Misterio en blanco

Volvemos por nuestros fueros, que entre unas cosas y otras ha sido mes y medio el que hemos dedicado a Jane Austen, y ya va siendo hora de que retomemos el ritmo normal del blog... y lo hacemos con una novela un poco fuera de lugar teniendo en cuenta la que está cayendo en la calle.

Mi intención era, tal y como está mandao, leer Misterio en blanco en Navidad... pero la del año pasado, claro, que fue cuando lo compré xD. Y aquí me tenéis, reseñándolo en agosto a cuarenta grados. Como es normal, me ha dado tiempo a leer algunas reseñas durante estos meses, todas bastante buenas, y yo que adoro esta colección, que estaba enamorada de la cubierta... pues como que tenía las expectativas a la altura de la cumbre del Kilimanjaro. No voy a decir que el batacazo ha sido grande porque la historia en sí es pasable, se puede leer, pero sí que debo admitir que es el que menos me ha gustado de todos los que he leído hasta ahora de esta colección de clásicos policíacos de Siruela. Con lo preciosísimo que es ese cottage nevado...

Es el día de Nochebuena, y la tormenta de nieve dura ya varios días. Una serie de viajeros han tomado el mismo tren con diversos destinos en la estación londinense de Euston (no St. Pancras, por cierto, como reza la sinopsis oficial del libro). Comparten vagón los hermanos Carrington, David y Lydia; Robert Thomson, un mediocre oficinista que va a pasar el día de Navidad con su tía; Jessie Noyes, una despampanante corista de camino a una importante audición; el señor Hopkins, un viejo pelmazo y gruñón con afición por las señoritas guapas; y el profesor Maltby, miembro de la Real Sociedad de Psicología (aunque incomprensiblemente se comporta y se conduce como un parapsicólogo, que no es lo mismo). Cuando el tren se detiene debido a la tormenta de nieve, los pasajeros del vagón comienzan a plantearse salir de él para buscar a pie otra estación y otro tren que pueda llevarles a sus destinos. Dudan, la nieve está muy alta, hasta que de repente el profesor Maltby ve a través de la ventanilla algo entre la nieve (¿un fantasma? ¿una persona de carne y hueso?) y sale corriendo fuera del vagón adentrándose en plena tormenta. Los demás, salvo el viejo pelmazo, no tardan en seguir sus pasos, aunque ya no consiguen localizarle.

Tras perderse en la nieve, dan con un cottage vacío que parece haber sido abandonado solo unos instantes antes, pero... ¿dónde va a ir nadie con la que está cayendo, si apenas se puede andar? Sea como fuere, ellos entran y toman posesión de la casa, y allí empiezan a notar cosas extrañas: puertas cerradas tras las que se oyen ruidos raros, la mesa con el té servido y dispuesto, un cuchillo sobre el suelo de la cocina... Mientras, empieza a haber cierto baile de personajes que comienzan a entrar y salir de la casa por diversas circunstancias: en unos casos ya son conocidos por el lector, en otros son desconocidos y para no estropear el avance y las sorpresas de la historia no debo nombrarlos aquí. Sí que es cierto que determinados personajes toman las riendas de la situación y la trama, y otros son discretamente apartados de ella y relegados por una u otra circunstancia cuando no pueden aportar mucho más y su presencia resulta prescindible.

La presentación de la historia como tal me ha gustado mucho, así como el modo en que Farjeon envuelve todo el misterio alrededor de la cabaña y la incertidumbre que viven varias personas que no se conocen de nada y que se ven obligadas a compartir techo sin posibilidad de huida. Ha sido a partir de estar ya todos (o casi todos) acomodados en la casa cuando comienza a tambalearse un poco la trama.

Le he visto dos problemas principales a esta lectura, aunque los dos derivan de lo mismo: el tinte "sobrenatural" de la historia. Y esos dos problemas son el uso que el autor hace del profesor Maltby para crear esa atmósfera supuestamente tenebrosa, y el pluff enorme y general en que queda el asunto, sin poder extenderme más. El profesor Maltby se las da de misterioso desde su primera línea en el libro; ve cosas, intuye cosas, percibe cosas, bladibladibla... llega a la casa, más de lo mismo. Comienza a deducir escenas y situaciones que no sabes de donde salen salvo que la ciencia infusa tenga algo que ver en lo paranormal, y todo eso queda en la nada más absoluta. No me he creído a este personaje, todavía me pregunto para qué sirve esta subtrama, y se me hacía pesado a ratos cuando se ponía con sus elucubraciones y sus sensaciones de otro mundo.

El resto de personajes en general tampoco tienen nada que los haga destacar, pero en este tipo de historias siempre suele ser así y no se les puede pedir más de lo que dan: las pautas y excusas para hacer avanzar la narración. ¿La resolución? Pues normalita. de la Golden Age salieron libros y autores como churros; unos pocos de ellos alcanzaron la gloria de la fama y siguen vigentes hoy en día, y el resto duermen a la espera de que se recuperen sus obras y reciban su pellizquito de reconocimiento como pertenecientes a un movimiento literario que algunos, como es mi caso, adoramos. La Golden Age es la base para toda la literatura de detectives, novela negra y thrillers que tan de moda sigue hoy en día, pero ocurría entonces como ocurre ahora, que hay mucha paja entre los lingotes de oro.

Que no digo que sea una mala historia, pero me parece muy desaprovechada. La ambientación, cogiendo a varios extraños, encerrándolos en una casa donde parece que les estuvieran esperando pero que al tiempo parece abandonada, donde se intuye que ha sucedido algo, y donde además están completamente rodeados por una infernal tormenta de nieve que les augura días encerrados sin poder huir ni escapar... pues eso, es una ambientación muy buena y una premisa muy, muy interesante para quienes nos gustan estos misterios de las primeras décadas del siglo XX. Pero el desarrollo para mí no está a la altura: le falta enganche. Por aquí no puntuamos, ya lo sabéis, pero de hacerlo, este sería el típico libro que se llevaría un 5 de 10. O dos estrellas y media de cinco. O algo así. Se lee, entretiene, la ambientación es buena, pero poco más.

En definitiva: ambientillo navideño fantástico, localización en el cottage aislado muy bien pensada, pero trama simplemente aceptable. Está claro que lo mío es ir contracorriente, pero prometo que no lo hago a propósito. Me lo pasé pipa con Un hombre muerto, y sin embargo, por lo que he ido leyendo en otras reseñas, a la gente no le hace mucho tilín; a mí este Misterio en blanco se me ha hecho aburridillo a ratos, y a la gente le ha gustado más... Voy a tener que hacérmelo mirar :)

“Misterio en blanco” una novela de intriga y misterio entretenida y por momentos divertida que te hará disfrutar de principio a fin.
Fue publicada en 1937. Desaparecida durante muchos años del panorama literario británico hace poco la han vuelto a reeditar y ha alcanzado un gran éxito.

La trama nos sitúa en Inglaterra en el año 1937, durante la víspera de Navidad. La nieve que, hace unos días, parecía lo más maravilloso del mundo comienza a perturbar la vida diaria de la gente y ya ha dejado de ser espléndida.

En medio de la campiña inglesa un tren que viene de Londres debe detenerse a causa de la nieve, en uno de los vagones van seis pasajeros bien diferentes unos de otros, como están cerca del pueblo de Hemmersby, los susodichos deciden bajarse del tren e ir en busca de esa localidad cercana, la verdad es que la idea parece bastante alocada pero ellos están decididos.

Afortunadamente, encuentran una casa que les salvará de morir de frío en mitad de la tormenta que se ha intensificado. La casa está aislada, sin habitantes pero con las luces encendidas y el té preparado en la mesa, lo que provoca cierta desconfianza en los visitantes pero no la suficiente para que decidan no entrar.

A partir de aquí una serie de misterios e intrigas se sucederán llevando al lector de un lado para otro de la casa, adentro y afuera, buscando las pistas que permitan esclarecer los hechos.
Es una historia muy interesante, te atrapa enseguida y se lee sin darse cuenta. Las descripciones te llevan a esa casa y su ambiente “particular” nada está dejado al azar, todas las piezas encajarán al final de la lectura, quedando todo bien atado.

Los personajes aunque no están muy desarrollados te los imaginas claramente, seguro que llegarás a simpatizar con alguno o desearás perderlo de vista.
A mí me ha gustado mucho el señor Maltby de la Real Sociedad de Psicología, convirtiéndose en un detective improvisado muy perspicaz. Después están los hermanos Carrington, Lydia y David, también conoceremos a la joven corista Jessie Noyes, a un tipo de lo más pesado llamado Hopkins y a otro bastante anodino: Thomson. Algún personaje más aparecerá para animar la vida de esa casa tan enigmática.

Muchas de las conversaciones que surgen entre los personajes me han resultado bastante divertidas, tienen ese punto de ironía y comicidad que invita a sonreír. Son ocurrentes, chispeantes e inteligentes y te dejan con esa sonrisa en la cara.

Además de la intriga el escritor también ha jugado a darle un toque sobrenatural a la historia que te hace dudar aún más de las posibles soluciones que le puede dar a la trama.


Enlace: https://nosololeo.blogspot.c..

Este libro nos cuenta la historia de un grupo de personas que viajan en un tren el día antes de Navidad y una gran nevada deja atrapado al tren por lo que varias personas deciden abandonar el tren e ir andando hasta la estación más cercana pero nieva tanto que no conseguían llegar, durante su periplo entre la tormenta de nieve encuentran una casa misteriosa. Es misteriosa porque la puerta está abierta, hay te preparado para tres personas, las chimeneas están encendidas y hay un montón de comida pero no hay gente por ningún lado.

Cogí este libro de la biblioteca porque tiene muy buena pinta y aunque la historia me ha parecido interesante he de reconocer que el libro se me ha hecho un poco pesado y me ha resultado un poco lento, creo que puede ser porque tenía puesta la cabeza en otras lecturas que tengo pendientes y muchas ganas de leer, por lo que sea al final se me ha quedado flojo.

También reconozco que el libro tiene ya unos añitos pero bueno hay clásicos buenísimos que me han encantado.
Es una historia de misterio donde hay que ir descubriendo que ha pasado en la casa pero no me ha generado mucha ilusión saberlo ni descubrirlo y encima para colmo el final no te asegura que lo que descubren sea la verdad o solo una hipótesis por lo que te queda la duda de que pasó.

Una trama que podría llegar a interesar, si se hubiera partido de otras bases.
Por qué razón, un grupo de personas que escapan de una impresionante tormenta de nieve, empezarían a revolver situaciones, cuartos y buhardillas de una casa que se les aparece al paso, que no está cerrada, vacía pero con apariencia de que sus ocupantes no pueden estar muy lejos, sino porque son curiosos, chismosos y entrometidos.
No me convence la relación entre ellos, ni los argumentos que esgrimen para tal intromisión.
No me convence la fortuita aparición de los dueños de casa y su pacífica aceptación para contar la historia, poco afortunada, de su familia a un grupo que se está recogiendo de un temporal.
No me convence que los desconocidos arribados a detectives, acepten el liderazgo de un señor mayor con ínfulas de experto en situaciones paranormales o similares.
No me convence que en el plazo de no más de un día y un poquito, aparezcan de la nada cuatro muertos y personajes ausentes sin aviso.
No me convence el libro, que lo mejor que tiene es la portada.

MISTERIO EN BLANCO
Joseph Jefferson Farjeon
Ediciones Siruela, 244 págs.

Es Inglaterra. Son los años treinta. Es víspera de Navidad. Un grupo de personas que viajan en tren, se ven atrapadas en una terrible nevada. Deciden bajarse para buscar una estación próxima que los lleve a sus respectivos destinos. En el camino, encuentran una mansión que pareciera esperarles: chimeneas prendidas, teteras a punto, blandas camas, solo un detalle parece fuera de lugar: la mansión está deshabitada.
Joseph Jefferson Farjeon (Inglaterra 1883-1955) escribió más de sesenta obras, la mayoría de ellas, muy elogiadas por la prensa de la época, asunto que no es para nada superficial en una época llamada de oro, dentro de la literatura policiaca y detectivesca. Su obra de teatro «El número 17» fue llevada a la pantalla nada más ni nada menos que por Alfred Hitchcock, en 1932. Su pluma intercalaba con gran equilibrio el humor más inglés con el miedo más profundo.
«Misterio en blanco» es una maravilla de libro de suspenso, para quienes gustan de una trama donde la naturaleza agreste compite con la naturaleza humana, también profunda y poderosa.

Enlace: https://www.instagram.com/p/..