Las maravillas

Nuestras vidas las marca y las rige el dinero. Es la conclusión a la que una llega después de leer ‘Las Maravillas‘ (Anagrama, 2020), la primera novela publicada de Elena Medel. Y es que a través de María y Alicia, dos mujeres trabajadoras, Medel pone sobre la mesa la cuestión de pertener a la clase obrera y ser mujer.

En los años 60, María se va a Madrid a trabajar, mientras que Alicia lo hará décadas más tarde en unas circunstancias muy similares, pero por unos motivos distintos. A medida que va avanzando la novela, vamos descubriendo que no solo las une los lazos familiares, sino que a pesar de ser de distintias generaciones vivirán una vida similar a causa de diferentes aspectos que se van descubriendo a lo largo de la historia.

Un relato claro y directo, sin romantizar el hecho de formar parte de la clase obrera. Elena Medel hablando claro de la posición de cada una y las circunstancias que viven. Me gustó mucho la respuesta que dió Elena Medel en una entrevista en La Vanguardia tras preguntarle si hay que cambiar de sueños cuando la realidad los estropea: “en la novela mis personajes no sueñan: tienen pesadillas. al menos una de ellas, Alicia. La otra, María, aspira a pagar las facturas, a descansar un rato cuando puede. Sí, qué nociva la retórica de que “lo conseguirás si lo sueñas, si te esfuerzas”. Pues no. A veces lo sueñas, a veces te esfuerzas, y sigues como estás: mal”.

Luces y sombras. Una lectura en la que en un principio es difícil entrar y conectar y en la que, después, lo complicado es saber parar. Pero también una lectura en la que, si dejas pasar unos pocos días, apenas queda un atisbo de recuerdo.

Las maravillas es una novela que habla de precariedad, económica y familiar, del tira y afloja que esos dos pilares, dinero y familia, suponen en el universo de dos mujeres y de cómo esa violencia silenciosa intenta desmembrar el ya complicado equilibrio entre el peso de la responsabilidad y el del deseo.

Llegados a este punto, podría parecer que son más las luces que las sombras, pero son varias las razones por las que no me ha convencido esta propuesta: la división en perspectivas y los saltos temporales resultan confusos, el tono gris de los personajes acaba tiñendo irremediablemente todo el libro y, aunque nos puedan llegar a interesar las vidas de María y Alicia, esa grisura apenas nos permite ver la claridad de aquellos aspectos que sí funcionan.

Sí que me parece interesante incluir en una novela la importancia del dinero para las mujeres, por todo lo que ello significa: independencia, realización y, lo más importante, capacidad de decisión. Seguramente la historia de estas dos mujeres (y de tantas otras) hubiera sido totalmente distinta de haber contado con la suficiente solvencia económica para encarrilar sus vidas hacia el quiero y no hacia el puedo.

Realmente me ha costado mucho exprimir mi experiencia de lectura para poder hablaros de esta novela, no sé si fruto de no haber escrito poco después de su final o, simplemente, fruto de que esta novela no me ha impresionado tal y como pensaba que podría hacerlo.

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¿De qué hablamos cuándo hablamos de dinero? Es increíble como transversalmente el dinero influye de una manera u otra, lo tengas o no lo tengas. Algo tan tangible pero efímero a la vez. Su ausencia se nota y de qué manera... precariedad es solo la base del problema. ¿Y las emociones? ¿Quién las nombra? ¿Y el rumbo de nuestra vida? ¿Y las circunstancias que se nos dan y nos rodean?.
Todo lo que ocurre en este libro son daños directos y también colaterales que produce una economía precaria pero también una economía perdida. Esto se transformará en cierta vulnerabilidad.

Al principio he escrito que el dinero influye transversalmente en nuestras vidas, lo tengas o no, y es por eso que la historia toca varios temas más: maternidad, relaciones, lazos familiares,etcétera.
La autora se basa en dos historias de dos mujeres de distintas épocas: María y Alicia.

Tengo que decir que al principio me costó conectar con la historia y que he empatizado poco o casi nada con las protagonistas... hay algo en sus comportamientos que no he logrado entender... no quiero decir que me ha decepcionado pero si es cierto que me esperaba otra cosa. Esto no quiero que tape la narración de la autora que me ha encantado, me ha parecido muy original y creo que ha sabido transmitir bien su mensaje. al fin y al cabo eran mis expectativas y contaba con que podría ocurrirme. Os invito a buscar más reseñas sobre esta historia si os llegáis a animar con ella. En este caso no he sabido conectar del todo con la historia.

Nos hablan María y Alicia de sus vidas, de sus historias, y entretejiendo la historia de ambas conoceremos las historias de otras mujeres. Todas condicionadas por dónde y cómo nacieron, y por la situación económica de cada una de ellas.
Sus vidas no te serán extrañas, mujeres de barrio, mujeres de “provincias” que emigran a Madrid en busca de oportunidades. Las relaciones de pareja, la sexualidad, la maternidad, el machismo (incluso dentro de los movimientos de izquierdas), las desigualdades sociales, la precariedad laboral… son algunos de los temas que tratan, temas cotidianos con los que nos encontramos todas.
Me ha gustado mucho que el libro empiece y acabe en el 8M de 2018, me parece un guiño a un movimiento, el feminismo, que nos une a todas, de diferentes barrios, de diferentes clases sociales, edades, sexualidades y estados civiles.
María y Alicia somo todas.

Esta novela empieza y termina el 8 de marzo de 2018. Empieza y termina en Madrid aunque es en Córdoba donde ocurren algunos hechos muy importantes. Hay algunos saltos en el tiempo con los que se enlazan las desventuras de tres mujeres de la misma sangre que, sin embargo, no forman "familia"A través de sus vidas vivimos momentos señalados de nuestra historia cercana como la muerte de Franco, el triunfo del PSOE en el 1982, distintos momentos entre esa fecha y 2018. Unas historias de mujeres que emocionan, irritan, duelen y sobre todoo, se creen.