Hotel Bruce es un libro ilustrado, dirigido al público infantil (a partir de 3 años), cuyo precedente se titula Mamá Bruce. En él, se narra la historia de un osito reguñón que todos los años tiene que migrar con sus hijitos adoptivos, cuatro gansos, a zonas más cálidas, dejando, por tanto, la casa deshabitada. En una de estas migraciones, la casa se le llena de animales del bosque y la convierten en un hotel. A su vuelta, tendrá que convivir con estos revoltosos (porque, de hecho, no son huéspedes muy tranquilos) compañeros hasta que... Hasta que descubras qué ocurre a continuación. El protagonista, para empezar, es un personaje bastante singular: un oso mamá de cuatro gansos que, además, tiene mal humor. Está claro que los niños y niñas, incluidos los de más de 30 años, sentirán curiosidad por acompañar en las hazañas al animal reguñón. Además, cuando un personaje ofuscado es víctima de situaciones estrambóticas, divierte bastante. Las ilustraciones a todo color ocupan la página entera, y el dibujante ha sabido reflejar las emociones e, incluso, la personalidad de todos los personajes en sus rostros y movimientos. No en vano, Ryan T. Higgins es un escritor e ilustrador con un gran bagaje y premios reconocidos. Ha utilizado la técnica de lápices de colores, que creo que acerca mucho más el cuento a su público objetivo (seguramente acostumbrados a garabatear ellos también con este tipo de lápices), que si, por ejemplo, la obra hubiese sido ilustrada mediante alguna técnica más minimalista o tecnológica. Los escenarios en donde se encuadra cada trozo argumental también cobran gran importancia. El cuento, además, puede leerse incluso si texto, porque las imágenes hablan por sí solas. A pesar de ello, se incluyen frases sencillas sintácticamente hablando para narrar la historia, la cual es de fácil retentiva y está cronológicamente bien indicada para el lector infantil. El cuento tiene moraleja final en donde se refleja que, a pesar del mal humor de nuestro amigo Bruce, siempre hay un gesto de amor, amistad o solidaridad que prevalece. No puedo evitar comentar que el cuento me ha recordado un poco a una escena de Shrek, en la cual la ciénaga se le llena de animales durante su periodo de ausencia. Desde luego, Bruce y Shrek comparten humor y ahora, también comparten ciertos amigables okupas. ¡Me ha encantado conocer a Bruce! ¡Espero que la serie continúe! + Leer más |