Historia de una flor

La pluma de la autora me ha atrapado desde el principio, llenándome de preguntas y sentimientos compartidos con todos los personajes. Su narración es delicada, está perfumada con un olor a campo, libertad y a flores, al igual que los diálogos entre los personajes están cuidados y mimados. Por esto mismo me he sentido tan a gusto leyendo la novela.

Me he sumergido dentro, dejando que me envuelva por completo y que me acaricie el amor de ambas hermanas.

Por otro lado, la historia no decae. Durante los breves capítulos la autora nos cuenta, por medio de un narrador en tercera persona, como se sienten sus personajes, como es el ambiente que los rodea y los acontecimientos que se ciernen sobre ellos peligrosamente.

No he podido soltar el libro en ningún momento, era una ansiedad constante por saber que le ocurriría a las hermanas y que les depararía el futuro. Además de eso, el libro se devora super rápido, por lo que si eres un lector voraz te durará una tarde.

El amor que se describe en la historia me parece maravilloso. Lo que sienten Luisa y Alba por la lepidoptera y botánica me ha gustado mucho, porque la autora ha sabido transmitir a la perfección esa fascinación que tienen.
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Alba es la hermana mayor, es una joven curiosa y astuta. A lo largo de la historia la veremos dialogando de forma perspicaz con otros estudiosos de la botánica, lo que levantará pasiones e impresiones. A ella no le importa no ser diferente a las demás chicas de su edad, sino que ella ansía el día en que pueda estudiar y descubrir tierras nuevas.

Luisa es una joven más reservada, pero es igual de curiosa que su hermana. Ella al ser la pequeña no tendrá que afrontar situaciones como lo hace Alba para salvar a su familia, aun que su propio mundo también está en peligro cuando la ven diferente al resto. de ella sabemos menos en comparación con su hermana, lo que me ha disgustado un poco.

Otro personaje que me ha enamorado, ha sido la madre de las hermanas, Mercedes, una mujer de mundo y de idiomas. Ella deseaba ser libre en su juventud, pero el amor se le presentó antes y acabó abandonando su sueño. Sin embargo, ella lucha ferozmente para que sus hijas tengan la libertad de estudiar lo que desean y de ser curiosas todo cuanto permitan.

La ambientación de la historia me ha encantado, ya que nuestros protagonistas están ubicados en un precioso valle de Teruel, abastecido de angostos campos de flores y de una naturaleza pura. al igual que el marco histórico está muy bien matizado; España quiere innovarse introduciendo los primeros avances ferroviales, mientras que en Europa la botánica va cogiendo más fuerza.

Mientras que leía el libro tenía ganas de estar allí para sentir esa naturaleza tan persuasiva.

Por último, el amor pasional que viven ambas hermanas. Alba conoce a un hombre que la comprende y que no quiere cortarle las alas, mientras que Luisa conoce a un hombre que ante la primera mirada de él, se enamora profundamente. Este amor es algo secundario en la novela, o al menos eso me lo parece a mi, ya que lo que predomina es el amor por el estudio en los corazones de las chicas.

Es una historia para enamorarse de los personajes y de la naturaleza. Alba y Luisa te llenarán de amor, de resentimiento y de anhelos a medida que lees la novela. La pluma de la autora hará que no puedas soltar el libro y que te sientas parte de él.

El amor por la libertad es lo que más destaca en el libro, combinando una historia real con la ficción. Así que, si estás buscando un libro para leer en las tardes de verano y que te emocione, ésta es una lectura maravillosa.
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Octubre de 1888. En La Solariega, una preciosa casa situada en Santa Ana, un pueblo turolense de la Sierra de Albarracín, cuando está a punto de celebrarse el enlace de Alba Ruiz de Peñafiel, un regalo inesperado transportará a nuestra protagonista trece años atrás, a aquellos días en los que tras muchos proyectos e ilusiones de sus padres, aquella casa cobró vida con la llegada de la familia. Aquel verano de 1875, será pasa siempre una fecha inolvidable en el calendario de las jóvenes Alba y Luisa, las dos hermanas Peñafiel. En aquellos días, estas dos jóvenes de familia acomodada, consideradas unas “rara avis” entre las damas de la época, y que heredaron de su madre su amor por la naturaleza, lograrían dar rienda suelta a sus pasiones: Luisa, con corazón de entomóloga, al estudio de las mariposas; Alba a documentar y crear un impresionante herbario sin apenas imaginar que el amor se podía colar por la rendija más insospechada. Y es que el destino la cruzará con Heinrich Wilkomm, un afamado científico alemán que quedará imantado por la joven y su pasión común por la botánica será lo primero que compartan. Saxifraga alba será por siempre para ellos un símbolo de amor.

Qué cantidad de sensaciones nos provocan los libros, ¿verdad? Yo de flores entiendo poquito, la verdad; más bien lo justo. Me gustan, eso sí, pero no tengo un corazón botánico. Quizá la posibilidad de encontrar algo similar a las letras de Tracy Chevalier me animó. Y, lo demás vino rodado, porque es muy fácil dejarte llevar por las páginas de esta novela y qué bonito resulta cuando con tanta sutileza una autora logra transmitir esa amplia paleta de sensaciones y matices.

Hay lecturas que proporcionan un auténtico deleite para los sentidos, y lo más curioso de todo este asunto es que no ha necesitado Claudia Casanova grande alharacas para conmover al lector, sino que narrada con sencillez y mucho mimo, con un ritmo sosegado, cadencioso, pero eso sí manteniendo un pulso narrativo delicioso, será un narrador omnisciente, en presente, que nos hace vivir, si cabe, con más intensidad las emociones, el encargado de movernos por una novela que nos va enredando en una preciosa historia de amor al tiempo que retrata la vida de los habitantes de una pequeña población turolense de la época, y va dando forma a la historia de la primera mujer botánica de España.

Alba es una mujer con inquietudes, curiosa, observadora, decidida y firmemente dispuesta a luchar contra las imposiciones de una época y a labrarse su propio destino. Conoceremos también cómo se desarrollaban las reuniones de los próceres de la zona, cómo surgió el proyecto del ferrocarril en Aragón, los pequeños pero importantes impulsos de la iglesia por proporcionar cierta educación a los más desfavorecidos, y cómo la vida y el amor, al igual que el agua del manantial, se abrían paso en plena naturaleza sin que nada ni nadie pudiera detener su curso.

Historia de una flor es una novela que te sorprende con un abanico de emociones. Destila elegancia, sencillez y delicadeza. Porque, en ocasiones, menos es más y la lectura se torna en un auténtico placer, os aconsejo acercaros a ella. Termino con una de las citas, en este caso de Stendhal, maravillosa y que pareciera pensada para esta historia, con las que la autora da inicio a su novela.

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Asistimos a la boda de la novia Alba Ruiz de Peñafiel con un novio juez.
Elige un vestido blanco frente al modelo negro tradicional. La celebración será en la sierra de Albarracín (Teruel), donde pasó su infancia y asistió a su crecimiento en toda una mujer.
El ramo acorde al color de su vestimenta, blanco, con flores de Saxifraga alba.

Poco antes de la ceremonia, recibe un pequeño regalo ovalado con una flor en su grabado y el nombre de esta flor, Saxifraga alba ("Blanca, como tu piel)", las mismas flores que le acompañarán al altar. Una carta, un nombre: Heinrich Willkomm.

Diez años antes... en 1875, tiene lugar la mudanza de una familia: Eduardo Ruiz de Peñafiel; empresario, y su esposa, Mercedes con sus dos retoños: Alba y Luisa. Empiezan una nueva vida, en la casa que hace construir un padre que echa de menos sus raíces.

Alba, una niña que promete una belleza floreciente, a veces olvida sus modales y mancha sus caras vestimentas cuando contempla una nueva flor que no había visto jamás; sin embargo su hermana Luisa, prefiere mirar hacia arriba, buscando figuras de dos alas que vuelan hasta posar en los frutos de su flor preferida y probar su dulce néctar.

Dos mujercitas con dos pasiones distintas, que no incluyen ni las muñecas, ni nuevos vestidos de arreglar. Han encontrado su vocación en la botánica y entomología, dos ciencias naturales.

Un cuento, que con su mayor ternura y dulzor, nos quiere invitar a conocer dos pasiones, y distintas formas de amar. Una novela que recuerda a las grandes mujeres protagonistas de Jane Austen, una trama elaborada y alimentada con agua y rayos de sol, cuya traducción del latín y griego, significa: la primavera de Vivaldi.


IMPRESIÓN PERSONAL:
Hace unos días fui a la librería en busca de nuevos títulos, avanzando un poco, descubro una portada con una flor blanquecina, y una portada sumamente elegante, fememina.

Pensé que estaría ante un libro de botánica, y no iba mal encaminado.

Claudia, su autora, retrata la historia de una familia noble española a finales del siglo XIX. Dos hermanas que comparten su vocación por las ciencias naturales, con la suerte de una progenitora que probablemente haya transmitido esa pasión en los genes y que con los años ha aflorado.

España se acrece con la llegada del ferrocarril en las principales ciudades y su conexión con las principales capitales europeas. No sólo es un contexto histórico, pues el padre de familia invierte en este sector creciente.

Todo tiene lugar en la provincia de Teruel, en una zona montañosa, rodeada por el nacimiento de varios ríos (Guadalaviar, Tajo, Júcar, Cabriel...), que condiciona un ecosistema rico en especies de fauna y flora.

Este no será el único paisaje que imaginaremos en tinta, otros escenarios como Barcelona, París, Praga, son también asistentes de esta novela.

Una obra hecha para disfrutar, olvidando los estereotipos sociales, cumplir los sueños, enamorarse y amar con libertad. Un enamoramiento puro, sin tapujos, compartiendo roces, besos, carpe diem.

Una vez terminé de leer, volví a la introducción, leyendo esos secretos escondidos que sólo se desvelan una vez has leído la novela previamente.

Un gran descubrimiento literario, desde el encanto de una buena portada. Sin duda os los recomiendo.

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Preparándose para su boda con Ángel Ruíz, juez destinado en Mérida, Alba Ruiz de Peñafiel recuerda su historia de amor imposible con el Botánico alemán Heinrich Wilkomm. Recordará su llegada a La Solariega, la casona familiar en Monreal del Campo (Teruel), con Mercedes, su madre y Luisa, su hermana menor. Allí, en contacto con la naturaleza en la sierra de Albarracín, las dos hermanas se dedicarán cada una a su pasión: Alba, recogerá flores y plantas, y su hermana hará lo propio con las mariposas. El padre Bernardo, párroco de la zona, dará clase a las dos hermanas, es botánico y será quien les presentará a Heinrich Moritz Willkomm.
Claudia Casanova nos cuenta en Historia de una flor los momentos trascendentales de la vida de la primera mujer botánica de España. Basada en un personaje real, Blanca Catalán de Ocón, se trata de una ficción, en la que se mezclan personajes reales con otros que no lo son; recrea un romance que no existió con el botánico alemán Heinrich Moritz Willkomm (personaje real) y también cambia un par de nombres de lugares como el del pueblo Santa Ana del Campo (que no existe) y coloca a Monreal del campo en la Sierra de Abarracín (que se encuentra entre Zaragoza y Teruel. Llevo 30 años viviendo en Teruel, cerca de la capital y de la sierra de Albarracín, y algo más lejos me queda Monreal, reconozco que me ha descolocado en algunos momentos las localizaciones. También es real el personaje del padre Bernardo, el canónico y botánico de Albarracín, Bernardo Zapater, puso en contacto a los dos protagonistas de la historia. Es interesante ver como en la segunda mitad del siglo XIX, ser mujer en una familia de buena posición, era aprender a llevar la casa, las labores propias de la casa, y poco más, eso es lo que se espera que aprendan. Estudiar, ir a la universidad era impensable para una mujer. Es de agradecer a Claudia Casanova que nos haya descubierto a la primera botánica española, desconocida para la mayoría, yo no había oído hablar de ella y eso que nació en Calatayud (Zaragoza) y vivió en Monreal del campo (Teruel). y vivo cerca. Seguramente si hubiera sido hombre sería más conocida su trayectoria y su descubrimiento, la Saxifraga blanca.
Historia de una flor es una novela romántica que se lee rápido y bien, y que es un homenaje a la figura de la primera mujer botánica Española, Blanca Catalán de Ocón y Gayolá.
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HISTORIA DE UNA FLOR – CLAUDIA CASANOVA

Es el día de su boda y Alba recuerda como se inició su amor por las flores alentada por su hermana y sus padres, pero sobre todo por su madre.
Recuerda como descubre y cataloga flores acompañada de su hermana que busca las más bellas mariposas
Recuerda la llegada de Heinrich Wilkomm, un famoso científico, con el que comparte su amor por las plantas y... algo más.
Recuerda como ambos dieron nombre a una flor descubierta por Alba.
Y recuerda que no quería casarse si no era por amor y que quería dedicarse a su pasión, la botánica
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Un libro bonito por fuera y por dentro. Escrito maravillosamente, con sencillez pero con una tremenda sensibilidad y dulzura. al leerlo sientes una sensación de paz, serenidad y tranquilidad que disfrutas durante su lectura, breve pero magnífica.

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