La noche es virgen

Hace un tiempo mientras sintonizaba un programa de Jaime Bayly, me dije que tendría que leer un libro de ese señor, y es que más allá de que no comparta muchas de sus ideas políticas, debo admitir que su irreverencia me entretiene y deja entrever un poco de genialidad en sus diatribas que hicieron interesarme por leer algún libro suyo.

"La noche es virgen" es la primera novela que leo de Jaime Bayly y diré que fue un poco decepcionante, no es que sea mala, más bien es un poco ligera y con un protagonista que no me termina de convencer. Gabriel Barrios un joven limeño que trabaja en un canal de televisión haciendo entrevistas a personalidades del Perú, pretende vivir en medio de la mojigatería y el machismo peruano ocultando su homosexualidad, pero de igual forma aceptándose como es y dando rienda suelta al disfrute de la sexualidad oculto a la vista acusadora de una ciudad que odia y que ama a la vez.

Es cierto que Gabriel Barrios es sin duda el reflejo de Jaime Bayly, es más, el protagonista de la historia realiza una entrevista en donde deja mal parado a un tal Alan, lo mismo que hizo en la realidad el autor al entrevistar al candidato presidencial peruano Alan García, lo que le costaría el trabajo de presentador. Es así que los paralelismos son obvios, un presentador de televisión de familia adinerada y homosexual de closet, características tanto del autor como del personaje, que vive entre la "insoportable" Lima y el escape que significa Miami. Pero Gabriel Barrios es un joven que disfruta el sexo tanto con hombres como con mujeres, que se droga y vive su vida ocultándose entre las miradas acusadoras del machismo y las conductas conservadoras, cosa que la tiene difícil dada su fama como presentador reconocido.

Jaime Bayly crea una novela escrita con una puntuación arbitraria y llena de frases cortas, donde plasma la Lima nocturna abarrotada de vicios y sexo, una ciudad decadente y falta de orden, repudiada por el protagonista por no ser tan culta, cosmopolita y desinhibida en comparación con su adorada Miami. A veces es imposible no odiar al protagonista lleno de un esnobismo recalcitrante que no se ahorra adjetivos para describir el repudio que le genera la gente limeña y puede llegar a parecer ofensivo e insultante cuando aflora su deseo sexual, pero es la expresión de los pensamientos más bajos salidos de su lujuria incontrolable que le dan la forma y la tridimensionalidad que lo hacen parecer más terrenal. El final de "La noche es virgen" se queda corto y deja un sinsabor, un vacío que puede llegar a decepcionar por su pobre impacto, pero que logra dar ese toque de cotidianidad urbana de la que esta hecha la novela, es así que la narrativa logra la utilización de la jerga y modismos del hablar cotidiano y vulgar del limeño promedio, lo que ayuda a crear el ambiente urbano lleno de excesos, presentándolo de la manera más irónica y sarcástica posible, sin dejar de ser mordaz en su crítica hacia a la sociedad conservadora, religiosa y machista imperante en Lima, que agobia al protagonista y que sin embargo, no lo deja huir del todo porque así mismo como odia la ciudad, también la ama.
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