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ISBN : 8467051078
488 páginas
Editorial: Espasa (17/01/2019)

Calificación promedio : 4.21/5 (sobre 17 calificaciones)
Resumen:
Mucho se ha hablado del terrorismo de ETA en las décadas de los 70 y 80, pero nunca se había escrito esta historia desde la mirada limpia e inocente de los niños cuyos padres estaban amenazados o fueron asesinados por la organización terrorista. La autora fue uno de esos niños que al igual que otros, vivió unos acontecimientos que ningún niño debería vivir jamás. 
El testimonio novelado Los niños de Lemóniz es la suma de recuerdos recuperados. Habla de person... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (12) Ver más Añadir una crítica
rafaperez
 09 September 2022
Jon Idigoras se despacho a gusto con el periodista Luis del Olmo en una llamada telefónica a su programa de radio.

"Este tipo de declaraciones harán que te pasen cosas malas..."
El motivo, mostrar su rechazo a la banda terrorista Eta.

Ellos,( la lista de periodistas sería interminable) al menos tuvieron dos cosas. Voz y arrestos ( cojones, en castellano antiguo)

Los niños de Lemoniz rompe el silencio de esa infancia que no pudo crecer con normalidad.

Algo tan simple como bajar a jugar al parque era una actividad de riesgo que ellos ni asimilaban ni entendían.

Rechazados por la cultura del miedo a la que sometieron los asesinos y sus parlamentarios, y por padres que obligaban a sus hijos a darle la espalda, a no jugar con ellos en el recreo, a decir que su progenitor era malo.

En esta ocasión, aunque cualquier excusa era buena en los años de plomo, el delito cometido fue que sus padres trabajaran en la construcción de la central nuclear de Lemoiz.

Ser señalado en un pequeño pueblo del País Vasco, como objetivo terrorista, no sólo conllevaba el miedo a las balas, era, sencillamente, la destrucción social.
Bajar a los infiernos.

Un ambiente opresivo que le tocó vivir, en especial, a los menos culpables, mientras teníamos que soportar frases tan célebres a modo de justificación " daños colaterales"
¡Pero que ostia con toda la mano abierta os daba!

Estela Baz ficciona una odisea real, donde lo único que modifica son los nombres de personajes. Los reales se pueden consultar tirando de hemeroteca, y hacerlo, me ha repercutido en incrementar el asco que siento por Eta e insisto, sus parlamentarios ( si, Otegui, por ti también)

La novela esta escrita desde la perspectiva de una niña de 4 años, que crece bajo estas especiales circunstancias. Por tanto, la narración es tan parca en riqueza literaria, como dura, en su inocencia.

Repetitiva en ocasiones, el texto navega entre luz y oscuridad hasta hacerse asfixiante y dejándote, pese o precisamente a su sencillez, con un sentimiento sobre todo, de rabia.

Quien por curiosidad quiera acercarse al libro, debo advertirle que su prosa, no es buena, verdura en un plato de carne, pero todo lo que nos cuenta la autora es dantesco.

Lectura recomendable para conocer como vivieron aquellos años, los más inocentes, los más olvidados.
Los niños. Los daños colaterales.
¡¡Pero que miserables!!

Luis del Olmo pidió perdón a una madre por llamar hijos de puta a los etarras en directo.

Yo no pediré perdón por dos apuntes, por dos ejemplos de mi forma de pensar al respecto.

El día 3 de junio de 2005 la sabia naturaleza hizo justicia con Jon Idigoras. Ley de vida.

No hay prisa, Josu Ternera, el infierno es paciente y te espera.
Daños colaterales.

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March_25
 26 September 2022
Escrito en primera persona desde el punto de vista de una niña pequeña, nos hace partícipes de una situación que pocos conocemos: Qué ocurría con los niños que vivían en país vasco en la época de ETA.
Ninguna guerra es justa, desde luego. Y si algo tengo claro, es que aquella era un guerra, un guerra extraña donde unos atacaban y otros… pues miraban debajo de los coches por si había duendes. Y como en todas, los que peor lo pasan son los más débiles.
Por otro lado, y bajo mi punto de vista, un empleo, sea el que sea, ¿merece la pena tanto sufrimiento? ¿Ponerte a temblar cuando suena el teléfono? Tener que mirar a todos lados, que tu hija celebre un cumpleaños y que no aparezca ninguno de los amiguitos del cole, o que los amigos verdaderos falten porque les han metido un tiro en la nuca, ¡que angustia!, ¡anda que se lo metan dónde les quepa! Podéis llamarme cobarde, seguro que os daré la razón, pero lo haré desde mi hogar, con toda mi familia pudiendo dormir por la noche y celebrando cada cumpleaños con quien me dé la gana.
Está escrito de una forma simple, con capítulos cortos y de fácil lectura, adaptado a los pensamientos de la niña que lo cuenta. No es una maravilla literaria, pero pienso que es una historia que merece ser contada y leída. Por todos aquellos que no pudieron contar la suya, por todos los niños que se vieron de la noche a la mañana sin un familiar o amigo, o incluso sin parte de su propio cuerpo por la barbarie y una política en la que no tenían nada que ver.
Una autora muy valiente por contar su historia, aconsejo su lectura.
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Bri
 16 March 2022
Esta novela tiene 485 páginas y 64 capítulos. Narra la historia de Ángela y su familia, junto con la de otras familias con niños, a lo largo de 4 años, todos con el nexo común de la central nuclear que se estaba construyendo en Lemóniz (Vizcaya). Los hechos que suceden en el libro van desde 1978 hasta 1982, los llamados “años de plomo de ETA”, una de las etapas más sangrientas de la banda terrorista.
Este libro es autobiográfico, aunque novelado, ya que el padre de la autora fue ingeniero en Lemóniz y compañero del secuestrado y asesinado José María Ryan y del también asesinado Ángel Pascual. El pueblo donde viven es Zilgora (pueblo inventado por Estela Baz) a pocos kilómetros de Bilbao. Los personajes del libro son reales, pero la escritora ha cambiado sus verdaderos nombres. Todos ellos formaron parte de la infancia de la niña (Ángela) en los cuatro años en los que se desarrolla la novela, desde que ella tiene tres y hasta los siete. David, el padre, es uno de los ingenieros expertos en energía nuclear, contratado por Iberduero para poner en marcha la central de Lemóniz. Carmen, la madre de Ángela, es ama de casa y tiene que lidiar con las escasas explicaciones que le da su marido sobre los problemas que surgen en la central como consecuencia de los ecologistas, los antinucleares, y lo peor de todo, la implicación de ETA en el asunto. al principio del relato Carmen está embarazada de su segundo hijo, Quique, un bebé con salud delicada, que afortunadamente no se percatará de la cantidad de situaciones difíciles y angustiosas que vivirá el resto de la familia, al ser muy pequeño.

En Zilgora todos los trabajadores de Iberduero que forman parte del proyecto de Lemóniz son grandes amigos, más que eso, son como familia. Isabel y Lázaro son los más cercanos a Ángela y su familia, y Laura, la hija mayor de estos, es el alma gemela de Ángela. Ambas de la misma edad, ven poco a poco a través de sus inocentes miradas, como todo a su alrededor se desmorona.

Al principio de la historia la familia viaja a Madrid para que David siga formándose en su profesión. Allí conocen a Rafael, un Guardia Real, y su familia, que serán muy importante para Ángela y les visitarán en Zilgora en alguna ocasión. Rafael siente preocupación por sus amigos del País Vasco, ya que las informaciones que le llegan como mimbro de la Guardia Real, no son muy halagüeñas. Les inculca que adquieran hábitos en el día a día para hacer frente a la amenaza cada vez más grande de ETA.

De regreso a Zilgora la vida poco a poco se va enrareciendo. Ángela acude a la "ikastola" con Laura, y ven como sus amigos del pueblo comienzan a hacerles comentarios malos sobre sus padres, tan solo por ser trabajadores de la futura central de Lemóniz. En la "ikastola" solo les enseñan cosas en vasco y Ángela se siente bastante confusa, ya que en su casa no se habla vasco, y no le dan ninguna facilidad para adaptarse. Cuando las amenazas de ETA se vuelven más intensas pasa temporadas en que asiste muy poco a la escuela, y a su regreso se siente como un bicho raro, no solo porque los niños de la clase la aíslan, sino porque su dominio el vasco no es tan fluido como el del resto.

Las familias de los trabajadores de Iberduero en Lemóniz reciben amenazas por carta de ETA, llamadas de teléfono, son seguidos en sus quehaceres cotidianos, tanto en coche como a pie, tienen que mirar debajo de los coches por si les han colocado explosivos, salen de casa con temor de encontrar a alguien en el portal y, cuando la situación ya es insostenible, apenas salen de casa. Carmen inventa un sinfín de juegos para su hija, como buscar duendes debajo del coche, coger el teléfono cuando suene tres veces, cerrar todas las persianas y jugar a las tinieblas…..todo para ahorrarle a su hija pequeña el terror en el que viven, la amenaza constante de un grupo de desalmados que les tienen atemorizados y que ya han puesto explosivos en la central nuclear y en otras sedes de Iberduero para que se paralice la construcción de Lemóniz. Pero si la situación de las madres y los niños es penosa, la de los padres, trabajando en la central, no es mejor. Tienen que salir del trabajo escondidos, utilizar distintos coches, ir a través del monte, a veces no pueden regresar a dormir a sus casa, con un ambiente muy tenso dentro de la central, porque se sabe que hay infiltrados de la banda terrorista trabajando codo con codo con ellos.
Ángela y Laura van creciendo , asisten con su mirada de niñas no solo al rechazo de la gente del pueblo, sino a los asesinatos de seres cercanos, que van normalizando, debido a la crudeza de la situación, que se hace insostenible y obliga a sus padres a tomar una decisión.

La novela está escrita en primera persona por Ángela, con muchos diálogos, pocas descripciones y con un lenguaje adaptado a una niña. Quizá eso es lo que menos me gusta del libro, ese lenguaje infantil, con demasiados diminutivos: chiquitina, un ratito, quietecita….que a veces me resultaba repetitivo. Es una lectura fácil y fluida y en el encabezado de cada capítulo aparecen en cursiva fragmentos de la hemeroteca de la época en la que se desarrolla dicho capítulo, lo que pone de relieve la veracidad de los hechos. El prólogo del libro está escrito por Luis del Olmo, amenazado por ETA cuando condenó el asesinato del ingeniero José María Ryan en su programa. al prólogo le sigue una nota de la autora y al final del mismo el marco histórico y la bibliografía.
CONCLUSIÓN:

Me ha gustado el libro y he disfrutado con su lectura, lo recomiendo sobre todo a aquellos a los que le interese esta época de España donde el terrorismo era el pan nuestro de cada día, y a los que por vivir fuera del País Vasco, como es mi caso, les resulte ajena la terrible situación que vivieron estas familias, por el simple hecho de trabajar en algo que no fuera de los intereses de la banda terrorista o por no ser afín a los ideales de ETA.

La novela es un homenaje a los niños víctimas del terrorismo, tanto directa como indirectamente, y a sus madres, que intentaron en todo momento que llevasen una infancia normal dentro del peor de los escenarios.
Enlace: https://familialectorade4.bl..
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Bookworm
 26 February 2020
Hoy os traigo un libro que me ha hecho retroceder en el tiempo pero mucho además y lo más increíble de todo es que habiendo viviendo en el País Vasco desde que nací en el '70 hasta que me marché en el '86 no recordaba en absoluto la historia de la central nuclear de Lemóniz. Yo pensé que iba a leer una novela que hablaba de ETA pero no utilizando un hecho real como fue todo lo que ocurrió con la central y para mí ha sido una auténtica sorpresa desconocer absolutamente todo de esta historia.

Por supuesto soy consciente de que cuando se empezó a construir la central, yo solamente tenía dos años y diez cuando el proyecto quedó definitivamente paralizado, ya que nunca llegó a ponerse en marcha, y también soy consciente de que aunque lo de Lemóniz en concreto no me sonaba, al ir creciendo, escuchar noticias sobre atentados para mí era algo habitual, así que lo más probable es que sí haya oído hablar de los atentados relacionados con la central y sobre todo con los asesinatos de 5 personas relacionadas con ella. Es una pena crecer normalizando algo así, pero así crecí y no dejaba de extrañarme que de vez en cuando nuestra familia en Galicia llamara para preguntar "cómo iba todo por allí". Las cosas que sí he recordado perfectamente, han sido los programas de televisión que Ángela, la protagonista de esta novela, veía en televisión, porque eran los mismo que veía yo, o la música que sonaba entonces y también recuerdo claramente el año del golpe de estado del año 81, aunque no entendiera demasiado qué era lo que estaba pasando, pero todo lo demás ha sido una tremenda lección de historia, combinada con las vivencias en primera persona de las familias afectadas.

Y es que "Los niños de Lemóniz" pone voz a los recuerdos de esos niños, hijos de los trabajadores de la central nuclear amenazados por ETA, cuyos padres, sobre todo sus madres, intentaban que tuvieran una infancia feliz y que no percibieran el miedo y la angustia que los adultos sentían, inventando para ello juegos como el de buscar duendes (bombas) debajo del coche antes de subir a él, el de bajar las persianas y jugar a las tinieblas (cuando las piedras volaban hacia las ventanas), el de aprenderse las matrículas de los coches que veían cada día, el de no coger el teléfono salvo que sonara tres veces o sentarse en sitios públicos siempre de frente a la puerta de entrada. Transformando los momentos de miedo en juegos los niños percibían la realidad de otro modo, y aunque no eran realmente conscientes de lo que pasaba sí se daban cuenta de que algo ocurría pero no a todo el mundo le afectaba igual.

“Ya solo jugábamos a buscar duendes los fines de semana cuando íbamos a algún sitio en el coche de mi padre. Y muchas veces los buscaba solo él. Bajaba antes, volvía a subir y decía: «Todo bien, nos vamos». Siempre esa frase”.
La novela nos cuenta como un grupo de ingenieros, los mejores en su campo, son contratados para poner en funcionamiento una central nuclear. Evidentemente este tipo de empresas siempre tiene muchos detractores, y Lemóniz no era la excepción, el problema surgió, cuando ETA decidió intervenir en el asunto por encima de las voces de los ecologistas y las manifestaciones y protestas empezaron a convertirse en atentados. Hasta 300 atentados hubo relacionados con esta central, muchos de ellos destrozaron material, vehículos e incluso subestaciones de Iberduero, pero lo peor se lo llevaron cinco personas, las cinco víctimas mortales que siempre irán asociadas a esta "guerra" que acabó ganando la banda terrorista.

"Los niños de Lemóniz" es la historia del día a día de estas familias a las que poco a poco todo el mundo va dando la espalda, aunque a veces solamente por miedo a que se les relacione con alguien que está "señalado". A medida que uno avanza en la lectura, va notando esa angustia diaria que empezaba cuando el marido salía de casa y que no terminaba hasta que llamaba diciendo que volvía. Entonces comenzaba la cuenta atrás de los minutos que le llevaba llegar al hogar. Es increíble que a través de la inocencia y los ojos de los niños, que a pesar de todo te das cuenta de que llevaban un infancia feliz, seamos capaces de notar el aislamiento al que poco a poco se va sometiendo a estas familias, hasta que la tragedia se cierne sobre ellos, cuando ETA mata al ingeniero jefe y más tarde a su sucesor.

Fue tremendo tener que elegir entre trabajar en algo en lo que eres bueno, en un lugar que te gusta o simplemente estar vivo. Ellos estaban convencidos de que no podían ser un objetivo para ETA. Solamente eran los ingenieros de una obra civil y no los objetivos habituales de la banda terrorista, guardias civiles, policías, políticos..., pero... se equivocaron. Cuando ETA secuestró al Ingeniero Jefe exigió para su liberación la demolición de la central en una semana, algo a todas luces imposible, así que fue ejecutado sin contemplaciones (cuánto me he acordado de Miguel Ángel Blanco, al leer este sobre este asesinato). Además todos los técnicos de Lemóniz empezaron a recibir cartas de amenazas de muerte. La situación se volvió insostenible para todos ellos, que además ya no sabían en quién podían confiar, porque dentro de la propia central había partidarios de ETA.

Personalmente, creo que lo mejor de esta novela, además de haber aprendido mucho, sobre algo que desconocía, y sobre lo que después he leído bastante en internet, ha sido el enfoque que ha elegido la autora para contarla. Me ha encantado que antes de cada capítulo, haya elegido titulares de los periódicos de la época (al menos entiendo que eso son) para marcar el contexto de los capítulos y además elegir un punto de vista infantil, me ha parecido no solo muy acertado, sino también muy bien logrado. Todos los niños de esta novela, son tan auténticos, tan naturales que es muy fácil imaginarlos y escucharlos.

“Muchas veces me cansaba pensar en lo que decían los mayores, era confuso, había contradicciones, dobles sentidos, significados que no lograba descifrar”.

"Los niños de Lemóniz", que no lo he dicho hasta ahora, bebe mucho de los recuerdos de su autora, que vivió estos acontecimientos de cerca, me ha parecido una novela maravillosa, escrita de un modo muy natural, directo y ameno, es una lectura entrañable en unos tramos, emocionante en otros y también triste, pero también es toda una lección de amor, el amor de unos padres por sus hijos para los que trataron de construir una infancia que recordaran con cariño a pesar de las circunstancias. Una lectura con la que es fácil empatizar y que solamente puedo recomendar.

Enlace: https://bitacorademislectura..
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meszzara
 28 March 2019
En 1972 cuando se empezó a construir la Central Nuclear en Lemoniz nadie predijo todo lo que iba a ocurrir. Nadie se imaginaba que a lo largo de los siguientes años, que la construcción de este proyecto, a parte de las consabidas protestas de grupos antinucleares y movilizaciones de la sociedad vasca, se instrumentalizara  y se usara como moneda de cambio por ETA. Aprovechándose del ambiente de protestas e inconformismo que se vivía, ETA emprendió entre 1976 y 1982 su propia campaña antinuclear cometiendo trescientos atentados contra Lemoniz. Hubo trescientas cuarenta y siete personas asesinadas por ETA y sus diferentes ramas, entre militares, policías, trabajadores, confidentes, etc y todo ello enarbolando la bandera antinuclear.
Lemoniz solo fué un trofeo de guerra para ETA, sus obras se paralizaron en 1984.
La banda terrorista usó a Lemoniz como excusa o motivo para matar, para amenazar y privar de libertad a tantas personas que solo cumplían con su deber, que eran meros trabajadores, que no opinaban igual que ellos o simplemente se cruzaban en su camino.
MATAR NO TIENE EXCUSA, NUNCA DEBE SER EL MOTIVO, LA RAZÓN  NI EL PORQUÉ.

Este libro me ha resultado IMPACTANTE, no tanto por su historia sino por el hecho que esta historia me ha hecho pensar e intentar recordar que estaba yo haciendo o como vivía mi día a día.
Mientras la protagonista, Angela, jugaba a buscar duendes debajo de los coches o jugaba a las matrículas , yo vivía feliz, iba al colegio a diario, compartía juegos y risas con mis amigos en la calle y creía que todos los niños de mi barrio, de mi ciudad y de mi país vivían con libertad como yo. Cuan equivocada estaba!!

Este libro narra las vivencias, el día a día de unos niños que sólo eran eso, niños. Pero no iban al cole a diario, no jugaban en el parque, etc,  como otros niños españoles de su época, eran hijos de unos padres que por motivos laborales, eran acosados, ninguneados, perseguidos, insultados, amenazados y algunos asesinados.
Unos niños que vivian con miedo, que no entendían porqué sus mamás o papás actuaban de esa forma, desde pequeños tenían que seguir una rutina a la hora de salir a la calle, no podían soltarse de las manos de sus papás, entraban y salían de sus portales corriendo, buscaban duendes debajo de sus coches, cada día sus papás los llevaban por itinerarios distintos para ir a la escuela, usaban coches distintos, nunca podían aparcar en la puerta de los sitios ni de sus casas, no podían comprar en las tiendas de sus barrios, tenían contraseña para descolgar el teléfono o abrir el porterillo, etc.
Niños que fueron testigos de como alguien de su familia o del círculo de amigos era secuestrado y/o asesinado, niños que no entendían porqué si su papá o el papá de algún amigo era bueno, y porqué era jefe o trabajaba en tal sitio, esos señores malos lo asesinaban, y se iban al cielo, y del cielo no podían volver nunca.
Esto es historia de España aunque a algunos nos suene exagerado, inverosímil o lejano, es una historia novelada de hechos y acontecimientos reales, la propia autora, Estela Baz fué una de esos niños, niños inocentes que nunca debieron de vivir estos acontecimientos, y hasta su prologuista Don Luis del Olmo vivió en esa época amenazado por ETA.
Tras leer este libro la visión de mi niñez, de mi juventud ha cambiado, doy gracias a Dios por haber nacido y crecido a 800 kms del centro de la disputa, y creerme libre y segura.

Te recomiendo este libro, no te dejará indiferente.

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Las críticas de la prensa (1)
Abc03 April 2019
Estela Baz novela en su primer libro sus recuerdos como hija de uno de los ingenieros supervivientes de la campaña de terror de la banda que acabó con la central de Lemóniz.
Leer la crítica en el sitio web: Abc
Citas y frases (2) Añadir cita
aaiinuur2aaiinuur213 February 2020
Los niños de Lemóniz es un testimonio novelado que narra, con la tensión y la veracidad de quien lo ha sufrido en carne propia, la historia real de unos niños y niñas que, invisibles para las estadísticas, fueron cruelmente golpeados por el terrorismo de ETA (Prólogo de Luis del Olmo)
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PippiPippi07 November 2019
La alegría es contagiosa, como la tristeza.
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Video de Estela Baz (1) Ver másAñadir vídeo
Vidéo de Estela Baz
El pasado 7 de febrero contamos en Fnac Callao con la presencia de la escritora Estela Baz, quien estuvo presentando su último libro. ?Los niños de Lemóniz?, junto al periodista Luis del Olmo.
Una nueva perspectiva del conflicto vasco, desde la mirada de los niños que vivieron en aquel escenario, suponen el hilo conductor de esta historia tan necesaria como dura. Un relato que busca reconstruir a través de las palabras.
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