La última Sibila

Esta novela histórica está centrada en Delfos, concretamente en la época en la que los romanos son el centro del mundo y están extendiendo su imperio. En este contexto nos encontramos con Berenice, una niña que, de un día para otro, es entregada por su madre al templo de Delfos para que allí la eduquen y se convierta en una futura pitia u oráculo. La pequeña tiene poco más que nueve años y, de repente, se ve envuelta en un entorno férreamente religioso y filosófico que no comprende y que le obliga a crecer demasiado rápido, lejos de su madre y su familia. Así pues, asistimos al entrenamiento de Berenice en los conocimientos filosóficos, políticos, morales y, por supuesto, religiosos y mitológicos de Grecia. Junto con otras sacerdotisas y sus maestros, la niña aprenderá lo importante que es su papel como futura sibila y lo importante que es albergar un buen conocimiento sobre su sociedad, convirtiéndose así en una joven inteligente y juiciosa.

No os voy a engañar, esta novela está escrita para todos aquellos que disfruten con la Grecia Clásica. Si ese no es tu caso, lo más probable es que la encuentres muy aburrida. Incluso a mí me lo pareció en ciertos puntos y eso que me apasiona este tema. La trama gira en torno a la pequeña Berenice y su aprendizaje como futura sibila/pitia para el oráculo de Delfos. Así pues, tendrá que aprender sobre una amplia diversidad de temas en profundidad para ser capaz de, ayudada por el dios Apolo, responder con la mayor inteligencia y agudeza las peticiones que pronuncien los diferentes ciudadanos que acuden al oráculo en el caso de que finalmente Berenice sea elegida como pitia, puesto que hay otras candidatas además de ella.

Esta novela me ha resultado muy interesante por lo bien documentada que está y porque te permite hacer un magnífico viaje al pasado. Podemos conocer mejor no solo la famosa figura de la sibila y su importante papel en el oráculo de Delfos, sino también la sociedad griega de aquella época, cómo afrontaron los griegos la presencia romana, sus costumbres, cómo sus creencias religiosas en el Olimpo se van tambaleando a causa del auge del cristianismo... Gracias a las clases de Berenice y a que la pobre no tiene mucha idea de las cosas, Abenia nos introduce en disertaciones filosóficas, en lecciones de historia, política, en los distintos ritos que se realizaban en honor de los dioses y en un montón más de cuestiones que, si eres un apasionado de Grecia, se disfrutan un montón.

No obstante, como he comentado más arriba, hubo puntos que se me hicieron demasiado densos. Y es que para mí la autora peca de infodumping, es decir, de un exceso de información que, para mi gusto, en ocasiones era innecesaria. Esto se puede apreciar, por ejemplo, en las constantes disertaciones filosóficas que se daban durante las clases. al principio eran interesantes porque te ayudaban a comprender mejor la mentalidad de los griegos y su forma de ver el mundo y la sociedad; sin embargo, llegaba un punto en el que prácticamente cada vez que las sacerdotisas tenían clase había una disertación de este estilo, lo que hacía que el capítulo en cuestión me resultara tedioso. En el mismo tono, otro aspecto que me molestó es que la autora aprovecha la ignorancia de Berenice para que otros personajes estén constantemente dándole explicaciones acerca de los dioses y cómo funciona su universo en particular, así como acerca de los ritos religiosos, la historia de Grecia, las cuestiones políticas más acuciantes... Como digo, estos datos al principio son muy interesantes y si te gusta la historia griega es muy disfrutable ya que aprendes muchísimo, pero llega un punto en el que termina cansando debido a este exceso de información. Creo que la autora podría haber introducido toda esta información nueva para el lector en menos cantidad y en pequeñas dosis porque al final lo único que consigue es abrumarte y que no te enteres de mucho. Incluso muchas veces la propia trama quedaba eclipsada por todas las lecciones que tenía que aprender Berenice y no sabías muy bien en qué dirección pretendía ir la autora.

Al margen de todo lo que aprendes de Grecia en este libro (que termina siendo el grueso principal de la obra), la trama principal gira en torno a cómo va evolucionando Berenice conforme va creciendo y preparándose para ser sibila, así como el desarrollo de los personajes que la rodean. de sus compañeras sacerdotisas destacan Aspasia, Helena y Clea. Aspasia es la mejor amiga de Berenice y se consideran casi hermanas. Es una chica inteligente y muy entregada a su futuro como sibila, tanto es así que estudia sin descanso para continuar adquiriendo más conocimientos de temas muy variados. No solo se limita a lo que aprende en clase, sino que continua formándose por su cuenta como, por ejemplo, en medicina. Conforme va haciéndose mayor, su ego y su ambición crecen con ella, convirtiéndola en una mujer que es capaz de cualquier cosa por conseguir sus objetivos y que termina despreciando a aquellos a los que considera inferiores. Su cambio tan radical llegará a su auge cuando surja una profunda rivalidad con Helena, la mujer que, finalmente, ha sido elegida como sibila debido a su edad y su experiencia. Sin embargo, Helena no hace un buen papel en el oráculo, por lo que Aspasia será elegida como sibila en la sombra. Esto hará que el odio entre las dos mujeres se acreciente, sobre todo por parte de Aspasia que no soporta que Helena, a la que considera inferior a ella, se lleve todo el mérito cuando es realmente Aspasia la que está actuando como la verdadera pitia.


Por su parte, Clea es una sacerdotisa de Dionisio superficial, pasional, intensa, lujuriosa y egocéntrica. No se lleva bien con las sacerdotisas de Apolo pues no solo sus ideas sobre la religión y los dioses son demasiado diferentes, sino que, además, Clea considera a las seguidoras de Apolo demasiado estrictas y sabiondas y, por el contrario, estas consideran que Clea es demasiado libertina. Junto con Aspasia y la protagonista, Clea es uno de los personajes que sufre una mayor evolución a lo largo de la novela y, a pesar de que es bastante odiosa al principio, conforme avanzaba la lectura me caía cada vez mejor, hasta convertirse en mi favorita. Por el contrario, Aspasia cada vez es más odiosa por esos constantes aires de superioridad y por su imparable ambición, que la llevarán a sacrificar cualquier cosa por alcanzar su meta de ser la única y válida sibila de Delfos. También me gustaría destacar a Plutarco, el maestro de las muchachas, un hombre sabio que sabe escuchar y dar buenos consejos. No solo responde a todas las inquietudes de sus alumnas, sino que, si le preguntan algo cuya respuesta desconoce, no duda en admitirlo y en investigarlo para poder contestar en la siguiente clase. Es un gran apoyo para la pequeña Berenice y siempre está ahí para ayudar.

Respecto a la prosa de la autora, es sencilla a la par que rimbombante durante las ya mencionadas disertaciones filosóficas, algo que va acorde con lo que se está hablando.

La última sibila es una novela bien construida y documentada, pero que peca de infodumping o de exceso de información, dejando muchas veces la trama a un lado en pos de cuestiones históricas, políticas, religiosas, filosóficas o sociales. A pesar de hacer un buen y fiel retrato de la sociedad griega, si no te gusta la novela histórica y tampoco te entusiasma especialmente la Grecia Clásica, con toda probabilidad no disfrutarás de este libro.
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Corre el año 114 d.C. en Delfos, una época en la que la ciudad destaca como lugar sagrado, pues allí se encuentra uno de los oráculos más importantes del momento, el oráculo de Delfos también conocido como el "ombligo del mundo". En este contexto, Berenice, una niña de siete años, descubre que debe de trasladarse a la casa de la Pitia, la pitonisa del oráculo. Su madre ha esperado a que cumpla la edad sagrada para despedirse de ella. Debe acudir al templo de la diosa, pues su nacimiento fue gracias al poder de esta, de Gaia, la diosa de la tierra, y su destino está ligado al oráculo, como ya anticipó la gran Pitia. Berenice está destinada a convertirse en una de las grandes Pitias.

La niña acude con miedo al templo, sabe que su vida cambiará para siempre. Será la gran Pitia quien la reciba y demuestre que en ella tiene puesta mucha esperanza, la convertirá en la mejor adivinadora que haya habido en Delfos.

"-Bienvenida a este gineceo, un Universo femenino donde encontrarás a tus nuevas hermanas, a tu nueva madre y a tu nueva diosa."

Con este traslado, el ambiente humilde y el calor de su madre desaparecerán para siempre. Y aunque sí que disfrutará de muchos lujos que no tenía, su aprendizaje implicará hacer muchos sacrificios, pues las pequeñas sacerdotisas dedicarán su vida al culto, tanto corporal como intelectual. Pero todo será más llevadero junto a otra niña algo más mayor que ella, Aspasia, una jovencita que también está destinada a ser pitia, y que será su gran apoyo a lo largo de los años en los que las veremos crecer.

A través de este comienzo prometedor Isabel nos va acercando no solo a la vida de estas sacerdotisas, sus costumbres o el nivel de vida que llevaban (comida, clases, deporte...), también a la importancia que en aquella época se daba a la adivinación o al consejo de una pitia. Y a la fuerza de la representación femenina en las artes adivinatorias y decisorias, que más tarde fue quedando relegada solo a la figura del varón.

"En esta civilización creada por varones, solamente necesitaban la magia femenina, esa poder exclusivamente nuestro que ellos nunca disfrutarán, consistente en el poder generativo y la visión profética, y nos obligaron a poner ambos a su disposición tanto para la necesaria reproducción como para emitir respuestas oculares; estas últimas como sustitución del antiguo consejo de ancianas y de los inspiradores dictámenes de las reinas de otros tiempos."

A lo largo de los años en los que transcurre el desarrollo de la historia veremos crecer a Berenice, evolucionando hacia una adolescente que ha sabido interiorizar lo que de ella se pedía, convirtiéndose en una joven inteligente y coherente. Sin embargo el ambiente en el que crece estará cargado de envidias y mentiras, pues todas las sacerdotisas quieren ser las mejores, aunque no todas pueden. Y eso acabará por afectar a la convivencia, resolviéndose con una de ellas muerta.

A través de la historia de sus protagonistas su autora ha sabido intercalar de forma natural continuas referencias a personajes históricos del momento que nos sitúan en la época. También, en las clases de las pequeñas sacerdotisas, que dará el mismo Plutarco de Queronea, surgirán temas literarios o filosóficos, y muchas de las historias de sus dioses. Incluso evidenciaremos el declive de estos con el avance del cristianismo como religión.

Los que me seguís desde hace tiempo sabéis que la novela histórica no es mi fuerte, me cuesta mucho animarme con ella. Sin embargo la fuerza que emana esa figura femenina, casi mágica, de la Sibila me atrajo desde el primer momento. Quizás "La última Sibila" no ha sido todo lo que esperaba, pues creo que es una lectura que tiene mucho de costumbrista y al final la historia de sus personajes queda algo desdibujada. Eso provocó que fuera una lectura con altibajos, no tanto en su ritmo, sino más bien en el interés que me despertaba lo que estaba leyendo. Aunque hacia el final coge ritmo gracias a ese caso de muerte, que dará el toque de suspense a su lectura.

Mi sensación final es que Isabel ha tomado prestado la figura de una niña, la imagen femenina de una futura pitia, como excusa para mostrarnos una época esplendorosa para Delfos. Un contexto sobre el que se nota que ha investigado y que domina a la perfección, y en el que intuímos su pasión por lo que nos narra. Quizás por eso "La última Sibila" la recomendaría a aquellos lectores que disfruten de estos temas y que no les importe leer una novela en la que prima lo costumbrista frente a la ficción de sus personajes. Una lectura muy interesante.

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En la ciudad de Delfos, en la Grecia de los dioses, habitaba Pitia, la gran serpiente hija de Gea, Apolo la dio muerte adquiriendo así el don de la profecía, construyéndose un templo en su honor. Desde entonces la sibila de Delfos, la Pitia heredera de ese don, inhalando los vapores del templo y gracias a la diosa Gea, adivina el futuro de los hombres. Delfos se convierte así en la ciudad del oráculo, en el ombligo del mundo. La ciudad más famosa de Grecia, centro neurálgico del saber.

La novela de Isabel Abenia nos transporta a esta ciudad, en el siglo I d.C., en el comienzo del ocaso de esta época de resplandor. Viviendo con Berenice durante siete años en el templo del oráculo.

Aganice lleva a su pequeña hija Berenice al templo, para que a su debido tiempo, se convierta en pitia. La recibe la vieja Pitia, que enseguida ve en ella unas grandes dotes, pese a su escasa edad y la inicia en los saberes del templo y del oráculo.

Otras dos jóvenes, ya más iniciadas, se hacen cargo de ella, la bellísima Helena que actúa sin cuestionarse nada y Aspasia, más interesada en la sabiduría, que se rodea de libros y lee incesantemente sobre todo tipo de temas.

El templo de Delfos se comparte entre Apolo y el dios Dionisos, por lo que también conviven en el Clea y Eurídice. Las cuatro jóvenes se encargan de que la llama del templo nunca se apague. Los cambios entre Apolo y Dionisio dan lugar a muchas fiestas y ritos que conoceremos a través de la lectura.

Es mucho lo que debe aprender Berenice, pues “una buena pitia debe saber cuántos son los granos de arena en una playa y las dimensiones exactas del mar”. Para ello cuentan con Plutarco, que les inicia en todos los saberes de la antigua Grecia, pues aunque el emperador Trajano domina el país, siempre ha dejado libertad a los griegos en su modo de pensar y no le conviene modificar las normas en la ciudad del oráculo.

Berenice irá descubriendo, con el paso de los años, que la vida no es como parece, que las personas que la rodean esconden misterios e incógnitas difíciles de conocer. Su misma vida es un misterio que debe descubrir. La vida en el templo es difícil, convivirá entre envidias, pasiones, belleza, sabiduría, la emergente religión cristiana, muertes “aparentemente” normales…

La novela me ha resultado amena porque me gusta bastante la época en la que se desarrolla. La lectura no es muy ágil pues hay que detenerse para empaparnos de todo lo que nos enseña, nos lleva constantemente a conocer historias de la mitología griega, nos hace relatos interesantes sobre la vida cotidiana, es realmente sorprendente descubrir en épocas tan remotas cosas que aún hoy seguimos haciendo de manera diferente, pero igual en el fondo.

Los capítulos son largos, pero con puntos y aparte, por lo que no es necesario acabarlos.

Cada una de las jóvenes tiene una historia bien diferenciada que se amalgama en la novela y tiene un punto final.

Recomiendo su lectura a los fanáticos de la historia de la antigua Gracia, a los interesados en temas de la cultura antigua, es una novela muy bien documentada y con una prosa agradable y bien escrita.

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Reseña de la última Sibila, de Isabel Abenia

La decadencia de una cultura y el nacimiento de la que ha intentado acabar con la civilización sobre la que se han recreado el resto de civilizaciones.

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Un saludo
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