Invencible

Cuando a través de Edición Anticipada me ofrecieron la opción de leer y reseñar Invencible, del francés Pascal Ruter, no lo dudé y la escogí. Tengo debilidad por la literatura francesa, de hecho, obras clásicas como El Principito (Antoine de Saint-Exupéry) o Los Miserables (Víctor Hugo) las devoré siendo adolescente. Pero es que, además, no recuerdo haberme emocionado más con un libro que aborde la relación entre un abuelo y su nieto que La sonrisa etrusca, del escritor español José Luis Sampedro, una de mis lecturas favoritas. Después de echar un vistazo a la sinopsis de Invencible, tenía que leerla, daba igual que estuviera en formato e-book. Y lo cierto es que, anoche, cuando entré en la plataforma, no salí hasta que llegué al punto final de esta conmovedora novela.

La trama arranca cuando Napoleón, un anciano exboxeador de ochenta y cinco años, decide rehacer su vida. ¿Y qué mejor forma de comenzar que divorciándose de su esposa Joséphine? Montar un gimnasio en casa y reformar el piso, sin ayuda de un contratista, son los pasos siguientes en esta etapa de renovación de vida en la que demostrará, al pichafloja de su hijo, que no necesita una residencia de ancianos, que puede apañárselas muy bien. Solo o con su querido nieto de diez años, Léonard, a quien llama, de modo cariñoso, Coco. Sin embargo, este nota que algo le preocupa a su imbatible abuelo…

La novela está ambientada en Francia, en la época actual, pero resulta difícil concretar más la localización por la ausencia de detalles descriptivos. Sí, se nombra la estación de Lyon, en otro momento el Sena (por tanto, París), pero durante la lectura nunca tuve la certeza de si el piso de Napoleón estaba en Lyon o en los suburbios de esta ciudad, y el de su hijo, nuera y nieto en París. Sin embargo, esta cuestión es de tono menor.

Invencible toca una cuestión social, el de los abuelos, pero lo hace con humor, mucha ternura y hasta ciertas dosis de poesía. La población europea envejece, cada vez es mayor el porcentaje de personas que sobrepasan el umbral de los sesenta y cinco años. Asimismo, hoy es normal que los dos miembros de la pareja trabajen, de modo que muchos se plantean llevar a los ancianos a una residencia pensando que estarán mejor atendidos. Napoleón, el mayor protagonista de esta historia, es un anciano excéntrico, cabezota, luchador, inconformista, que le falta un pelo para saltar de nuevo al cuadrilátero cuando le tildan de viejo, que se considera autosuficiente y con mucha vida por delante, así que se niega a aceptar ir a una residencia. El nombre de Napoleón, le va que ni pintado. Este carácter batallador del anciano da origen a muchos diálogos y anécdotas divertidas durante la narración (os aseguro que me partí de risa yo sola). Anécdotas a las que arrastra a su querido nieto Coco, el segundo protagonista de Invencible.

Tanto Napoleón como Coco son personajes muy bien construidos, y me ha encantado la relación cómplice, entrañable y especial que existe entre ambos. Coco es un niño que quiere y admira mucho a su abuelo; le fascinan las historias que le cuenta, en especial, las relativas a su etapa como boxeador y su último combate con Rocky. Coco es el narrador de Invencible (uso de la primera persona), y a través de su mirada podemos conocer mejor al anciano y lo que significa para él. de hecho, está tan orgulloso de su abuelo, que comparte sus anécdotas con un amigo, Alexandre, un personaje secundario, con una emotiva historia detrás, que también me gustó.

Entre los personajes secundarios se encuentra el hijo de Napoleón y su esposa (no conocemos sus nombres porque, en realidad, lo que importa son las relaciones con los personajes principales) y, por supuesto, Joséphine, quien conoce y comprende muy bien a Napoleón, su único gran amor. Todos ellos juegan un papel relevante en la trama.

La narración se desarrolla de forma paulatina, sin saltos en el tiempo. Y del mismo modo, los personajes evolucionan. Las circunstancias que se producen hacen que la actitud de cada uno y la relación que mantienen con Napoleón, cambie. Y esta evolución es triste, conmovedora y maravillosa, como la vida misma. No quiero decir más porque es el lector quien debe descubrirlo.

«El adversario es fuerte, mucho más fuerte, y el árbitro está comprado».

Invencible, recuerda a La sonrisa etrusca, de José Luis Sampedro, aunque en lugar de un anciano calabrés, aquí el lector lidiará con un octogenario de carácter inconformista preparado para darlo todo en un último combate en el cuadrilátero de la vida. Poesía, ternura y humor será lo que el lector encuentre en esta novela de final sorprendente.
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Hoy os traigo uno de esos libros que por sencillez y ternura harán que disfrutes con cada página. Un libro con el que recordaras a esos abuelos que están ahí o que ahora no estas pero los tienes presentes en cosas tan sencillas como un Cola Cao con galletas María migadas. Un libro de esos que no cuenta ninguna gran hazaña. Nada que haya cambiado la historia. Pero si una gran historia para todos. 

Mis abuelos, cada uno a su manera, han marcado quien soy, como pienso, las cosas que me gustan, como por ejemplo la lectura. Invencible de Pascal Ruter habla de eso, de quienes son para nosotros los abuelos.

En esta novela, Leonard o Coco, como lo llama su abuelo, nos cuenta quien es su peculiar Napoleón. Un exboxeador que a sus 85 años decide divorciarse y renovar por completo su vida. Seremos cómplices de sus locuras. Te aseguro que alguna de ellas hará que sueltes más de una carcajada.

Cargado de personajes cercanos, el elenco de secundarios, sobre todo la abuela Josephine, me han encantado. Y es que esta novela hace que formes parte de su familia y que vivas con ellos cada lio en el que se mete Napoleón.

La novela está dividida en dos tipos de capítulos. Los primeros nos cuentan la historia a través de los ojos de Coco con un lenguaje propio de un niño de su edad que no entiende en muchos aspectos el complejo mundo de los adultos. Capitulo cortos y un lenguaje sencillo hacen que casi no te des cuenta de lo rápido que se lee este libro. Entre estos capítulos leeremos las cartas que se envían Coco y su abuela Josephine. En ellas entenderéis porque me ha caído tan bien esta viejecita.

Pero este libro no solo nos habla de la relación de un abuelo y su nieto, nos habla de los miedos a la vejez, al olvidar y ser olvidado, a ver como cada día es un esfuerzo, pero también las ganas de vivir. Y es que a veces olvidamos que nuestros mayores están ahí y debemos escucharlos, tiene mucho que enseñarnos.

También es un libro de amor, del amor de una pareja a toda una vida juntos, un amor real con sus más y sus menos. No os cuento mucho pero hay una escena en una playa que es de llorar a moco tendido.

Lo único que le pongo como pega es que en ciertos momentos se me ha hecho un poco repetitivo. Puede que se deba a que estoy acostumbrada a leer libros con mas acción y suspense y este libro no es así. 

En conclusión, Invencible habla de la vida misma, de nuestra relación con nuestros abuelos, del miedo a envejecer, a morir, a olvidar y ser olvidado. Una historia entrañable que hará que recordemos a esos que hicieron tanto por nosotros. Os recomiendo una buena caja de pañuelitos cerca.

NOTA: 3,5/5

¿Alguna vez has sentido una conexión especial con alguien de tu familia? ¿Un vínculo que los une más allá de la sangre que comparten? Eso es lo que le pasa al protagonista de nuestra historia, Léonard Bonheur, con su abuelo Napoleón. Coco (como su abuelo cariñosamente lo llama) nos va contando las aventuras de su abuelo desde que decide divorciarse de su abuela (a los 85 años) para renovarse. Desde ese momento, Coco nos relata, en primera persona, lo que significa para su abuelo "rehacer su vida" y se suma a las aventuras que este viejo rebelde le propone. Napoleón es inconformista, no se amilana ante nadie. Fue boxeador en su juventud y se enfrentó al mismísimo Rocky en su último combate. le encanta jugar a los bolos y hacer rabiar a su hijo.
A lo largo de la historia, nos encontramos con la narración de varias aventuras en las que Coco se ve inmerso con su abuelo porque ¿quién no querría divertirse con alguien así? ¿Quién no se sentiría unido a un hombre como Napoleón? Coco lo tiene claro: estará con su abuelo, pase lo que pase, a pesar de las quejas de su padre y de lo disparatadas que sean las ideas de su "emperador". Nos encontramos ante una novela hilarante, sensible, llena de ternura y sentimiento. Una novela que te hará llorar, te hará reír a carcajadas y te hará sentir la importancia de la familia, del amor y de la amistad. Porque en esta novela tan emotiva, también hay cabida para otro tipo de vínculos: el que Coco crea con un nuevo compañero que llega a la escuela, el que tiene con su abuela a través de sus cartas, el que tiene con su madre que se expresa mejor pintando que con palabras y, finalmente, el que va creando con su padre cuando acuden en busca de Napoleón en sus escapadas nocturnas.
Esta novela es un regalo para el alma. Una delicia para el corazón. Y que me haya pasado los últimos capítulos llorando a moco tendido lo corroboran.
En definitiva, una novela extraordinaria que nos envuelve en un mundo de vínculos que no se romperán jamás, pues el que existe entre un abuelo y su nieto sobrevive a todo.

"A sus ochenta y cinco años, mi abuelo Napoleón decidió que tenía que renovarse. Arrastró a mi abuela Joséphine hasta los tribunales. Como ella nunca le había negado nada, se dejó llevar. Se divorciaron el primer día de otoño."

Así empieza "Invencible", un libro que narra la historia de Napoleón, un anciano un tanto excéntrico, y su nieto Léonard, con quien tiene una complicidad admirable.

Decidme que no es un inicio potente.

Fue precisamente este inicio el que me hizo querer conocer más a este abuelo tan guerrillero (al que, por cierto, no puede hacerle más justicia el nombre).

Normalmente, suelo disfrutar mucho con las relaciones entre personajes muy opuestos (y no me refiero exclusivamente a relaciones amorosas), y este ha sido uno de esos casos. Me ha encantado la relación de estos dos familiares que, a pesar de sus diferencias, se complementan y retroalimentan a la perfección. Ha sido un placer acompañarlos en su aventura.

Como punto negativo diría que, hacia la mitad del libro, la historia se iba haciendo algo repetitiva con escenas de relleno a veces inverosímiles que no terminaban de aportar nada a la trama.

Pero todo esto se lo perdono al autor por un final tan acertado.

¿Lo recomiendo? Si lo que quieres es leer algo fresco, novedoso y entrañable como libro puente entre lecturas densas, sí; si lo que buscas es el libro de tu vida, quizá no.

¿Os pasa también que, a veces, el libro más inesperado, os devuelve las ganas de leer? A mí, a pesar de este punto negativo, la historia de Napoleón y Léonard me ha hecho recuperarlas tras unas semanas difíciles.

"Invencible" me ha sorprendido muchísimo, la verdad. No tenía ninguna expectativa en general, pero sí intuía que iba a ser una novela con mucho humor y muchas lecciones de vida.  Es por eso mismo que cuando empecé a leer y me dí cuenta que la trama me había atrapado, al igual que sus personajes, pasé a sentirme parte de una historia emotiva y única.

El autor nos narra la historia de Napoléon, un hombre que a sus 86 años decide divorciarse de su mujer y empezar a vivir la vida  acompañado de su nieto Léonard, a quien apoda como Coco o su comandante jefe. Ambos viven los sigues días en una nube de risas y diversión que no se detiene hasta que los meses van pasando de largo y lo inevitable llega.

La pluma del autor me ha atrapado desde la primera página con esa mezcla de humor y emociones a flor de piel. Napoléon es ese personaje carismático que siempre te saca una sonrisa con cualquier ocurrencia, pero que también te hace darte cuenta que la vida son dos días. Por otro lado, Léonard es un joven niño que vive su pre-adolescencia  en compañía de su héroe invencible. Es un niño cariñoso y sincero que nos cuenta desde su punto de vista como han ido sucediéndose todos estos meses por encima de su abuelo.

La trama de la novela está cargada de diálogos que te sacan más de una sonrisa y, también, más de una lágrima rebelde. Nos habla del paso del tiempo y de la forma en que sus personajes han decidido vivir esos últimos momentos de sus vidas. Para Napoléon la palabra "viejo" no entra en su vocabulario y nos lo dice en más de una ocasión; él se siente joven y fuerte como un roble. 

Esa vitalidad es la que me ha enamorado del personaje. Nunca se da por vencido ante las adversidades -siendo un poco cabezota en ocasiones- , y viendo el lado positivo de las situaciones que se le presentan. al igual que Coco, quien siempre apoya a su abuelo en todas sus ideas y le ayuda a que su padre no le meta en una residencia.

La relación tan estrecha que existe entre estos dos personajes es preciosa y muy significativa. Me ha llegado a emocionar en más de una ocasión, porque yo también sabía que algunas cosas son inevitables y a medida que te encariñas de los personajes, luego es irremediable no emocionarse.

Coco será nuestro narrador a lo largo de la novela, la cual se sitúa en Francia. No tenemos una descripción detallada de los lugares en donde se sucede la novela, pero sí nos hablan de los sitios que van a visitar o que son importantes para los personajes. Además de ello, el ritmo de la historia es equilibrado, nos permite conocer a los personajes y sus vidas a medida que avanza la novela.

Al ser una novela llena de diálogos se lee muy rápido. Es perfecta para estas tardes de verano en que buscamos leer algo que nos relaje, pero que nos quede marcado al mismo tiempo.

Es una novela para disfrutar con las ocurrencias de sus personajes y de sus vidas. Se desarrolla en un par de meses, pero acabas cogiéndole tanto cariño que no quieres que se acabe nunca. Por eso mismo si estas buscando una novela que te emocione y que te haga reír, ésta es tu historia. 
Acabarás enamorado de Napoléon y Léonard, de su amistad infranqueable y de la vitalidad que muestran ambos. 
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