió con la publicación de la vuelta de tuerca (The Turn of the Screw, en inglés) un clásico que ya apareció en el volumen de Henry James (Gótica 81) traducida por Juan Antonio Molina Foix. Sin embargo, en esta ocasión, se trata de una edición especial en homenaje al gran Francisco Torres Oliver, que la ha traducido e ilustrado. Y yo, como no tenía la versión anterior, no pude resistirme a comprar un ejemplar de esta edición, tan bellamente ilustrada, en cuanto lo vi entre las novedades de esta editorial cuyas traducciones me encantan.

La vuelta de tuerca (también traducida por otras editoriales como Otra vuelta de Tuerca), es un clásico que hay que leer y, cada cierto tiempo, releer; una lectura imprescindible. En mi caso, al hacerlo suelo descubrir pequeñas cosas que en lecturas anteriores me han pasado inadvertidas. No voy a decir nada nuevo aquí, puesto que de la vuelta de tuerca (u Otra vuelta de tuerca) se ha escrito y dicho mucho desde que se publicó, por primera vez, en 1898; ha sido y es objeto de análisis de eruditos de la obra de Henry James, en particular, y de la literatura inglesa, en general; además, Henry James y su obra se estudia en institutos y universidades, no solo británicas, sino de otras partes del mundo; asimismo, ha sido objeto de tesis doctorales. Con esto ya podéis imaginar la extensa bibliografía que hay al respecto. A pesar de ello voy a dejar aquí recogidas mis impresiones.

La vuelta de tuerca es considerada la novela gótica de fantasmas por antonomasia. Es la historia de lo que no se dice de forma explícita, pero se sobreentiende o se supone; de lo que el espectador, el crítico y el lector se imagina, y que lleva, gracias a la maestría e intencionalidad de su autor, a diferentes interpretaciones sobre las que no existe pleno acuerdo. de hecho, la ambigüedad es la característica más sobresaliente de la obra. ¿Con qué motivo? Las razones quizá las señalaba el propio Henry James en el prefacio de la revisión de la obra que hizo en 1908 para la The New York Edition:

"[…] ¿qué sensación tenía que transmitir yo? Que aquellos dos seres eran capaces, como vulgarmente se dice, de cualquier cosa, a saber, de realizar con los niños las peores acciones concebibles a las que puede someterse a unas pequeñas víctimas en tales circunstancias. ¿Y cuál sería entonces, al reflexionar, ese extremo inconcebible? Una pregunta cuya respuesta me llegó de forma admirable. En un caso así, no existe un mal absoluto que podamos elegir; depende de innumerables elementos distintos; es una cuestión de apreciación, especulación e imaginación y demás, totalmente en función de la experiencia del espectador, del crítico y del lector. Me dije: únicamente debes conseguir que la visión del mal que el lector tiene en general sea lo bastante intensa —y eso ya es un trabajo interesante—, y su propia experiencia, su propia imaginación, su propia empatía (con los niños) y el horror (ante sus falsos amigos) le proporcionarán los suficientes detalles. Oblígale a que imagine el mal, haz que piense en él por sí mismo, y quedarás liberado de detalles inconsistentes." (Henry James)

La historia trata de una joven que se instala en una mansión victoriana para ejercer como institutriz de dos huérfanos, Flora y Miles, tras aceptar la oferta de trabajo de un caballero, tío de los niños, que le impone una extraña condición: en ninguna circunstancia debe comunicarse con él sobre nada que tenga que ver con sus sobrinos. Una vez allí, percibe que hay algo extraño que conecta a los niños con la antigua institutriz, la señorita Jessel, y el último ayudante de cámara del tío, Peter Quint.

La obra está ambientada en la época victoriana, y se desarrolla en Bly, una vieja mansión victoriana ubicada en el campo, propiedad del tío de los niños. La atmósfera que el autor recrea es fantástica: hay suspense, elementos extraños, silencios que pesan y, poco a poco, el misterio crece, la oscuridad se acentúa y la atmósfera se vuelve claustrofóbica.

El título, La vuelta de tuerca, hace alusión, como se recoge al principio de la narración, al hecho de que una historia de fantasmas es más horrible cuando hay implicado un niño, y no digamos ya si son dos como en esta historia. O al menos, es lo que pienso yo, partidaria de que en los casos en que existen varias interpretaciones, por lo general, la más sencilla es la correcta. Creo, no obstante, que Henry James le dio, también, cierta vuelta de tuerca al narrador de la historia y al modo en que la da a conocer a sus lectores.

Es decir, La vuelta de tuerca (u Otra vuelta de tuerca) es una historia escrita a mano por la joven institutriz, tiempo después de que acontecieran los hechos, que confía a Douglas poco antes de morir, hace veinte años, y que él guarda en un cajón todo ese tiempo hasta que decide mandar a su criado a buscarlo para contarla al círculo de personas reunidas en torno al fuego. Una historia que el amigo de Douglas redacta mucho más tarde y cuya transcripción exacta comparte con nosotros, lectores. Una historia cuyo manuscrito original termina en manos de este amigo por deseo expreso de Douglas antes de morir. No me digáis que el modo en que llega a nosotros no es un poco rebuscado.

Algo similar sucede en el empleo del narrador en primera persona, cuestión que me ha parecido brillante. Hay un grupo de amigos reunidos al calor del fuego, en vísperas de Navidad, narrando o escuchando, como era tradicional en la época, historias de terror. Uno de ellos, Douglas, aumenta el suspense y las expectativas, no solo entre los allí congregados, sino también en el lector, cuando informa a los presentes que él es poseedor de una historia manuscrita, que solo él conoce, que le confió la antigua institutriz de su hermana, describiéndole los hechos acaecidos mientras servía en la mansión Bly al cuidado de dos huérfanos. Las explicaciones previas a la exposición de los hechos se recogen en un prólogo escrito en primera persona por un narrador testigo, el amigo de Douglas, que forma parte del pequeño grupo. Este prólogo consigue, como digo, que el lector se imagine una historia espantosa, a la par que asombrosa, y se meta de lleno en la narración que, a partir del primer capítulo, nos cuenta la propia institutriz (en realidad, la relación transcrita para nosotros por el amigo de Douglas, como he comentado más arriba). Por consiguiente, en el capítulo uno y siguientes, Henry James continúa haciendo uso de un narrador en primera persona, solo que ahora el foco se traslada a la propia institutriz.

Hay pocos personajes en la historia narrada: la institutriz, cuyo nombre no se menciona en toda la novela; la señora Grose, ama de llaves de la mansión; los niños, Flora y Miles; la anterior institutriz, la señorita Jessel, y el antiguo ayudante de cámara, Peter Quint. Respecto a la institutriz, a mí me pareció una mujer recatada, impresionable, decorosa y exacerbada en sus apreciaciones de los demás y de cuanto la rodea, valiente y responsable en el cuidado de los niños. La señora Grose es una mujer bien intencionada, leal con la institutriz, inteligente, aunque de escasa educación; a través de ella conocemos el carácter de la señorita Jessel y Peter Quint, malas personas (no sabemos hasta qué punto) que pudieron influir negativamente en los niños. A través de la mirada de la institutriz y de la señora Grose, los niños, Flora y Miles, se nos describen como unos angelitos, inteligentes y adorables. Es cierto que durante la narración me pregunté si la institutriz realmente ve lo que cree que ve o son delirios e imaginaciones de la joven, si los niños eran inocentes o espeluznantes. La reflexión que hasta ahora he hecho de las lecturas sobre la obra, me lleva a la opinión de que la institutriz es como la he descrito, por la opinión que Douglas expresa de ella a los reunidos en torno al fuego: hablaba con cariño de esa joven que, después de los hechos ocurridos en la mansión Bly, fue institutriz de su hermana; si hubiera dado muestras de locura, no la hubiesen contratado. Tampoco coincido con aquellos que consideran que la obra posee cierta connotación sexual o ven elementos fálicos en lo que a simple vista es una torre; solo interpreto que puede haber miradas de deseo maliciosas que puedan escandalizar a una joven institutriz decorosa e inexperta de la época. Asimismo, considero que los niños no son tan angelitos como señala la institutriz.

En cuanto al final, abrupto y trágico, recuerdo que la primera vez que leí esta obra me quedé un poco desconcertada: «¿ya está?», pensé. Además, me esperaba más terror después de haber visto algunas adaptaciones por televisión. Pasado un tiempo, te sorprendes volviendo a la obra, repasando pasajes para encontrar respuestas a las preguntas que te suscita la historia, la relees y descubres nuevos matices o detalles que te pasaron desapercibidos y terminas con un runrún en la cabeza que te dura varios días; al menos en mi caso. Un ejemplo: en esta última lectura, no dejo de dar vueltas a que, en el prólogo, Douglas da a entender que la institutriz estaba enamorada, pero no dice de quién; deja que los oyentes lo descubran a su debido tiempo, aunque en ningún momento lo aclara. Así que, ¿de quién estaba enamorada la institutriz?

La vuelta de tuerca u Otra vuelta de tuerca es una novela compleja, brillante y muy bien ejecutada. Uno de los clásicos imprescindibles que conviene releer cada cierto tiempo. Y la nueva edición de Valdemar, traducida e ilustrada por Francisco Torres Oliver, la hace justicia.
Enlace: https://despertaresdestonewa..
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Citas y frases (23) Ver más Añadir cita
veintiseisletrasveintiseisletras24 September 2019
Tuve la visión de un castillo de novela, habitado por un hada color de rosa, de un lugar con todo el colorido de los libros de historias fantásticas. ¿No era acaso una mansión de cuento de hadas a la que había ido a caer medio en sueños, medio despierta?
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DianeNosprakaDianeNospraka11 July 2022
El verano ha terminado, el verano ha desaparecido; el otoño ha caído sobre Bly y había apagado la mitad de nuestras luces. Con su cielo gris y sus guirnaldas marchitas, sus espacios desnudos y las hojas muertas desparramadas, el lugar era como un teatro después de la representación, con los programas arrugados esparcidos por el suelo.
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NuriaCCNuriaCC02 November 2022
Llegué un atardecer de junio y allí, en efecto, me esperaba un confortable coche. Viajando a esa hora , en un día bellísimo , por una comarca cuya dulzura estival parecía desearme la bienvenida más amistosa, recobré los ánimos, y cuando entramos en una alameda se apoderó de mí un alado optimismo que tal vez no fuese sino la reacción de mi profundo desaliento. Esperaba o temía algo tan lamentable , supongo, que el espectáculo que me acogió fue una exquisita sorpresa.
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ciaovalentinaciaovalentina05 December 2019
¿Era realmente aquella mansión un castillo de hadas y estaba yo soñando? No, no era más que un viejo edificio apenas adaptado a las necesidades de la vida moderna, un caserón cuyos escasos habitantes se sentían tan perdidos como en las bodegas de un gran barco. ¡Y era yo la encargada de llevar el timón!
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MPrimMPrim21 January 2021
Aunque perdiéramos todo, necesitábamos no perder la cabeza --cosa difícil, en verdad, pues parecía lo menos discutible de la prodigiosa aventura--.
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22 de Julio, 2022 | 18 hs | Sala Augusto Raúl Cortazar
La Biblioteca Nacional entrega su premio de reconocimiento cultural al autor, traductor, periodista y crítico literario argentino.
Con la entrega de la Rosa de Cobre a Marcelo Cohen, la Biblioteca Nacional reconoce el prolífico y constante aporte del escritor a la literatura nacional durante más de cincuenta años. Su obra personal, que comenzó a publicar en 1972, transita el cuento, la novela y el ensayo. Los acuáticos, El país de la dama eléctrica, El fin de los mismos, El oído absoluto o Un año sin primavera son apenas algunos nombres destacados entre sus obras. Las traducciones de Austen, Henry James, Ballard, Wallace Stevens, Fitzgerald, Burroughs, Svevo, Lispector, entre muchos otros, subrayan su talento y capacidad. de este modo y como consta en el espíritu de creación de la Rosa de Cobre, la Biblioteca Nacional prosigue homenajeando a los grandes creadores de las letras nacionales en agradecimiento al valor de sus aportes.
Acompañan al autor Abel Gilbert y Maxi Papandrea.
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Es un cuerpo creado a partir de la unión de distintas partes de cadáveres diseccionados, escrito por Mary Shelley a partir del reto literario de Lord Byron.

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