La historiadora

Paul lleva desde la universidad obsesionado con un libro. Sin embargo, no es un libro cualquiera. Un día, mientras trabajaba en la biblioteca en su tesis, apareció en su mesa un extraño tomo de aspecto antiguo y misterioso. Las hojas parecían estar en blanco y desde la portada asomaba un espeluznante dragón. Intrigado por tan extraño suceso, Paul inició una breve investigación mediante la cuál descubrió que el símbolo estaba inequívocamente relacionado con la Orden del Dragón y, por ende, con Drácula, y que aquel misterioso libro no pertenecía a la biblioteca. Aun más intrigado, decidió compartir su hallazgo con el profesor de su tesis y su amigo, Rossi, quien, al ver el libro, le confesó que años atrás él había recibido un ejemplar idéntico que todavía estaba en su haber. al ver que ambos habían sido partícipes, sin quererlo, del mismo enigma, Rossi procedió a contarle a su pupilo su aventura con aquel libro y todas las investigaciones y viajes que había hecho en el pasado para averiguar más sobre su origen, llegando a la conclusión de que, en efecto, la obra estaba vinculada con Drácula pero de la cuál no había conseguido extraer nada en claro, a parte de que algo oscuro y peligroso le rondó durante el tiempo que pasó enfrascado en tan titánica tarea. Advertido por Rossi, Paul resuelve no continuar por la senda de su profesor, pero su determinación se quebrará cuando, al día siguiente de su conversación, el profesor desaparece en extrañas circunstancias de su despacho, dejando tras de sí un reguero de sangre. A partir de ese momento, Paul decide continuar con la investigación sobre el libro y Drácula desde el punto en que Rossi la abandonó, pues está seguro de que desentrañar el misterio le llevará hasta él.

Nunca me he animado a leer la famosa novela Drácula de Bram Stoker, pero la figura histórica real en la que se basa su personaje siempre me ha llamado la atención gracias a toda la leyenda y mito que se ha construido en torno al sanguinario Vlad III de Valaquia. Es por eso que la perspectiva de leer una novela más centrada en la veracidad histórica del mismo que en su vertiente más vampírica me llamaba poderosamente la atención. La historiadora comparte con la novela homónima de Stoker que ambas están contadas en un tono epistolar. al principio conocemos las aventuras de Paul a través de las pinceladas que este va compartiendo con su hija (de nombre desconocido), quien descubre por casualidad el aciago libro que guardaba su padre y ello da pie a que este se confiese y le cuente todas sus peripecias. Más tarde, la narración continuará gracias a las cartas que este escribió para su hija temiendo no poder terminar de contarle la historia en persona. Así pues, de este modo e intercambiando presente con pasado, vamos acompañando a Paul en sus pesquisas y sus viajes por Rumanía, Estambul y otros tantos países fascinantes en pos de la verdad y de descubrir quién fue realmente Vlad el Empalador, cuánto hay de realidad sobre su figura y si de verdad fue o no un vampiro.


La historiadora es una novela tremendamente descriptiva en la que la autora se detiene hasta en los detalles más nimios para que el lector tenga el mapa completo. Esto hace que sea densa de leer, pues nos encontramos con muchísima información histórica (incluso canciones tradicionales, poemas, pedazos de cartas, pergaminos, fragmentos de libros...) que, a pesar de todo, es muy interesante de leer. Se nota muchísimo que Kostova ha hecho un trabajo impresionante de investigación y que ha tratado de ser lo más fiel posible a los datos reales recogidos en una muy amplia bibliografía en lo referente a Vlad. Es más, ella misma dice al final del libro que tardó diez años en escribir esta historia y eso se puede percibir en cada página. No es una novela que se lea rápido o de la que puedas leer cien páginas sin empacharte con tanta información, pero os aseguro que lo que cuenta es tan sumamente interesante que os enfrascaréis en la lectura casi sin darnos cuenta. Por suerte, es una obra progresiva que empieza de una manera mucho más introductoria y, poco a poco, nos va añadiendo pinceladas históricas hasta que llegamos al punto álgido en el que parece que estamos leyendo un tratado histórico. Esto hizo que fuera mucho más fácil abordar su lectura y que no me sintiera abrumada, pues la autora va allanando el terreno para poder embarcarte en el grueso histórico más adelante. Asimismo, si os gustan los libros de viajes esta novela es perfecta porque el trabajo de Paul consiste en asistir a conferencias celebradas en diferentes países a las cuales se lleva a su hija, por lo que, sobre todo al principio, la autora nos transporta a un sin fin de ciudades fascinantes, describiéndolas de una manera bastante pormenorizadas hasta el punto en que puedes sentir que estas dentro de ellas. Aun así, también es verdad que esto hizo que al principio el libro se me hiciera un poco cuesta arriba porque tarda un poco en arrancar y, cuando por fin lo hace y vamos desentrañando poco a poco el misterio del extraño libro, era un tanto frustrante que Paul cortara su apasionante narración de una forma tan abrupta para regresar al presente. de todas formas, os aseguro que la espera merece la pena.

La prosa de Kostova es muy fácil de seguir a pesar de que se meta en temas tan complejos y densos como el comercio en Turquía del siglo XV o similares, lo que consigue que en vez de aburrir o espantar al lector, genere en nosotros curiosidad. Además, sabe manejar muy bien los puntos de tensión y cuándo cortar el capítulo para dejarnos con las ganas y que eso nos anime a seguir leyendo para adentrarnos más pronto que tarde en la siguiente revelación sorprendente. Junto a la historia, también se mezclan, como no podía ser de otra forma, diversas leyendas repartidas por el mundo sobre Drácula, y especialmente las creencias de las gentes de Rumanía y Transilvania, lo que hace que no sea una novela puramente histórica, sino con ciertos toques sobrenaturales muy bien llevados y que te hace dudar de manera constante acerca de si la autora se va a mantener en una línea más realista o va a virar hacia terrenos más vampíricos. El aspecto más negativo para mí fue el final ya que se me antojó bastante decepcionante. Después de hacer un (largo) recorrido sobre la figura de Vlad, sus andanzas y atrocidades, me esperaba un desenlace diferente. No creo que la decisión que toma la autora para resolver el conflicto sea desacertada, simplemente yo me esperaba otra cosa y terminó siendo, para mi gusto, excesivamente surrealista y alejada por completo de esa vena más realista. Es cierto que me esperaba que tuviera una resolución tirando a lo fantástico, pero digamos que el misterio que se va desgranando en torno a la figura de Drácula me resultó poco creíble y muy absurdo.

La historiadora es una novela que se cuece a fuego lento y que hará las delicias de los lectores que sean fans de Drácula y que disfruten con libros históricos en los que se nota una investigación intensiva.

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Nunca pensé que leería un libro así. Pero a veces gracias a los retos te encuentras con sorpresas como estás. No tenía ni idea de que iba el libro, así que sorpresa como siempre me pasa. Dado que la protagonista recorre varios países, he decidido quedarme con los Países Bajos ya que en el momento de empezar la historia es donde viven, en Ámsterdam. Nuestra protagonista, una joven de dieciséis años, es la hija de un diplomático que nunca suele estar con ella. Como es huérfana de madre, es la señora Clay, el ama de llaves quien se encarga de sus cuidados. No es una chica muy sociable, va de casa al colegio y al revés. Lo que más le gusta es pasar tiempo en la biblioteca de su padre, ya que le encanta leer y el diplomático tiene una gran colección de libros. Un día se subió a por lo que estaban más altos, la chica se encuentra bajando una versión del kamasutra, así con otro volumen más antiguo que contenía un sobre, la curiosidad le pudo más que la sensatez y se dispuso a leer lo que ponía en la carta, a la cual no encontró sentido y lo volvió a dejar todo en su lugar. al regresar su padre de su último viaje, la persuasión de la muchacha, así como la insistencia, lograron lo que más deseaba, acompañar a su padre en el siguiente viaje. Durante el viaje el padre le cuenta hechos que ocurrieron en su juventud cuando él estaba haciendo su tesis. le cuenta cómo consiguió el libro y que habló con su mejor amigo un profesor de historia llamado Rossi. Para sorpresa del padre el profesor le enseñó un libro muy parecido al que había encontrado él en extrañas constancias. Ya que su libro apareció mientras estudiaba en la biblioteca. El padre de la muchacha procede a contarle la historia que le contó el profesor Rossi, que no es cuanto menos muy extraña pero el resultado final no es el que espera la chica. Por lo que a su vuelta a Ámsterdam acude a la biblioteca a investigar por su cuenta. Pronto se dará cuenta de que no es tan sencillo investigar sobre vampiros y que su padre le ha ocultado muchas cosas, quizás para protegerla, o eso quiere pensar ella. Pero un día su padre se marcha y la deja sola, esto la llevará a emprender su búsqueda. Así iremos viendo la historia del padre en su juventud y la que vive nuestra protagonista por su propia cuenta.

Una novela, una investigación y una historia que contar es lo que nos ofrece esta novela fantástica que tiene mucho de erudito y documentación real. Y es que lo primero que debemos saber de ella es que estamos ante la novelización de una investigación real sobre la vida de Drácula. Para ello la autora estuvo investigando durante diez años y es algo que os digo desde ya que se nota en la novela, para bien y para mal.
No obstante, aunque la novela parte de la revelación a su hija por parte del profesor Paul de sus viajes para encontrar a su desaparecido amigo el profesor Rossi, pronto veremos que la obra va mucho más allá. Así, para poder presentar todo, la autora nos ofrece dos líneas temporales, al menos: el presente donde Paul cuenta a su hija su historia, y que luego deriva a la propia investigación de la joven, y el pasado que nos lleva por toda Europa del este en busca de Rossi.
Será en esa investigación donde se nos ofrece el grueso de la investigación sobre el vampiro. Esto permitirá a la autora no solo desarrollar la parte histórica, en donde se nos hará referencia a los testimonios históricos de Vlad Tepes y a la situación política de la Unión Soviética de los 60, sino también desarrollar el hito fantástico de la novela.
Así, además de esa parte más histórica y erudita, encontramos la huida de casi todos los personajes de un miedo que parece invisible, ya que según van avanzando los protagonistas, van descubriendo que es posible no solo que Drácula exista, sino que, además, los está persiguiendo. Sin embargo, no lo pueden asegurar, ¿qué hay entre la superstición y la historia?
La vieja Europa
Lo cierto es que La historiadora es una novela que no es compleja de seguir, ya que la historia está más o menos bien definida desde el principio; pero que es muy densa de leer. Sin embargo, y aunque os parezca mentira, esto también es difícil de asegurar.
Lo primero de todo es que todos los de la lectura conjunta hemos llegado a la conclusión de que a la novela no le favorece la lectura por tandas. Esto lo notamos en que al principio la novela fluía muy bien y, aunque la escritura era pesada por la cantidad de datos, te interesaba lo que te estaban contando.
Para ello, la autora no emplea solo el testimonio oral de Paul, sino que además encontraremos cartas, diarios, postales, artículos… un compendio de formas de narración y escritura que dan (en algunos casos) soltura a la narración. Y, también, se añade el cambio de punto de vista a lo largo de toda la narración. En primer lugar la alternancia entre Paul y su hija da agilidad a la historia y, después, el cambio de narrador a través de los soportes que hemos mencionado.
Entonces, ¿es densa o no? Pues aunque el estilo erudito e histórico está desde el principio, la novela comienza a flojear como a mitad de la obra. En mi caso creo que es porque una vez que se nos ha planteado el quid del asunto la autora se deja llevar por la erudición (todavía recuerdo un capítulo entero que era la transcripción de un artículo de revista científica) y, además, quita voz a la hija de Paul para dársela a Paul joven, cosa que no está mal, pero que nos lleva a una historia de viajes y descripciones interminables de paisajes.
Ahora bien, cabe decir que en este sentido la autora es una artista. Después de haberme leído la novela, parece que conozco toda Turquía, Rumanía y Bulgaria, ya que hace unas descripciones muy vívidas y fotográficas. Pero claro lo poco agrada y lo mucho cansa y con 800 páginas se hace pesado.
Personajes y vampiros
Si como compendio histórico esta obra es completa, como novela, como vemos es un poco floja. Da rabia, y por eso no puedo decir que no me haya gustado, porque los personajes son todos muy interesantes, principalmente Helen, y la investigación sobre la tumba de Drácula también tiene sus puntillos de acción interesantes. Es interesante porque volvemos a ese vampiro que es más bien concepto de miedo que un ser al que enfrentarse, pero que sigue ahí por detrás persiguiéndote y poniéndote en peligro.
Con todo esto, ¿en qué flojea? Pues en ese equilibrio entre ofrecernos la autora todo lo que sabe y no dejar de lado la historia que tiene partes muy muy buenas, pero partes en las que no pasa absolutamente nada y solo hay datos.
De todos modos, os la recomiendo. Creo que leída de seguido y sabiendo que no es una novela ágil, el lector puede disfrutar de todos los contenidos que encontramos en ella: historia, paisajes, tradiciones, supersticiones… Además, puede disfrutar de una historia fantástica, donde el terror se palpa y donde los misterios están servidos. Espero que si la leéis os guste.

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La trama gira entorno a Paul, un diplomático norteamericano y  su hija de dieciséis años que residen en Ámsterdam. En sus años de estudiante universitario, la aparición de un misterioso libro y la desaparición de su profesor y mentor, el profesor Rossi, que investigaba sobre Vlad Dráculea, hace que empiece una búsqueda que le llevará por media Europa para intentar descubrir que es lo que ha sucedido.

Escrito en forma de diarios, cartas y manuscritos,  y con diferentes narradores bien diferenciados, más que una novela de terror es histórica. Estructurada en tres partes, con  tres escenarios cronológicos (década de los 70, de los 50 y  años  30), en la primera nos situamos en medio del misterio: el hallazgo,  por parte de la hija de Paul (de quien a lo largo de las 700 páginas  que tiene el libro, nunca se dice su nombre), de un libro y unas cartas da inicio a la investigación.  En la segunda viajamos si descanso en  post del mito lo que nos transporta a lugares y personajes lejanos con diversos saltos temporales que buscan resolver el misterio en torno a Drácula y su leyenda. Por ultimo en la tercera y última llegaos a un desenlace previsible pero a la vez lógico.

Con una excelente labor de documentación, la autora nos narra la vida real de Vlad Tepes (príncipe valaco del siglo XV, apodado “El Empalador” y en quien se basó el personaje de Drácula de Bram  Stoker) con la parte más fantástica del mito: las señales de mordeduras en el cuello, las ristras de ajos o la estaca de  madera. 

La descripción que realiza de los lugares y ciudades por los que viajan los protagonistas, a lo largo de toda Europa te incita a seguir leyendo con curiosidad mientras recorres las más maravillosas ciudades de Europa y Oriente: Francia, Reino Unido, Estambul, Rumanía, Bulgaria … en un afán de resolver el misterio. La autora consigue mezclar con bastante acierto datos reales y ficticios. Arte,  leyendas, guerras medievales….  Y todo unido te transporta al momento que estás leyendo.

Es un libro entretenido, que engancha,  que nos sumerge en  la posibilidad de que,  tal vez,  Drácula siguiese vivo en la actualidad. Una novela con rasgos góticos que nos acerca una figura del vampiro más cercano a su personaje histórico real que al mito de Stoker.

Un libro sobre el mito de Drácula, que es una mezcla entre ficción y realidad. Una mezcla entre novela histórica, policiaca y  de terror (aunque de éste último hay poco). Pese a su extensión si te gusta la Historia  y los viajes por Europa en diferentes momentos históricos, este es sin duda tu libro.

Y es que, aunque creo  que en este libro el verdadero protagonista es el Mal en sí, Drácula sobrevive entre leyendas a veces sangrientas, a lo largo de todas las épocas.

Este libro está estructurado en tres partes asistimos primero a una presentación del argumento entre secretos, continuamos con los viajes y terminamos con un final que podía haber sido más categórico.

El tema central del libro son los vampiros, más concretamente Drácula y Tepes y la autora se esfuerza en que recordemos que su vampiro es de la escuela de Bram Stoker. Pero para ello hay que superar una primera parte complicada, en la que hay momentos que no tenemos claro quién está dónde entre tantas idas y venidas.

La parte central demuestra un manejo documental tremendo, con descripciones en los viajes tan precisas, que hacen que nos sintamos realmente trasladados. Además la autora tiene la precaución de mezclar datos reales y ficción, otorgando así más credibilidad a su obra, buscando la complicidad de un lector que se apoya en datos ya conocidos para poder meterse en la historia de este seguimiento, de esta búsqueda; siendo este sin lugar a dudas el punto fuerte del libro.

Es un libro largo, al más de 700 páginas, pero da muchos giros, te sitúa en lugares diferentes, tiene acción, intriga, misterio, así que una lectura muy entretenida y completa.