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Isabel García Adánez (Traductor)
ISBN : 8435018385
1056 páginas
Editorial: Edhasa (23/04/2009)

Calificación promedio : 4.2/5 (sobre 46 calificaciones)
Resumen:
La montaña mágica (Der Zauberberg, en el original alemán) es una novela de Thomas Mann que se publicó en 1924. Es considerada la novela más importante de su autor y un clásico de la literatura en lengua alemana del siglo XX que ha sido traducido a numerosos idiomas. Thomas Mann comenzó a escribir la novela en 1912, a raíz de una visita a su esposa en el Sanatorio Wald de Davos en el que se encontraba internada. La concibió inicialmente como una novela corta, pero el... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (13) Ver más Añadir una crítica
PilarLaEremita
 18 June 2020
Acabo de plantearme un reto, un más difícil todavía: intentar explicaros este pedazo de obra maestra donde las haya, coloquialmente.

No es moco de pavo creedme, pues a La Montaña Mágica se le puede denominar muchas cosas, mas ningún sinónimo de "llana" o "coloquial" se le aplica. Pero yo, que como os he dicho en muchas ocasiones soy más chula que un ocho, voy a cometer tal sacrilegio sin culpa. Que no sigan los puristas (esos de los eventos consuetudinarios)

La razón es simple: es uno de esos libros que me llevaría a una isla desierta, pues cada vez que lo leo descubro cosas nuevas. Casi mil páginas, dependiendo de la edición, de narrativa, filosofía, política europea pre-guerra mundial... ahí es nada.

Debo avisaros que no es para lectores desacostumbrados, sino para aquellos que, habituados a devorar con ansia de gourmands todo escrito que cae en sus manos, los ojos ya acostumbrados a textos densos sin apenas pausas, la mente ya ducha en navegar por mares de prosas inacabables, deciden arriesgarse a ser gourmets. Y claro, no todos los paladares están hechos a ello.

Vaya por Dios, me ha salido un estilo un tanto settembrino, ya sabréis lo que quiero decir si me seguís leyendo. Os lo cuento en palabras simples: es un tocho. He dicho. Pero un tocho que atrapa, hace pensar, enamora, emociona y enseña historia desde el punto de vista que quien la vive. Vale la pena llevarlo en el metro o en el bus aunque el bolso pese un 🐣(si, es un huevo con pollito) en los traslados. Y os acompañará cientos de kilómetros de transporte urbano e interurbano, muchas noches de lamparita y pre-siestas tranquilas, porque no se lee en dos días. Hay que paladearlo. Hay que entenderlo. Es alemán, con lo que no digo nada y lo digo todo.


Vamos a conocer un poquito a Herr Thomas Mann, pues aunque no acostumbro a poner biografías de los autores en mis recomendaciones, en este caso es importante para situarnos en el contexto sociocultural de la novela (¡toma palabros! si hasta voy a parecer seria y todo).

Esto nos cuenta Biografías y vidas sobre él:

"(Lübeck, 1875 - Kilchberg, 1955) Escritor alemán, premio Nobel en 1929. Criado en Lübeck en el seno de una familia patricia, a la muerte de su padre en 1893 siguió a su madre a Munich, donde trabajó como aprendiz en una compañía de seguros. Más tarde, aprovechando en parte las relaciones de su hermano Heinrich, colaboró con varias revistas, entre ellas Simplizissimus. de 1895 a 1897 estuvo en Italia, acompañando a su hermano."


Se dice que entre 1900 y 1903 mantuvo un bromance con el violinista y pintor Paul Ehrenberg, cosa que menciono porque pienso que la bisexualidad de Mann está notablemente presente en las relaciones masculinas de casi todas sus obras, aunque se casó con Katia Pringsheim en 1905.

Y fué precisamente una visita al Sanatorio Wald de Davos en 1912, donde se encontraba ingresada su esposa aquejada de una afección pulmonar, la que inició La Montaña Mágica. No se publicó hasta 1924, once años de novela que atravesó en su proceso de escritura la primera Guerra Mundial (1914-1918) y parte del periodo de la República de Weimar (1919-1932)



Podéis continuar leyendo la biografía de Mann en el enlace o en la wiki, pues lo que a nosotros nos interesa es hasta ese momento y para qué complicarlo más de lo necesario, que ya vamos densitos.


En el argumento, Hans Castorp, un joven de una familia pequeñoburguesa de Hamburgo, viaja a Berghof, un sanatorio de afecciones respiratorias (tuberculosis vaya, para que nos entendamos) en los Alpes suizos, a fin de pasar unos días con su primo allí ingresado.

Berghof es un micromundo dentro del mundo, con sus costumbres y su pequeña sociedad estamental.

Mientras se adapta al ambiente de balneario europeo burgués y decadente, con la muerte acechando cada alma que allí se encuentra, va conociendo a los personajes que trazan la novela, dividida en siete capítulos o etapas de su estancia, pues lo que iba a ser una visita de tres semanas se convierte en una estancia de siete años, que acaba con el estallido de la Primera Guerra Mundial.

Vamos con esos increíbles e icónicos personajes principales de Mann. No se nota nada que estoy enamorada de todos y cada uno de ellos, y de las conversaciones sobre lo divino y lo humano que mantienen ¿verdad?. Añado una frase representativa de cada uno, así podréis decir que lo habeis leido sin mentir en exceso, amen de valer la pena:

Hans Castorp, un joven burgués idealista en torno al cual Mann desarrolla la línea narrativa como presencia constante, un poco nuestros oídos y ojos en la novela para conocer e interactuar con los demás, aunque con caracter y líneas argumentales propias, como su enamoramiento de Madame Chauchat. El eterno discípulo. Y muy muy alemán. Frase (excelsa frase):

Oh, el amor, ¿sabes...? El cuerpo, el amor, la muerte, esas tres cosas no hacen más que una. Pues el cuerpo es la enfermedad y la voluptuosidad, y es el que hace la muerte; sí, son carnales ambos, el amor y la muerte, ¡y ése es su terror y su enorme sortilegio! Pero la muerte, ¿ comprendes?, es, por una parte, una cosa de mala fama, impúdica, que hace enrojecer de vergüenza; y por otra parte es una potencia muy solemne y majestuosa (mucho más alta que la vida risueña que gana dinero y se llena la panza; mucho más venerable que el progreso que fanfarronea por los tiempos) porque es la historia y la nobleza, la piedad y lo eterno, lo sagrado, que hace que nos quitemos el sombrero y marchemos sobre la punta de los pies... de la misma manera, el cuerpo también, y el amor del cuerpo, son un asunto indecente y desagradable, y el cuerpo enrojece y palidece en la superficie por espasmo y vergüenza de sí mismo. ¡Pero también es una gran gloria adorable, imagen milagrosa de la vida orgánica, santa maravilla de la forma y la belleza, y el amor por él, por el cuerpo humano, es también un interés extremadamente humanitario y una potencia más educadora que toda la pedagogía del mundo...! ¡Oh, encantadora belleza orgánica que no se compone ni de pintura al óleo, ni de piedra, sino de materia viva y corruptible, llena del secreto febril de la vida y de la podredumbre! ¡Mira la simetría maravillosa del edificio humano, los hombros y las caderas y los senos floridos a ambos lados del pecho, y las costillas alineadas por parejas y el ombligo en el centro, en la blandura del vientre, y el sexo oscuro entre los muslos! Mira los omóplatos cómo se mueven bajo la piel sedosa de la espalda, y la columna vertebral que desciende hacia la doble lujuria fresca de las nalgas, y las grandes ramas de los vasos y de los nervios que pasan del tronco a las extremidades por las axilas, y cómo la estructura de los brazos corresponde a la de las piernas.
¡Oh, las dulces regiones de la juntura interior del codo y del tobillo, con su abundancia de delicadezas orgánicas bajo sus almohadillas de carne! ¡Qué fiesta más inmensa al acariciar esos lugares deliciosos del cuerpo humano!
¡Fiesta para morir luego sin un solo lamento! ¡Sí, Dios mío, déjame sentir el olor de la piel de tu rótula, bajo la cual la ingeniosa cápsula articular segrega su aceite resbaladizo! ¡Déjame tocar devotamente con mi boca la «Arteria femoralis» que late en el fondo del muslo y que se divide, más abajo, en las dos arterias de la tibia! ¡Déjame sentir la exhalación de tus poros y palpar tu vello, imagen humana de agua y de albúmina, destinada a la anatomía de la tumba, y déjame morir con mis labios pegados a los tuyos!

Luigi Settembrini, un erudito que ejerce de "mentor" de Castorp, representante de los valores de la burguesía de la siempre vieja Europa, vitalista, demócrata, humanista y proactivo. Su antagonista en la novela, Naphta, le define despectivamente como un Zivilisationsliterat (Literato de la civilización). Frase:
el mundo entrañaba la lucha entre dos principios, el poder y el derecho, la tiranía y la libertad, la superstición y el conocimiento, el principio de conservación y el principio de movimiento imparable: el progreso. Se podía definir al uno como el principio oriental; al otro como el principio europeo, pues Europa era la tierra de la rebeldía, la crítica y la actividad para transformar el mundo, mientras que el continente asiático encarnaba la inmovilidad y el reposo

Leo Naphta, antagonista ideológico de Settembrini, un judío convertido al catolicismo que ingresa en la orden jesuita. Extremista muy radical, con ideas un tanto medievales, filósofo y defensor del totalitarismo. Frase:
El hombre es la medida de todas las cosas y su felicidad es el criterio de la verdad. Un conocimiento teórico que careciese de referencia práctica a la idea de felicidad del hombre estaría tan sumamente desprovisto de interés que no se le podría conceder el valor de ser verdadero y tendría que ser rechazado

Ambos, Settembrini y Naphta, se disputan la atención de Castorp en conversaciones y disertaciones que encarnan los valores, movimientos sociales, preocupaciones y costumbres de la Europa convulsa del momento, donde ya se intuye la escalada belicista que desembocaría en la Primera Guerra mundial, a la vez que los ideales heterogéneos de la República de Weimar. Disertan tambien sobre mente y espíritu. Conversaciones profundas, áridas a veces. pero didácticas y en mi opinión, perlas de sabiduría y filosofía absolutamente imprescindibles.

Un amigo me decía siempre que yo tenía trazas de Clawdia Chauchat ("Chaud chat = gato cálido. Se cree que el apellido es un guiño a la "felinidad" del único personaje femenino relevante de la novela). Ya me gustaría. Creo que me miraba con ojos demasiado soñadores y literarios). Ella es el amor de Castorp, la esposa con rasgos asiáticos - ojos tártaros - de un alto funcionario ruso. tiene en sus diálogos con Hans los pasajes más bonitos y a la vez mórbidos, que no morbosos, en cuanto a la descripción del amor. Frase (Ya traduje a Hans, me niego a traducir a Clawdia):
- Adieu, mon prince Carnaval! Vous aurez une mauvaise ligne de fièvre ce soir, je vous le prédis.
Al decir esto se levantó de la silla, se dirigió a la puerta, dudó un momento en el umbral, dio media vuelta, elevando uno de sus desnudos brazos con la mano en el pestillo y, por encima del hombro, dijo en voz baja:
- N'oubliez pas de me rendre mon crayon.

Ya al final aparece Mynheer Peeperkorn, un hedonista de aspecto grotesco que cautiva a Castorp y aborrece a Settembrini. Frase:
Nuestros sentimientos son la fuerza viril que despierta a la vida. La vida duerme. Quiere ser despertada para desposarse en la embriaguez con el divino sentimiento. Porque el sentimiento, joven, es divino. El hombre es divino en la medida en que es capaz de sentir. Es el sentimiento de Dios. Dios le ha creado para sentir a través de él. El hombre no es más que el órgano mediante el cual Dios se desposa con la vida, despierta y embriagada

Joachim Ziemssen es el primo de Hans Castorp. Representa el sentido del deber y los valores militares. Abandona la Clínica para incorporarse al ejército, aunque regresa posteriormente. Destaca por la serenidad y aceptación de su destino.

La Vida y la Muerte en presencia constante y demoledora en todas sus páginas.

Hay muchos otros personajes secundarios, complementos fundamentales de esta obra maestra, profunda, rica y reflexiva que es La Montaña Mágica.

Podría escribir muchísimo más, pero no quiero que me odiéis así es que hasta aquí hemos llegado. Si os animáis a leerla, seguid el consejo de Rosa Montero: Sáltate páginas, en fin, sumérgete y disfruta. (Aunque si de verdad queréis disfrutar, yo no lo haría. Bajo mi puno de vista cada palabra es una joya)

Id con mascarilla que hay rebrotes, no me seáis inconscientes, a ver si vais a terminar en Berghof.

Versión Kindle: La Montaña Mágica
Versión tapa blanda : La Montaña Mágica


Tapa blanda: 1024 páginas
Editor: Edhasa (23 de abril de 2009)
Colección: Pocket
Idioma: Español
ISBN-10: 8435018385
ISBN-13: 978-8435018388
Enlace: https://www.desdeelredondal...
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Guille63
 06 March 2023
“¡Qué audacia descender a las profundidades, el mundo insignificante y absurdo de los muertos!”

Pues sí, señoras y señores, la muerte es el final de la película que protagonizamos todos y cada uno de nosotros, perdonen el spoiler. Y aunque afortunadamente vivimos buena parte de nuestra vida de espaldas a ese desenlace seguro, la muerte nos constituye y nos condiciona como especie y como individuos. Nada más lejos de la verdad esta sentencia de Epicuro que el autor incluye en su novela.

“Mientras existimos nosotros, no existe la muerte, y, cuando existe la muerte, no existimos nosotros; por consiguiente, no hay ninguna relación real entre la muerte y nosotros; la muerte es algo que no nos atañe absolutamente en nada.”

La montaña mágica” nos acerca a la muerte, y no solo por lo que se tarda en su lectura. La muerte está presente a lo largo de toda la novela, aunque su función no sea otra que prepararnos para la vida. Mann nos viene a decir que la auténtica salud solo puede conseguirse tras el enfrentamiento con lo que supone la enfermedad y la muerte. Pero también habita en esta montaña una “magia del desvarío” catalizadora del cambio de naturaleza que se produce en las personas que allí suben y que corren el peligro de conformar una nueva patria que les expulsará de la otra, la sana físicamente, la cruel y vana.

“Hay un estado de buena salud que no nos permite comprenderlo todo” André Guidé.

Como si de un cuento se tratara, esos que se cuentan a los niños para ayudarles con sus miedos, Mann nos presenta a Castorp, huérfano de padre y madre, a los que apenas conoció, que, tras sondear “abismos que en otros tiempos se encontraban insondables”, a través de un “camino pedregoso, salvaje y amenazador” llega a un mundo parecido al conocido pero sustancialmente distinto, el sanatorio en el que su primo se recupera de una enfermedad que puede ser mortal. La visita de tres semanas acabará por durar siete años.

Castorp nos irá acompañando por las estancias del sanatorio donde iremos observando los efectos que la enfermedad y la cercanía de la muerte tiene sobre las voluntades, los caracteres y los valores de sus moradores, como es causante de la desaparición de pudores, como modifica los modos de relacionarse, de estar en el mundo y hasta la forma de amar.

"A veces pienso que estar enfermo y morir no son algo tan serio, sino una especie de paseo sin rumbo; en realidad, las cosas serias no se encuentran más que en la vida de allá abajo.”

Sabremos de la humillación que supone la enfermedad, de la crueldad de la naturaleza en consentirla, de la soberanía sobre nosotros que el cuerpo adquiere y, por último, lo más importante quizás de la novela, de la enfermedad como anestesia, como obstáculo para la actividad y la lucha, la enfermedad como aristocracia, como equivocada fuente de dignidad. Los enfermos establecerán en la montaña una comunidad de elegidos viviendo en un espacio sin tiempo y a salvo de las otras fiebres que sufren los del mundo de allí abajo.

“Aquellos cuyo destino justificaba la excepcional necesidad de consuelo, aquellos que habían hecho un pacto interior con la naturaleza en el que renunciaban a las alegrías y desgracias de la vida en el mundo de allá abajo a cambio de otra vida, marcada por la apatía y la inercia pero muy, muy fácil y placentera, tan libre de preocupaciones que hasta anulaba el sentido del tiempo.

Todo lo dicho hasta ahora justifica el que haya mantenido tres de las cuatro estrellas que los míticos recuerdos de mi primera lectura, allá por el pleistoceno, me animaron a otorgarle en el momento en el que inicié mi andadura por estos mundos goodreadsianos. Aunque también he de decir que una de las tres estrellas que permanece en mi calificación casi se debe en exclusiva al capítulo titulado Nieve, espléndido.

¿Dónde se quedó la cuarta estrella? Lo confieso, hay partes, no pequeñas ni escasas, que he leído en diagonal, no porque las tuviera frescas en mi memoria, apenas recordaba nada de mi anterior lectura, sino por el nulo interés que en mí despertaban. La novela ha envejecido regular para mí en muchos aspectos, empezando por las innumerables consideraciones sobre el concepto tiempo que se hacen a lo largo de toda la novela y que a estas alturas de la película me han parecido triviales y sin la relevancia necesaria como para protagonizar tal número de páginas. No descarto que Mann pretendiera hacernos sentir esa extraña percepción elástica del tiempo alternando partes absorbentes con otras realmente tediosas.

Tampoco me ha interesado, como seguramente lo hizo en mi adolescencia, el conflicto cuerpo-espíritu que ha presidido muchas de las incontables disquisiciones entre el humanista Settembrini y el reaccionario Naphta. Ideas igual de superadas, al menos en lo que a mí se refiere, que las disquisiciones entre razón y fe o ciencia y Dios en las que tanta tinta gastó Mann. Por no hablar de la inocente fe en el progreso que tan entusiásticamente nos explica Settembrini, de la supuesta íntima relación entre las enfermedades del alma y las físicas o todas esas fantasmagorías de las últimas páginas o la concepción del buen salvaje rousseauniano, o el Adan previo al pecado original, que ambos intelectuales comparten y que a mí tanto me repele.

“N: No creo equivocarme al suponer que estamos de acuerdo en admitir un estado original e ideal de la humanidad, un estado sin organización social y sin violencia, un estado de unión directa de la criatura con Dios en el que no existían el poder ni la servidumbre, no existían la ley ni el castigo, ni la injusticia, ni la unión carnal, ni la diferencia de clases, ni el trabajo ni la propiedad; tan sólo la igualdad, la fraternidad y la perfección moral.
S: Estoy de acuerdo excepto en el punto de la unión carnal.”

En fin, otro encuentro algo decepcionante con aquel lector que fui.
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marta_lo
 09 December 2021
Antes de leer La montaña mágica, el lector se lo puede pensar, al ser una obra larga de casi mil páginas, dependiendo de la edición. Pero he de decir que si ya ha leído otras obras de Thomas Mann, no hay que pensárselo demasiado, ya que es un éxito asegurado. Bien es cierto que la obra a veces es densa, pero creo que esto no tiene por qué ser una inconveniencia si se lee sin prisa y con gusto, puesto que el lenguaje usado en toda la novela es totalmente entendible y fácil de seguir.

La temática de esta obra es dispar pero sumamente interesante: la vida y la muerte, la guerra, política, relaciones humanas... Todos estos temas se desarrollan de una manera filosófica pero entendible para cualquiera, que resulta atrayente y hace reflexionar al lector. Como siempre, Thomas Mann se revela como un escritor antibelicista, y esto nos lo transmite a través de sus personajes.

El protagonista, Hans Castorp, es un personaje muy bien construido, muy humano, con sus luces y sombras, pero muy normal. Gracias a él podemos enterarnos de lo que pasa en la clínica a la que va a visitar a su primo enfermo de tuberculosis, y en la que se queda al final más tiempo del esperado. El lector puede reconocerse en él y empatizar con sus sentimientos de amor, tristeza, pertenencia, frustración...

No puedo decir que el libro sea sencillo a primera vista, pero con interés y tiempo, puede ser tu novela del año.
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lauli
 01 February 2019
¿Qué se puede decir de una obra de semejante magnitud? Salí de esta novela absolutamente deslumbrada, agotada también, como si hubiese efectivamente pasado siete años con Hans Castorp en la cima de los Alpes, y sobre todo con muchos interrogantes que me sugieren que quizás sea una novela que amerita varias lecturas (aunque tendrá que esperar un tiempo).

La montaña mágica es una novela de iniciación, donde el joven e inexperto Hans Castorp va experimentando la enfermedad, el amor, la elevación espiritual, la irritación, la cercanía de la muerte, la violencia, la exaltación artística, y va dejando de ser un joven "mimado por la vida", como Mann expresa en reiteradas ocasiones, para poder volver a tomar su lugar en el llano, con el resto de la humanidad. La novela está repleta de diálogos profundísimos sobre la vida y la muerte, la salud y la enfermedad, el progreso y la tradición, que en gran medida encarnan los grandes debates de la belle epoque, época en que transcurre la novela. Esos diálogos son puestos en boca de personajes memorables y originales como Settembrini, Naphta, Behrens y Peeperkorn, y es la vehemencia y la impronta personal de cada uno de ellos la que anima el debate y nos manipula como lectores.

Mann refleja de manera brillante el proceso que va llevando hacia la primera guerra mundial. Las diferencias culturales entre los huéspedes del sanatorio pasan de ser meramente una cuestión de color o de esnobismo a convertirse en escenas sumamente violentas cuando el antisemitismo y el fanatismo político irrumpen en escena. Los diálogos entre los antagonistas amigables que son Settembrini y Naphta van subiendo de tono hasta culminar en un duelo. Los progresos técnicos, tan alabados por el doctor Behrens, pasan de estar del lado de la vida y de la curación a ser vehículo de muerte y aniquilación en los campos de la primera guerra mundial, donde los obuses levantan "a la altura de una casa un chorro de tierra, de fuego, de hierro, de plomo, de humanidad despedazada."

No es una novela de lectura sencilla o pasatista. Requiere paciencia y mucha atención. Pero vale muchísimo la pena.
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HablemosDe
 22 February 2022
La montaña mágica es un libro del que he oído maravillas, el ambientarse en un sanatorio y existencialismo eran factores que hacían que seguro que iba a gustar. Pero al contrario de la mayoría, no he podido terminar este libro, muy lento, sin saber muy bien qué pretende el autor en sus extensas descripciones. Además, no he conseguido conectar con los personajes. Sí es cierto que me ha gustado bastante el mensaje del relativismo del tiempo en un sanatorio, la diferencia en el concepto de tiempo y vida para personas que carecen de libertad. Además de una gran crítica al trato de la salud mental.

Un buen libro pero que no es para mí. Soy una persona a la que le gustan los libros ágiles, necesito saber en todo momento que esas páginas tienen un sentido para la trama. Esperaba mucho y me ha decepcionado. Un libro tan denso no es para todo el mundo.
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Las críticas de la prensa (2)
elperiodico13 April 2024
Buscaba, como tantas veces, respuestas en la literatura, que Thomas Mann me diera las certidumbres, sobre la enfermedad y sus demonios.
Leer la crítica en el sitio web: elperiodico
jotdown25 May 2021
En la relectura de La montaña mágica, en la que ando maravillándome estos días, me he topado con una imagen de las que te echa el alto de inmediato, por su salvaje frescura y por su eficacia descriptiva.
Leer la crítica en el sitio web: jotdown
Citas y frases (52) Ver más Añadir cita
PilarLaEremitaPilarLaEremita18 June 2020
Oh, el amor, ¿sabes...? El cuerpo, el amor, la muerte, esas tres cosas no hacen más que una. Pues el cuerpo es la enfermedad y la voluptuosidad, y es el que hace la muerte; sí, son carnales ambos, el amor y la muerte, ¡y ése es su terror y su enorme sortilegio! Pero la muerte, ¿ comprendes?, es, por una parte, una cosa de mala fama, impúdica, que hace enrojecer de vergüenza; y por otra parte es una potencia muy solemne y majestuosa (mucho más alta que la vida risueña que gana dinero y se llena la panza; mucho más venerable que el progreso que fanfarronea por los tiempos) porque es la historia y la nobleza, la piedad y lo eterno, lo sagrado, que hace que nos quitemos el sombrero y marchemos sobre la punta de los pies... De la misma manera, el cuerpo también, y el amor del cuerpo, son un asunto indecente y desagradable, y el cuerpo enrojece y palidece en la superficie por espasmo y vergüenza de sí mismo. ¡Pero también es una gran gloria adorable, imagen milagrosa de la vida orgánica, santa maravilla de la forma y la belleza, y el amor por él, por el cuerpo humano, es también un interés extremadamente humanitario y una potencia más educadora que toda la pedagogía del mundo...! ¡Oh, encantadora belleza orgánica que no se compone ni de pintura al óleo, ni de piedra, sino de materia viva y corruptible, llena del secreto febril de la vida y de la podredumbre! ¡Mira la simetría maravillosa del edificio humano, los hombros y las caderas y los senos floridos a ambos lados del pecho, y las costillas alineadas por parejas y el ombligo en el centro, en la blandura del vientre, y el sexo oscuro entre los muslos! Mira los omóplatos cómo se mueven bajo la piel sedosa de la espalda, y la columna vertebral que desciende hacia la doble lujuria fresca de las nalgas, y las grandes ramas de los vasos y de los nervios que pasan del tronco a las extremidades por las axilas, y cómo la estructura de los brazos corresponde a la de las piernas.
¡Oh, las dulces regiones de la juntura interior del codo y del tobillo, con su abundancia de delicadezas orgánicas bajo sus almohadillas de carne! ¡Qué fiesta más inmensa al acariciar esos lugares deliciosos del cuerpo humano!
¡Fiesta para morir luego sin un solo lamento! ¡Sí, Dios mío, déjame sentir el olor de la piel de tu rótula, bajo la cual la ingeniosa cápsula articular segrega su aceite resbaladizo! ¡Déjame tocar devotamente con mi boca la «Arteria femoralis» que late en el fondo del muslo y que se divide, más abajo, en las dos arterias de la tibia! ¡Déjame sentir la exhalación de tus poros y palpar tu vello, imagen humana de agua y de albúmina, destinada a la anatomía de la tumba, y déjame morir con mis labios pegados a los tuyos!
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arealareal30 June 2023
Hans Castorp iba solo, porque su calidad de árbitro no le permitía unirse a ninguno de los dos bandos.
Andaba maquinalmente.
Constituía para él una necesidad el asistir al encuentro. Era imposible mantenerse al margen y esperar el resultado en la cama, en primer lugar porque... - no desarrolló este primer punto - y en segundo lugar porque no se podía dejar que aquello siguiese su curso.
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arealareal11 June 2023
..., nada obligaba a dar un nombre a esos sentimientos, ya que no pretendía plantear el tema y hablar de un asunto tan delicado. [...] estaba inconscientemente convencido de que un tesoro interior como aquél debía ser resguardado para siempre al abrigo de la definición y la clasificación.
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arealareal25 June 2023
-Requiescat in pace. -dijo-. Sit tibi terra levis. Réquiem aeternam dona ei, Domine. Mira, cuando se trata de la muerte o cuando se habla a los muertos, el latín recobra sus derechos, es la lengua oficial para esas circunstancias, se ve cómo la muerte es algo singular.
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arealareal03 June 2023
-Pero recientemente, hace poco más o menos ocho semanas...
-Entonces no digas recientemente- interrumpió Hans Castorp, que escuchaba con frialdad.
-¿Cómo..? Está bien... ¡Qué meticuloso eres! Lo he dicho al azar. Hace, pues, algún tiempo...
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Vidéo de Thomas Mann
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