Las madres no

Una madre que le arrebata la vida a sus dos hijos, un padre que paga la fianza y le pone la mejor abogada, y una escritora y madre primeriza que se obsesiona en desgranar e intentar comprender que fue lo que ocurrió. Las madres no de Katixa Agirre es un arriesgado testimonio sobre la maternidad en su faceta más oscura. Una narración que navega entre el ensayo y la novela, que sin pertenecer claramente a un bando o a otro, aúna lo mejor de ambas partes otorgando al lector una interesante lectura con gran variedad de datos que le ayuden a afrontar los hechos narrados desde un punto de vista más empírico que emocional.

Me fue imposible no pensar en Canción dulce, de la autora marroquí Leila Slimani, cuando me enteré cual era el punto de partida de Las madres no. Sin embargo, a medida que fui avanzando en su lectura, pude notar una divergencia bastante notoria en el resultado final de la historia. El libro de la autora vasca se centra mucho más en tratar de desgranar las dificultades y miedos que rodean a la maternidad. Y si que creo que nunca te promete unas conclusiones (al contrario de lo que sentí en Canción dulce), si no que te desgrana los hechos aportando datos que te ayuden a ti como lector a encontrar la conclusión que más te satisfaga. Porque en un hecho tan trágico, es imposible encontrar unanimidad en el por qué, por tanto buscar respuestas en una historia así no debería ser el objetivo.

Las madres no es un libro adictivo a la par que informativo, oscuro a la par que iluminador, valiente a la par que cauto. Un libro complejo en el tema, pero sencillo en la forma. Realmente interesante si buscas libros que abarquen la maternidad o la salud mental. No obstante, al igual que cuando recomendé Canción dulce en su momento, no es un libro que recomendaría a todo el mundo. Se trata de un libro cuya premisa de partida es muy delicada que si a ti como lector es un tema que te afecte, pues este libro no es para ti.

La historia comienza con un crimen: una madre ahoga a sus bebés gemelos en la bañera. La narradora y escritora, que está esperando su primer hijo, se entera de esta noticia. Interesada por el crimen y la personalidad de la asesina, la narradora se toma una baja por maternidad, pero no para cuidar al niño, sino para seguir el caso más intensamente.

La novela psicológica de Katixa Agirre trata sobre madres para quienes los hijos son el talón de Aquiles y sobre la depresión posparto, que sigue siendo una especie de tema tabú.

Una historia corta pero muy bien estructurada con miniensayos sobre el conflicto entre maternidad y creatividad, sobre madres famosas (Doris Lessing, Scot Muriel Spark, Sylvia Plath ) las cuales de una forma u otra dejaron atrás a sus hijos, va sobre el infanticidio en general…

Una historia que puede considerarse también ensayo, que me ha gustado mucho, con el que me he sentido muy identificada, que recomiendo, si, pero quizá te replantees muchas cosas al leerlo.

Y mi conclusión… No podemos ignorar la presión social sobre las madres. Para la mayoría de las mujeres, es muy difícil admitir ante sí mismas, ante sus familias, ante las autoridades (al fin y al cabo, los médicos son autoridades) que la maternidad no les llena de alegría, y no sólo eso, sino que incluso se sienten arruinadas por ella.

Sí, lo reconozco. Actualmente y, en la sociedad rápida en la que vivimos, estoy obsesionada con encontrar nuevos estímulos que me sorprendan y me aporten algo distinto. Eso se topa de lleno con una exigencia cultural y un esnobismo propio sin límites pero, al final, siempre he pensado que todes debemos buscar aquello que nos llene.

Eso es precisamente lo que he encontrado con esta novela.

Agirre la publicó inicialmente en euskera y, posteriormente, ella se encargó de traducir su obra al castellano. Y se nota…vaya que si se nota.

La verdad es que he ido totalmente a ciegas y pensaba que me iba a encontrar la típica historia reivindicativa de la poca visibilidad sobre la maternidad y otros temas que últimamente están saliendo más a la palestra.

Ella se moja, se tira a la piscina, sale por la escalerilla desequilibrada, vuelve a tirarse, se empapa, se resfría, se recupera intentando alternar Paracetamol e Ibuprofeno cada 4 horas y luego se vuelve a tirar.

Eso es esta obra.

Es jodidamente bestial como se arriesga con temas que podrían poner en juego su cabeza como el plantearse por qué una madre puede cometer infanticidio, qué la lleva a ese punto, el por qué del olvido de la figura materna con la llegada del bebé, el hecho de que a muchas mujeres se les haya pasado por la cabeza su vida sin sus hijos, la posterior culpa inmediata, la falta de cancha social y la frustración personal dejando atrás al YO para convertirse en un nosotres, dos, simbiosis y difuminación de la frontera carnal.

Bravo y mil veces bravo - os recomiendo encarecidamente que os adentréis en este trhiller judicial plagado de cuestiones que hacen valorar la maternidad desde otra perspectiva.

Las madres no ¿pueden hacer qué? ¿Escribir, crear o tener una vida propia después de convertirse en madres? Es el primer libro de la editorial Tránsito que leo, y creo que no podía haber escogido mejor. El tema de la maternidad y de la vida de la mujer tras convertirse en madre siempre me ha interesado, pues parece que la identidad propia desaparece totalmente en cuanto tienes hijos. Claro está que esto sólo sucede en el caso de las mujeres. En esta novela escrita con tintes de thriller y ensayo, Katixa Agirre entrelaza la historia de una escritora que está a punto de ser madre con la de Alice, quien acaba de asesinar a sus gemelos. Agirre expone constantemente también, a forma de crónica o de diario personal, el contraste que supone convertirse en madre: la alegría, el miedo, la creación, la soledad y el abismo.

La novela es un diálogo constante sobre el rol de la mujer/madre, no sólo entre estos dos personajes, sino también entre diferentes escritoras a las que la autora hace referencia como Sylvia Plath, Doris Lessing, Adrienne Rich o Muriel Spark.

La narración fluye como un río y te arrastra con él. Las diferentes visiones y vivencias sobre la maternidad que se exponen dan pie a muchas reflexiones; reflexiones que también se hace la propia autora y con la que el lector enseguida conecta gracias a este estilo íntimo y directo. He disfrutado enormemente de esta novela, es de esos libros que siempre quieres leer un capítulo más. Y así hasta darte cuenta que lo has leído en un solo día.

«Las madres no escriben, están escritas» es la cita de Susan Suleiman con la que empieza el segundo capítulo. Las madres son madres, sin más identidad. Sin embargo, Agirre le da la vuelta a esa frase a lo largo de la novela: mujeres que buscan reencontrarse, encajar todas las piezas que ahora configuran su yo. Porque las madres son mujeres con pasado, con ambiciones, con deseos. Porque las madres sí. 

¿A quién no le llama la atención la sinopsis de esta novela? "Una madre mata a sus gemelos. Otra mujer, la narradora y protagonista de esta historia, está a punto de dar a luz". Yo no necesité nada más para interesarme. Sabía, además, que la obra iba a tener un trasfondo, una reflexión sobre la figura de la madre, la idealización de la maternidad presente siglos y siglos, el rol de perfecta cuidadora; o la imagen de la mujer exhausta, sin tiempo para sí misma, quizá perdida, tal vez confusa y sola como nunca antes, pero siempre con la sonrisa en los labios y la respuesta automática de "ser madre es lo mejor que podría haberme pasado".

Este libro no reniega, no rechaza el amor pleno por un pequeño ser; en absoluto tiene un mensaje negativo de la maternidad ni proclama el que ser madres es un horror y que por ello, no deberíamos desear serlo. Pero sí muestra unos ángulos negados, casi prohibidos para la mujer madre. Con esta novela, Katixa hace hincapié en que las madres no son, ni mucho menos, perfectas; cometen "errores". Las madres, a veces, desean momentáneamente volver atrás; porque durante un tiempo su existencia, su identidad, se diluye, y se ven relegadas al simple hecho de ser "madre".

Mucho hay en este libro. He querido subrayarlo de principio a fin. Para mi hermana embarazada, para mí... Lo recomiendo a todas las que buscan ser madres (antes o después), a las que van a serlo inminentemente, a las que acaban de serlo o llevan años siendo llamadas "mami" y a las que dejaron de serlo. También a los que han sido, son o serán padres. Y por supuesto a aquellas personas que, como mucho, aspiran a ser titas o titos.