—Me he pasado una noche horrible;estaba tan preocupada porque Daemon no me dejó hablar contigo. Solo podía pensar en que había perdida a mi mejor amiga... —No me has perdido; no voy a marcharme a ninguna parte. |
—Me he pasado una noche horrible;estaba tan preocupada porque Daemon no me dejó hablar contigo. Solo podía pensar en que había perdida a mi mejor amiga... —No me has perdido; no voy a marcharme a ninguna parte. |
Las personas suelen ver en las creencias del pasado algo primitivo y poco inteligente, aunque día tras día vemos más verdad en el pasado.
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Aquellas que ostentan su belleza la echan a perder. La hermosura es pasajera. Es un caparazón que oculta las sombras y el vacío que hay en el interior…
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- ¿Sabes qué? Tienes toda la razón. Mira que llamarte tarado...Esa es una palabra que no te define bien - le dije sonriendo - te pega más. - Conque , ¿eh? - repitió - Eres un encanto. Levanté el dedo corazón. |
Daemon murmuró algo en un idioma desconocido. Era una lengua dulce y bonita. Mágica. De otro planeta. Podría haberlo despertado, pero no lo hice sin saber demasiado bien por qué. La emoción que sentía por el contacto con su piel era más fuerte que todo lo demás. Daemon tenía una mano en el borde de mi camiseta, y los dedos encima del pedazo de piel que había entre el borde de la camiseta y la cinturilla de los pantalones de pijama. La mano empezaba a abrirse paso por debajo de la camiseta, a través de mi estómago, en la parte en que este empieza a descender. El pulso se me desbocó. Me rozó las costillas con la punta de los dedos. Su cuerpo se movió y sentí su rodilla contra mí. |
- Creo que estás condenada a estar conmigo un rato más. - Seguro que parezco un gato remojado. - Estás bien. La lluvia te favorece. Fruncí el ceño. - Ya me estás mintiendo otra vez. Sentí que su cuerpo se movía junto al mío y, sin mediar palabra, me rozó la barbilla con los dedos y me atrajo hacia él. En sus labios se dibujó una sonrisa torcida. - No te miento; te lo dijo en serio. |
Eran más de la una, pero parecía que Daemon acabara de levantarse. Llevaba los tejanos arrugados y el pelo enmarañado. Hablaba con alguien por teléfono mientras se pasaba la mano por la mandíbula. - ¿Tu hermano no tiene camisetas o qué? - le pregunté mientras cogía la pala. - Me temo que no. No las lleva ni en invierno. Siempre va por ahí medio desnudo - refunfuñó - Es bastante incómodo tener que verlo así todo el día, enseñando tanta...carne ¡Qué grima! A ella le daría grima, pero a mí...me alteraba bastante. Me puse a cavar hoyos en lugares estratégicos mientras notaba que se me secaba la garganta. Tenia una cara perfecta, un cuerpo de ensueño y una mala leche espectacular. Las tres reglas de oro de cualquier tío macizo, vaya. |
¿Qué eran? Humanos, no. Lo que acababa de ver no era posible. Ningún ser humano podía hacer algo así.
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"Pasara lo que pasara, siempre me quedaban los libros. Eran mi válvula de escape, a la que recurría sin dudarlo".
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Pasara lo que pasara, siempre me quedaban los libros. Eran mi válvula de escape, a la que recurría sin dudarlo
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Novela de ciencia ficción, escrita por Richard Matheson, en 1975 se titula: "En algún lugar del _________"