La ciudad de los ojos grises

La primera embestida de la trilogía sobre Bilbao de Félix G. Modroño es con mucha, mucha diferencia la mejor de las novelas de este particular universo literario bilbaíno. 'La ciudad de los ojos grises', ambientada a principios del siglo pasado, es todo un carrusel de enredos, secretos familiares, suspense, asesinatos, espías, intrigantes saltos en el tiempo, sorpresas y emboscadas literarias bajo el hilo argumental del pasado de un amor no correspondido. al compás de una trama cautivadora se van desarrollando toda una serie de acontecimientos históricos que van enriqueciendo y mucho el relato.

Alfredo Gastiasoro natural de Bilbao es profesor de Bellas Artes en el París de la Gran Guerra, cuando en el café que frecuenta leyendo la prensa de su ciudad ve en la noticia de que el amor de su vida Izarbe ha muerto, tras acudir a su memoria recuerdos del pasado, decide regresar a la ciudad donde paso sus primeros años. Allí innumerables recuerdos de cada rincón de la ciudad y de sus gentes, hará que su estancia allí se convierta en una persecución en pos de ordenar sus sentimientos y esclarecer que es lo que ha ocurrido en la muerte de Izarbe puesto que su gran amigo de la infancia Fernando Zumalde le informa que tiene fundadas sospechas para cree que la antigua amiga de ambos ha sido asesinada. Comienza entonces una búsqueda de la verdad, en una ciudad que poco tiene que ver con la que Alfredo conoció y con mas misterios de los que el podía imaginar con respecto a su pasado, a su hermano y a Izarbe, todo ello en un Bilbao que no es ajeno al auge industrial ni a los asuntos turbios de la Primera Guerra Mundial.
Decir que a pesar de mis comentarios la novela no me gano en sus primeras paginas pero si que me hizo sentirme confortable entre ellas, gracias a una escritura muy cuidada que no abandona el escritor en toda la historia.
Un relato que de una forma pausada, que no lenta, nos va ganando a cada paso y con ello, poco a poco nos adentramos en una historia que se nos ira descubriendo con cuentagotas. Creo que ese es el estilo, entre otras razones por las que he considerado este libro con una lectura fantástica y que me ha llenado plenamente, sintiéndome disfrutar con cada página, la cual me ha ido ganando de menos a más y ha sido ese lento caminar, página a página, con cada nuevo detalle o escena, en cada giro inesperado en su guión me gana aún más, empatizando plenamente con ella.
Todo ello, se ve reforzado con una serie de flash back que no se hacen pesados y que van desgranando la historia rellenando los huecos que el autor ha ido colocando de manera intencionada para que la tensión no falte nunca en la lectura.
Como os repito (por si tengo audiencia nueva) cada vez que me encuentro con una novela con características como esta, mi pasado y porque no decirlo presente como historiador hace que disfrute enormemente con detalles como las diversas puntalizaciones historicas que son de agradecer ya que nos dan una lección de historia de forma magistral, casi sin darnos cuenta, porque siempre he pensado que triste pasar por los lugares sin saber la historia que estos atesoran. Muchas gracias Félix, por esos pequeños detalles y datos con los que adivinamos que detrás de esos lugares pueden existir miles de relatos, y todo ello plasmado con un gran dominio del vocabulario y de los acontecimientos históricos, lo que sin lugar a dudas no pasa desapercibido para los lectores. Se nota un gran y profundo trabajo de documentación.
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La ciudad de los ojos grises nos cuenta la historia de Alfredo Gastiasoro, un profesor de arquitectura afincado en París. Una mañana, mientras está tomando un café, lee en el período la noticia de la muerte de Izarbe Campbell y no pasaría de ser un triste acontecimiento más de no ser porque esa mujer fue el amor de su vida.

Alfredo decide volver a su ciudad natal, Bilbao, para tratar de rendir homenaje a la mujer que amó y averiguar cuáles fueron los motivos que rodearon su muerte pero no sólo se enfrentará a la pérdida de Izarbe sino también a un pasado del que ha huido durante años y que guarda secretos que se irán desgranando a lo largo de las páginas.

A simple vista podría tratarse de una historia de amor y, sí, lo es; una historia de amor perdido, de lo que pudo ser y no fue pero es sólo uno de los muchos ingredientes que utiliza el autor para aderezar una historia en la que se conjugan los secretos, la traición, el espionaje, la historia, el arte y hasta una investigación policial.

Félix G. Modroño nos traslada a principio del siglo XX para mostrarnos cómo un Bilbao de huertas y caseríos se fue transformando en una ciudad de elegantes edificios, grandes avenidas y calles señoriales que se mantienen hoy en día. También seremos testigos del modo de vida de los trabajadores de la época -que vivían hacinados en barracones y en condiciones insalubres-, de su lucha obrera por mejorar sus condiciones laborales y sus derechos así como del ambiente bohemio que se respiraba en París antes de la gran guerra.

La ciudad de los ojos grises es una novela que te va atrapando poco a poco según pasas sus páginas gracias a un estilo sencillo pero muy cuidado en la que el autor da muestras del dominio del lenguaje y en la que la labor de documentación está más que patente. Con una cuidadísima ambientación y una profusión de detalles podremos recorrer rincones de Bilbao, Portugalete, Donosti, París y su precioso Jardín de Luxemburgo como si fuéramos un personaje más de la novela.

El grueso de la trama está narrado en tercera persona por un narrador omnisciente que deja paso al final de las páginas a Alfredo que nos contará, en primera persona, todos los detalles de las pequeñas cosas que intuimos pero no se concretan hasta que él nos lo cuenta.

Una de las cosas que más me han gustado de esta novela es lo bien construidos que están los personajes y cómo el autor mezcla a los de su invención con personales reales como Unamuno, Indalecio Prieto, Picasso o María de Maeztu entre otros. También he disfrutado paseando por ese Bilbao antiguo de mis abuelos y que solamente conozco en fotos.

Tal vez no esté siendo demasiado objetiva a la hora de escribir esta reseña porque soy bilbaína, y orgullosa de serlo, así que hablar sobre una novela que tiene a tu ciudad no sólo como telón de fondo sino como otro personaje más, es difícil.

La ciudad de los ojos grises tiene todo lo necesario para hacer las delicias de cualquier lector y sus personajes, al igual que el sirimiri, calará en todo aquel que quiera adentrarse en sus páginas y descubrir cuáles son los misterios que encierra la historia de Alfredo e Izarbe.
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El meollo de la historia comienza de forma rápida narrando como Alfredo, un hombre que vive en París, se entera vía el periódico de que la mujer a la que ha amado siempre ha sido encontrada ahogada en la ría de Bilbao. Sin pensárselo dos veces, decide regresar a su ciudad natal, para despedirse de Izarbe.
Lo que Alfredo no sabe es que su viaje de vuelta a Bilbao le obligará también a hacer un viaje a través de sus recuerdos.


El autor narra de una forma alucinante los primeros años del siglo XX y la revolución industrial que sufrió Bilbao, el cambio que originó en la vida de los bilbaínos, la cantidad de personas que fueron a encontrar trabajo, el cambio en la política, el surgimiento del socialismo...
Me ha resultado muy gratificante el poder conocer como era antes Bilbao, porque la descripción y ambientación, están tan logrados que parece casi que estuvieras paseando por sus calles.
Pero el autor también nos transportará por otras ciudades como son Donosti o por las calles de París.

La novela a parte de contener aspectos históricos, también mezcla componentes de la novela negra, ya que, cuando Alfredo llega a Bilbao para poder despedirse de Izarbe, se reúne con Fernando, un amigo de la infancia que se ha convertido en comisario. Es él, el que se encarga de explicarle, que el reconoció el cuerpo y observó unas marcas sospechosas alrededor del cuello.
Izarbe había sido asesinada.
A partir de ahí, todo se complicará. Alberto comenzará a investigar, lo que le obligará a encontrarse con su hermano Javier...el marido de Izarbe.

Las investigaciones, transportarán a Alfredo entre las calles de Bilbao y le hará volver atrás en sus recuerdos. Para poder ver lo que fue y lo que no pudo ser.

Los personajes están todos perfectamente perfilados y descritos, conociéndoles a través de los actos que van sucediendo y de lo que ocurrió en su infancia. al igual que está muy bien adaptados tanto los diálogos de la época o las palabras que usan en vasco (todas muy sencillas de entender incluso por los que no saben euskera).

En definitiva, una gran novela que habla de un amor tan intenso que traspasará los tiempos y de una gran mujer con ojos grises que envolverá la vida de todos los personajes y marcará sus vidas.
Muy muy recomendable.

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El mes pasado leí por primera vez al autor con 'La ciudad del alma dormida' y me maravilló, así que no he tardado en leerme este... Y puedo decir que no voy a tardar en seguir leyendo sus libros, porque me ha encantado la novela, y he vuelto a enamorarme de su pluma.

La historia nos lleva a principios del siglo XX. Alfredo, nuestro protagonista, vuelve a Bilbao ya que ha fallecido un ser querido. Alternando flashbacks y actualidad iremos descubriendo la vida de los personajes, y el progreso de la ciudad. Historia, romance, asesinatos, intriga...

Me ha gustado mucho ir descubriendo con el protagonista gran parte de su pasado, de por qué pasó lo que pasó, y lograr explicaciones para toda una vida. La última parte, donde vamos descubriendo todo, es sublime.

Lo único que podría decir menos bueno es que me costó un poco entrar en la historia (unas 30 páginas, no más), pero una vez entras... ♥️♥️♥️

No quiero contar mucho más así que os animo a dejaros llevar por esta maravillosa historia.

Nota: 9/10