Los buscadores de conchas

Es la segunda vez que leo Los buscadores de conchas y creo que con el paso del tiempo la he disfrutado más si cabe.

Ambientada en 1984, nos muestra la vida de Penélope Keeling, alternando entre el presente en el que tiene sesenta y cuatro años y episodios situados antes y durante la 2ª GM.

Los capítulos son largos y cada uno de ellos tiene el nombre de un personaje de interés en la trama.

La protagonista es hija de un pintor de la época victoriana, Lawrence Stern. El cuadro preferido de su padre, Los buscadores de conchas que da nombre al libro, ha sido siempre su refugio en los buenos y los malos momentos.

La pluma de Rosamunde Pilcher es privilegiada, cálida, luminosa y describe con elegancia la costa de Cornualles o los Costwolds ingleses. Pero lo que realmente la hace especial es la manera en que es capaz de mostrar los matices emocionales de personajes y situaciones.

Este libro es un poderoso retrato de las decepciones que suponen a veces los lazos de sangre, pero no como una única constante en la vida de Penélope Keeling. La familia es muy importante en el mismo, pero también lo son amistades, y su vida en Porthkerris durante la guerra.

Aunque mi libro preferido de la autora continua siendo El regreso, Los buscadores de conchas es un collage de personajes eclécticos algunos odiosos y otros encantadores, en general creíbles y a menudo dotados de una contención emocional muy británica. Ahonda en los entresijos de la maternidad y en la propia independencia de la mujer como persona. Publicado originalmente en 1987, es el libro más conocido de la autora.
Posteriormente, Septiembre recupera como personaje destacado del mismo, al hijo menor de Penélope, Noel Keeling.

"Los buscadores de conchas" de Rosamunde Pilcher
Penélope es una mujer totalmente independiente que vive sola y mantiene relación con sus hijos: Nancy, Olivia y Noel. Tras sufrir un ataque al corazón, Olivia le manda a Antonia, para que no este sola y le obliga a contratar un jardinero para que no trabaje tanto. Antonia se enamora del jardinero, llamado Danus; y este romance entre los jóvenes llena de felicidad la vida de Penélope, porque le recuerda el romance que vivió en su juventud con Richard, el amor de su vida.
Durante un tiempo sus hijos Nancy y Noel, insisten en que venda los cuadros de su padre, un pintor famoso, para conseguir ellos dinero. al final Penélope decide vender los cuadros y paneles de Lawrence, menos un cuadro, “Los buscadores de conchas” que es demasiado importante para ella. Cuando decida viajar de nuevo a Cornualles, se llevará a los jóvenes para que la acompañen.
*Me ha encantado esta historia, de hecho ha sido mi mejor lectura del mes. La he disfrutado muchísimo desde el principio y me ha encantado cómo escribe la autora, te transporta a Cornualles con sus descripciones. Me ha emocionado mucho algunas historias, sobretodo la de Penélope y Richard en Cornualles y me he cabreado con el interés de Nancy y Noel. Me han gustado mucho Antonia y Danus. Una historia muy recomendable.

No me convence el estilo narrativo y su texto, entre otras cosas, híper adjetivado. Por ejemplo:
“Mostraba un mar encrespado con espumosas olas, una playa y un cielo plagado de amenazadoras nubes” o “Llevaba un sombrero de terciopelo negro muy calado, un amplio abrigo negro, una blusa de color crema, cadenas y pendientes de oro y varios anillos de filigrana en las manos. Su tez era pálida, la boca muy roja”.
Los personajes están muy polarizados. Se ve que la autora le tiene manía a la pobre Nancy porque la hace ambiciosa, tradicional, gorda, con una familia repelente, etc. No le da ninguna oportunidad.
La trama no sé si mejora mucho: Una señora no demasiado mayor, pero muy maja y con mucho estilo vuelve a su casa después de haber sufrido un infarto. Su hija mayor solo se preocupa de los gastos, aparentar y mantener su status quo y quiere ver qué hacen con la madre, es decir, quiere saber si le va a tocar a ella pagar por su cuidado. La hija más joven, que es un dechado de virtudes: inteligente, moderna, independiente, con un buen trabajo, cree que su madre estará bien.
De la híper adjetivación pasamos a la híper adverbialización. Cito: “(…) TOTALMENTE aturdida, Olivia colgó a su vez el auricular. SÚBITAMENTE, sintió un inmenso frío. Hecha un ovillo en el extremo del sofá, se envolvió con los brazos, mirando FIJAMENTE el salón ordenado (…)”. Hasta el final del párrafo hay otros dos adverbios terminados en -mente, en total cinco!

Este libro me lo recomendó mi madre hace unos cuantos años, asegurándome que era un libro ameno, entretenido y muy tranquilo. Ciertamente necesitaba una historia normalita y sosegada... pero no tanto.

Los buscadores de conchas relata el día a día de una anciana: cómo cuida su jardín, hace la comida, recibe visitas de sus hijos. Todo demasiado tranquilo para mí. Me aburre que no ocurra absolutamente nada. El libro muestra las vivencias de Penélope y lo alterna con sus recuerdos, estos capítulos eran aún más aburridos... Descubrimos a sus hijos: Nancy, que se cree una marquesa pero no tiene donde caerse muerta; Noel, la típica sanguijuela que vive para chuparle la sangre a sus amigos y familiares, y Olivia, la única que me cayó bien porque es una mujer independiente, sincera y nada entrometida, deja vivir a los demás sin inmiscuirse en sus asuntos.

El libro se divide en varios capítulos, cada uno de ellos dedicado a un personaje diferente: miembros de la familia y amigos de Penélope, y a través de ellos se va reconstruyendo su historia. El ritmo es lento y sin ningún tipo de atractivo.
Sé que al 99% de los lectores les ha encantado este libro y la forma de escribir de la autora, en cambio (y sintiéndolo mucho) yo necesito más movimiento, algo de chicha que me mantenga pegada a las páginas. No digo que haya que matar a nadie, pero sí alguna "desgracia" cotidiana entre sus páginas, aunque sea una simple torcedura de tobillo; con eso me conformo.

Lo lamento mucho por mi madre, que estaba ilusionada con la idea de que empezara a leer un libro que a ella le gustó mucho, y ha descubierto que a mí me gustan las historias hechas de otra pasta...

Saludos ;)

Ha sido una lectura tan espectacular, entrañable, cercana y emocional, que supongo terminaré siendo fan de la autora.

La historia de "Los buscadores de conchas", nos presenta a Penelope y su prole de tres. Ella es una mujer en el comienzo de la ancianidad, siempre ha sido activa, independiente, capaz de hacer tantas cosas por si misma y sumamente sociable. Reunirse alrededor de una mesa con las mejores personas, a las que más quiere, junto con una estupenda comida casera son su sinónimo de la felicidad. Penelope nos va contando su vida, desde pequeña, como se conocieron sus padres, como conoció al padre de sus hijos, su vida durante la segunda guerra mundial... Lo cierto es que asistimos a los acontecimientos que más marcan su vida. Cada capítulo tiene el nombre de un personaje, que influye en su vida de una forma u otra. No sigue un orden cronológico estricto, pero no os preocupéis en todo momento la autora nos sitúa estupendamente para que no nos perdamos. La historia atrapa dentro de su calma, yo tenía muchas ganas de saber como había sido la vida de Penelope, de sus hijos, amigos...

Penélope tiene dos hijas y un hijo. Dos de ellos no son lo que ella hubiera querido, a veces le impresiona pensar como ha podido educarlos así. Olivia, la mediana, sin embargo es muy diferente, cierto es que tiene sus fallos, pero se preocupa por su madre, es directa y sincera. Además la parte de la historia en la que la conocemos mejor es preciosa. Los dos hijos restantes, se preocupan más por el dinero y las apariencias que por su madre, quieren controlar su vida a toda costa y se esforzarán por conseguirlo.

Es una historia para leer con calma, nos habla de diferentes tipos de relaciones, entre padres e hijos, parejas, amistades leales, hermanos... su complejidad, las cosas buenas y malas que nos aportan. Por eso es una narración que se basa principalmente en personas, y en como éstas influyen en la vida de Penelope. Además nuestra protagonista -que me parece una persona estupenda con la que he disfrutado y me he entristecido- a lo largo de su vida ha sentido y vivido una gran felicidad, con su estupenda familia, de mente abierta, unida y cariñosa. También ha sentido pasión, amor, decepción, dolor...

Si tuviera que definir esta historia con pocas palabras diría que es cálida y calmada, no se hace lenta en ningún momento pero no goza de tensiones típicas de los thrillers, es más bien una historia que te acuna y te envuelve en un sinfín se sentimientos.

Es un libro que podría considerarse una novela coral en cuanto a personajes y emociones, no olvidemos que acompañamos a la protagonista casi toda su vida, y es una vida en la que da tiempo a muchas cosas.
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