La hija del apicultor

He leído solamente tres libros de Santa Montefiore pero les puedo comentar que es una de mis autoras favoritas. La hija del apicultor se editó en México hace aproximadamente siete meses, bajo el sello Titania. Cuando lo solicité a la editorial me informaron que el libro no estaba disponible, así que en cada oportunidad aprovechaba el espacio para volver a solicitarlo, pero todo era en vano, hasta que sorpresivamente recibí un correo de Eve, la chica encargada de la editorial, donde me preguntaba si aún seguía interesado en el ejemplar, que por fin lo había conseguido, muy emocionado y agradecido respondí que sí y en cuanto me llegó me puse a leerlo, aunque tardé un poco en terminarlo por motivos laborales y personales, pero lo disfruté bastante.

Me gusta mucho la pluma de Santa Montefiore, ya se los había mencionado anteriormente en otras reseñas. Como bien dice la autora Jojo Moyes: “nadie plasma el romance como Santa Montefiore. Cada novela que escribe, la escribe desde el corazón” y tiene mucha razón, es única. Me gusta recurrir a sus libros cuando he finalizado una lectura pesada o agobiante, sus historias de amor me resultan interesantes y logran cautivarme por completo. No crean que soy un romántico empedernido ni nada por el estilo, pero he descubierto que suelo gozarlas, en especial si son escritas por Santa Montefiore.

La novela está narrada a dos voces, la de Grace y Trixie, madre e hija, respectivamente. Dos historias paralelas en donde viajaremos del presente al pasado y conoceremos la vida de estas dos mujeres que tienen algo en común: un amor imposible. Obviamente no puede faltar el drama, recuerden que si algo tiene Santa Montefiore es precisamente eso, sus obras están llenas de romance, pasión y mucho drama. al inicio les comenté que el libro lo editó el sello Titania, el cual se caracteriza por regalarnos historias de amor con un tono erótico que en ocasiones resulta un poquito subido de tono. No me asusta el leer este tipo de historias, sin embargo Santa Montefiore narra un par de escenas con suma elegancia, sin caer en lo vulgar. Es toda una dama, al igual que sus personajes, siempre bien definidos y resaltando los valores familiares que con el paso de los años se han perdido.

Otro detalle que me gustó es que ciertos acontecimientos ocurren durante la Segunda Guerra Mundial, hay ciertas menciones a Hitler, obviamente la historia no gira en torno a ello pero como he manifestado anteriormente, es una temática que me parece muy interesante de leer. También se me hizo genial que nos adentra al mundo de la apicultura. Nunca había leído y mucho menos conozco a alguien que ame a las abejas; al contrario. ¡Vaya, hasta yo les tengo miedo!. He de confesar que mientras me sumergía en la historia se me antojaba tener a la mano un tarro lleno de dulce miel de abeja, pero eso gracias al poder de las letras, porque nunca me ha gustado…

La narración es impecable, Santa Montefiore tiene el poder de transportarnos a cualquier lugar gracias a su exquisita pluma que describe con lujo de detalle cada sitio que pisa alguno de los personajes. Desde las calles de Nueva York hasta la isla de Tekanesset, un agasajo total, quisiera recorrer esa playa… de igual manera nos muestra una sociedad llena de prejuicios, que como podemos ver, seguimos casi igual. Estas historias de ficción no están nada alejadas de la realidad.

Ya para concluir, me gustó que la historia de amor no haya sido tan forzada como suele ocurrir con otros autores, no empalaga ni es tediosa, tal vez ayuda que no va dirigida a un público juvenil. Rescato que la novela lleva muchos mensajes ocultos para el lector: el amor es lo más importante. El amor a la familia, a los amigos, a uno mismo. Todo lo que hagamos se debe realizar con amor. El amor lo es todo y eso lo podremos apreciar en el final, (que por cierto, no me pareció el mejor). Espero les interese leer el libro, estoy seguro que lo van a disfrutar.

Durante toda la lectura he estado en montaña rusa con él. Hay momentos en que me ha gustado muchísimo y otros en que no he llegado a meterme en la historia con la intensidad que hubiese deseado.
Narrado en tercera persona en tres lineas temporales: Verano de 1973 , 1933 y hasta el final de la II GM y unos capítulos finales en que la acción se situa en 1990. La primera parte del libro ambientada en parte en la ficticia isla de Tekanasset en Nantucket, me ha resultado algo lenta, presenta una sociedad cerrada, con personas aun muy prejuiciosas y básicamente narra un intenso amor de verano entre Jasper y Trixie Valentine, cuyos padres llegaron de Inglaterra después de la guerra y nadie sabe muy bien porque motivo. Paralelamente durante 1933 conoceremos la historia de Grace, la hija del apicultor de una familia aristócrata de Walbridge en Inglaterra y el triángulo amoroso que protagoniza junto a su vecino y amigo de juegos de la infancia Freddy y el heredero de la familia para la que trabaja su padre.
La pluma de la autora es muy bonita en mi opinión y todo el libro está relatado en un tono intimista dotándolo de un halo de belleza nostálgica. Es una historia muy sensual en que el roce de dos rodillas puede contener más erotismo que muchos otros libros en que se presentan escenas de sexo muy explícitas. Además creo que la autora ha sabido dotar de mucho carisma a los protagonistas de la historia del pasado. Me ha gustado mucho todo el amor por la naturaleza que desprende el libro tanto por la relación de Grace y Rufus con las abejas como por las sensaciones que transmite a través de los bosques, los jardines o los ruidos de la noche.
La segunda parte en que nos cuenta ese amor prohibido y como la guerra alteró el orden de las cosas y no sólo la vida de la gente, es la que más me ha gustado. El dilema que presenta es antiguo como el mundo y sí, creo que es posible amar a dos personas a la vez, pero el mayor problema que he tenido, es que he sentido que la autora le daba y le quitaba importancia a ese amor un poco a su antojo para cuadrar la historia o al menos a mí así me lo ha parecido. No quiero contar más para no spoilear pero si lo habéis leído, no se si vosotras también habréis tenido esa sensación. La historia de la hija de Grace, no me ha convencido y la he encontrado un poquito infantil en el comportamiento de ambos personajes.
Otra cosa que me ha gustado mucho es ese toque sobrenatural que tiene el libro en la figura de uno de los personajes que tanto Trixie como Grace pueden sentir o ver en algunos momentos y la apicultura y la naturaleza como vehículo para construir relaciones familiares.
Por último decir que prácticamente todas las decisiones importantes de este libro las toman los hombres y aunque entiendo las circunstancias personales de las protagonistas femeninas, si que he echado en falta, ya no más rebeldía, pero si que se cuestionasen algunas cosas, especialmente Grace.
Resumiendo: Una buena lectura con muchos elementos que han sido de mi agrado y otros no tanto. Después de leer la trilogía de las crónicas de Deverill de esta misma autora, La hija del apicultor se me ha quedado algo corto, aunque seguro que mis elevadas expectativas y el momento actual que no es muy adecuado para nada, tampoco han jugado a mi favor.

Grace Hamblin y Trixie Valentine son dos mujeres unidas por un único destino. Madre e hija respectivamente, comparten, además de su sangre, un código genético que en mayor o menor medida puede que sea el responsable de sus felicidades e infelicidades. de alguna manera, ambas se han visto abocadas en su vida a situaciones sin salida a causa de sus amores, ya sean estos posibles o imposibles.

En la alternancia de sus historias, Santa Montefiore nos narra todas las circunstancias, pesares, decisiones e indecisiones que al final marcarán los caminos de estos sufridos corazones. La autora nos ambienta sus historias en diferentes tiempos y en distintos lugares, con las circunstancias sociales características y propias de cada una.

Con Grace compartiremos su vida a partir de 1933, dedicándonos exclusivamente a sus amores, ya inmersos en 1939. Viviremos con ella los albores, el desarrollo y el final de la Segunda Guerra Mundial, descubriéndonos cómo se puede partir un corazón haciendo posible que palpite a dos ritmos diferentes, y que estos ritmos estén marcados a su vez por dos corazones diferentes.

Sin querer adelantar ni descubrir nada, ella misma nos cuenta que, durante ese periodo terrible de contienda, amó a dos personas diferentes en el significado más literal de la palabra, pudiendo vivir dos vidas paralelas, independientes y sin trasvases, donde le era imposible prescindir de una para dedicarse en exclusiva a la otra.

A pesar de todo, al final la energía tiende a concentrarse y las decisiones no dependían de ella, pues los tiempos en que le tocó vivir fueron los que fueron. Vivían en una sociedad estamentada y dividida en diferentes clases sociales, las cuales estaban destinadas a convivir juntas y a cooperar entre ellas para construir su sociedad... pero al mismo tiempo les era imposible mezclarse o relacionarse, porque si eso ocurría corrían el peligro de perder su esencia, aquello para lo que estaban encomendados. Todos, tanto los de arriba (aristócratas), como los de abajo (criados), entendían esos porqués, y estos eran los suficientemente poderosos como para respetarlos y vivir cada uno según su clase y sus circunstancias, llegando a conseguir incluso la felicidad.

Las guerras remueven o destruyen todos los cimientos y, durante este periodo, Grace consiguió disolver todos sus reparos para entregarse a un amor doblemente prohibido, censurado tanto por los de su clase social como por su marido, que no parecía estar por la labor de compartir. También es verdad que, después de una guerra, la gente debe tirar para adelante con lo que tiene y, de alguna manera, conformarse, rendirse o resignarse... y eso es lo que hizo Grace: tirar, tirar y tirar. Todos y cada uno de los días que vinieron después.

Trixie está hecha de la misma masa y, a priori, parece que las dos tienen un mismo destino. Pero si algo tuvieron de positivo los 70 (para bien y para no tan bien) fue la liberación de todos los sentimientos enquistados, creerse que todo era posible y no conformarse nunca. Trixie es pura energía, pero Jasper, su contrapunto en esta historia, es el que se conforma, se rinde y, por tanto, se resigna a lo que la sociedad se supone que tiene reservado para él: la pelota está en su tejado, y nuestro héroe necesitará muchos años para sacurdirse el polvo... y aún así, ya veremos si será lo bastante valiente para agarrar el verdadero amor y no soltarlo.

En La hija del apicultor, Santa Montefiore nos regala dos historias entrelazadas y vividas en distintos tiempos que se enredan en un laberinto de pasiones y sentimientos anquilosados, y que son resueltos más o menos felizmente dependiendo de las distintas épocas y arrojo de los diferentes protagonistas. Todo está unido y conducido a través de la pasión compartida que sienten nuestras protagonistas por un mundo, si cabe, más fascinante, como es el de la apicultura. Nuestras queridas abejas nos enseñan que el trabajo duro y cooperativo produce y crea donde otros destruyen, intoxican y deterioran.

Solo queda agradecer a la editorial Titania el traernos un libro que, como la rica miel, se saborea desde la primera hasta la última página.
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He de admitir que las novelas que mezclan generaciones y hablan de historias familiares no suelen gustarme mucho, pero he leído a Santa y sabía que tendría muchas posibilidades de disfrutar la lectura. Afortunadamente ha sido así, he devorado sus páginas y me he sumergido en los parajes de Walbridge. He disfrutado muchísimo con la historia, tanto que me cuesta expresarlo sin haceros ningún spoiler.

El comienzo de la novela nos transporta al Estados Unidos de los años 70. Allí nos encontraremos con las típicas señoras de pueblo que hablan y critican todo lo que llega a sus oídos. de esta forma iremos conociendo a los diferentes personajes;

Trixie, es una joven muy ambiciosa que piensa comerse el mundo junto a un joven músico inglés, Jasper. Pero sus planes se verán truncados cuando su enamorado tenga que regresar a Inglaterra. Este personaje me ha transmitido el espíritu que te anima a cometer las locuras que se hacen cuando eres joven y por otro lado la complicidad que tiene con su madre.

Grace, es el personaje que más me ha emocionado a lo largo del relato. Es la madre de Trixie, y a partir de las primeras páginas nos daremos cuenta del amor que le profesa y como la defiende, porque en parte se siente identificada con ella. Desde que comenzamos la novela podremos apreciar cierta sombra de infelicidad en Grace, un aspecto que se intensificará con la llegada de Jasper. Pues supondrá revivir el pasado, ya que el joven está muy conectado con el pueblo en el que ella se crio. Es así como la autora logra trasladarnos a su juventud. Es una delicia adentrarte en esta etapa de la vida de Grace, ya que Santa ha sabido contarlo de una manera muy fluida y transmitiendo muchos sentimientos: el primer amor, la amistad y sobre todo el vínculo tan fuerte que tenía con su padre, quien le ha transmitido el amor por la naturaleza y las abejas. Hablando de abejas, es deliciosa la forma en la que la autora ha manejado en todo momento el tema de la apicultura y cómo ha logrado darle protagonismo a las abejas. Gracias a una, es como Grace logra conocer a Rufus, Lord Melville. Personaje que va a traer de cabeza a Grace y nos va a mantener en vilo durante toda la novela.

Freddie, es el marido y amigo de la infancia de Grace. Está herido de guerra y desde que volvió de ésta ha cambiado por completo, pero no sabemos por qué. Ha despertado en mí sentimientos encontrados, por una parte mucha dulzura en su juventud, sin embargo en su etapa adulta me resultaba demasiado frío y distante.

Los cambios de personalidad que apreciamos en el matrimonio a lo largo de ambas épocas me han incitado a querer seguir leyendo porque necesitaba conocer su historia a fondo. Santa sabe cómo captar la atención del lector con una prosa delicada que logra transportarte a Inglaterra y a sentir el olor de los jardines y el zumbido de las abejas. Destacar el amor filial, la autora le da una gran importancia y lo aborda de una manera muy emotiva. Por otra parte, se tratarán los amores imposibles y las diferencias sociales que existían en la época. Y por último destacar los giros que vamos a encontrar en la historia, aspecto que ¡me encanta!

Una novela que logrará emocionar al lector y hacerle vivir una historia de amor y superación. Donde la diferencia entre las clases sociales estará presente en todo momento. Sin duda una lectura que no puedes dejar pasar, y si todavía no conoces a Santa es una buena opción para comenzar.

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