Con la sencillez por bandera Agota Kristof nos muestra una breve autobiografía, tan breve, que trascurre en un suspiro y como lector tengo la sensación de que faltan cosas. No trato de desmerecer la obra, al contrario, me parece un texto de una calidad alta, directa al grano, sin capas y con una simpleza que en absoluto riñe con la belleza de sus letras. Intimista pero practica la húngara nos muestra retazos de su vida, como si fuera un cuento (a lo John Boyne pero en bonito) desde la niña que lee todo lo que cae en sus manos, hasta la acogida que se siente siempre fuera de lugar por bien que se le trate. Más que un ejercicio literario, parece construido desde el placer de escribir sin una pretensión final, un viaje a ninguna parte sin retoques ni maquillajes, trazada libre, a mano alzada y, eso sí, ordenado temporalmente. Las mujeres bellas, lo son sin pinturas y Agota pinta desde el alma, con la niña que aún lleva dentro y con tan "poco", nos llega muy adentro. La autora reflejada ante un espejo de inocencia, de colores pastel que no lo son tanto, nos da un abrazo literario, abrazándose a sí misma. Su virtud es a la vez su defecto, de sabor agradable, pero que acaba pronto, la falta de pretensión le da libertad y le resta calorias...La analfabeta es una merienda, una manzana dulce y fresca que los glotones comemos con gusto, pero nos deja con hambre, con mucha hambre. Y...¿ahora que hago hasta la cena? ¡Tendré que prepararme un banquete! + Leer más |
Educada en una familia en la que los libros son "peligrosos para la salud", Paula sueña con tener su propia biblioteca. Este amor por la literatura la lleva a buscar una vida lejos del hogar de origen. al otro lado del océano, primero en Barcelona y luego en Madrid, funda una librería habitada por las obras de sus autores más queridos. Para su sorpresa, tras la muerte de su madre esta vocación abre espacio a nuevos anhelos, que de a ratos parecen imposibles: tener un hijo y pertenecer por fin a un lugar de forma permanente. Dividida entre labores y países, Paula encuentra en la cerámica una nueva revelación. En el jardín de Mishal, su profesora, descubre el poder de la observación paciente y el trabajo artesanal y termina forjando la figura de la diosa de Laussel, que coloca en el centro de su casa. Guiada por ella, por charlas con amigas y por la lectura de sus escritores admirados, desde T. S. Eliot hasta Roberto Bolaño, Natalia Ginzburg, Agota Kristof o Marta Sanz, la autora argentina y cofundadora de la librería Lata Peinada nos brinda una conmovedora memoir sobre el poder transformador de la literatura, el singular oficio de librera y las distintas formas de crear y reinventar la vida.
Más información: https://www.penguinlibros.com/ar/literatura-contemporanea/336526-libro-la-libreria-y-la-diosa-9788426426376