Introducción a Teresa de Jesús

Esta obra me ha parecido una maravilla. Aunque nunca apareció El libro de la Vida de Teresa de Jesús, creo que este bien pudo ser semejante al volumen que ha escrito Cristina Morales en la actualidad. Fiel a la doctrina de Teresa de Jesús, a la época en la que vivió y a que era una mujer culta, la autora ha escrito su propia versión de este libro autobiográfico que a todas nos hubiera gustado leer.

No hace falta autodenominarse feminista para serlo y apoyar la causa, ni tampoco pertenecer a cualquiera de las olas que la historia ha descrito de este movimiento social. Teresa de Jesús fue una feminista sin ni siquiera haber sido acuñado el término en la época que le tocó vivir, ya que defendió los derechos de las mujeres. Podía haber defendido solo los suyos, ya que oportunidades no le faltaron, pero ella además de Santa con todos, defendió a las mujeres, empezando por su propia madre.

Temas como la violación dentro del matrimonio, el amor entre hombres y mujeres, amantes, infidelidad, libertad de la mujer, son solo algunos que me vienen a la mente nada más terminar el libro. Temas que importan, que nos conmueven y nos preocupan a todas, y que una vez más la literatura se hace eco.

Antes que Santa ella se veía como una pecadora, pero se perdonaba porque Dios le había perdonado, así de sencillo. Me resulta gratificante esta actitud, y no la que muchos cristianos terminan teniendo sin querer, autoculpándose y no dándose la oportunidad de perdonarse a sí mismos. Este sentimiento de culpa según he leído es muy común en varias religiones, pero el ejemplo de Teresa de Jesús me confirma que solo es una manera de entender el mensaje y que quizá habría que leer a personas como ella para mejorar este tipo de resultados.

Leer esta novela resulta refrescante, como una ventana abierta a voces antiguas y nuevas que tienen mucho que decir a la sociedad. Me ha gustado el mensaje que lanza, de que no somos tontas y nos damos cuenta perfectamente de cuándo el hombre hace y deshace a su voluntad sin consultarnos, de que el mensaje que leen está distorsionado. Hartas de que nos tomen por tontas, desde tiempos inmemoriales. Brava, Teresa.

Una interpretación de Teresa de Jesús desde una perspectiva joven (la autora tiene 35 años), feminista, anarquista. Cristina Morales es una autora que me ha sorprendido. El libro me ha gustado, es un enfoque libre que valora la personalidad de la santa y muestra con ironía sus contradicciones.
Se publicó por primera vez en 2015 con el título “Malas palabras”. La escribió por encargo de la editorial Lumen, en el 500 aniversario del nacimiento de Teresa de Jesús. En 2020 la publica Anagrama, primero con el título “Introducción a Teresa de Jesús”, y después del verano, tras el fallecimiento de Juan Marsé, se vuelve a publicar con el título “Últimas tardes con Teresa de Jesús”, en homenaje al escritor. En Anagrama añade una “Nota a la edición ¡JA JA JA JA!” en donde critica con humor el origen del libro, y sus estrategias para escribir un encargo con los pocos márgenes de libertad que le dejan.
La novela es un diario íntimo y personal de la santa supuestamente escrito en 1562, mientras redactaba el “Libro de la vida”. Denuncia la situación de las mujeres en esa época, abocadas a la maternidad o a la vida religiosa, pero con sentido del humor. Se nota que ha hecho un trabajo de investigación previo para dar a Teresa una voz que suena muy auténtica.

Leer a Cristina Morales es oficialmente para mí uno de los ejercicios más estimulantes y divertidos que he encontrado.

Aún sabiendo que se trata de una obra que nació de un encargo, que no es el libro que ella hubiera elegido escribir, nada de esto se respira al leerlo, todo lo contrario. Me ha transmitido mucho interés y en mi opinión destila inteligencia y descaro a partes iguales, la retranca de Morales es ya un sello de calidad.

Narrado en primera persona y usando la vida de Teresa de Jesús como marco, las reflexiones de todo tipo se suceden sin descanso. Las hay religiosas, feministas, culturales, políticas, incluso amorosas, y todo ello sin abandonar ni un instante su posición como autora, en un juego de espejos en el que perdemos la noción de si la que habla es Teresa o es Cristina.

Quiero destacar también el estilo usado, en el que pretende imitar el lenguaje del siglo XVI, un recurso necesario en este libro y que ella es capaz de adecuar a nuestros ojos y lograr incluso narrar las escenas más violentas con un pulido discurso (ay, la página 115!). Y sin desperdicio, la nota a la nueva edición de la mano de la propia Cristina Morales, una ocasión para cerrar el círculo de la creación de este libro.
JA JA JA.

Este libro es una declaración de intenciones. Una rebelión. Una Teresa clara, sin pelos en la lengua y más feminista que nunca.

Las cosas claras, cómo son, que para eso Dios le dio lengua pero fue ella misma la que labró su propia voz. Cristina escribe a su propia Santa. Nos la brinda y se convierte un poco nuestra también.

Muy equivocada estás si piensas que solo es un libro de una mujer que fue de oficio y devoción monja. Aquí hay una Teresa que no calla, que manifiesta, acusa, pone nombre a las cosas y a los actos de su infancia y juventud. Habla de su madre que fue con quién aprendió a leer y escribir, habla de su gran amor que nunca llegó a buen puerto, además de sus desencuentros con la inquisición y la tarea que la han encomendado: escribir. Escribir lo que ellos, hombres de la Iglesia siempre, quieren que escriba y que si sus palabras son fructíferas ya se colgarán ellos los laureles de victoria (sobre esto he colgado en el post algunos fragmentos).

Antes de acabar me gustaría recalcar el capítulo que empieza en la página 113. Casi me quedo sin respiración… increíble. Pero recomendar recomiendo el libro entero sin duda alguna. Puro estilo Cristina Morales a través de Santa Teresa del siglo XVI.

Ponerle voz a Teresa de Jesús debe ser una tarea difícil. La novela está escrita en primera persona y relataría lo que la santa no se atrevió a contar de su propia vida. Se nos describe a una monja culta, desafiante y adelantada a su tiempo (e irónica y con sentido del humor en más de una ocasión). Una novela sencilla pero muy interesante y recomendable, que nos mostraría otra imagen de la representante más importante de la mística cristiana junto a San Juan de la Cruz.