Historia de una escalera

Buero Vallejo ha sabido igualar vida y pensamiento, conducta y prédica. de su lucidez y de su ejemplaridad, de su trabajo, ha surgido el teatro de más altura, tensión y trascendencia de la posguerra española. Como ha sabido demostrar con Historia de una escalera, hito en la recuperación teatral de España.

Su tema y problema es el de la desvalida criatura humana en un tiempo crítico: el hombre en busca de la libertad por caminos de conocimiento y amor.

Ay el teatro, como me gusta a mí el teatro! Y esta obra perdida en mi estantería desde el bachillerato me ha traído de nuevo recuerdos de mi yo niña leyendo obras dramáticas antes de ir a dormir.

Historia de una escalera es, en definitiva, la historia de muchos. Esos conflictos a pie de escalera con nuestros vecinos, en este caso en un edificio con generaciones y generaciones e familias, en un bucle de repetición de conducta. Que conste, que recordaba otra cosa! Pero vaya, que me ha encantado!

“Podrás. Podrás… porque yo te lo pido. Tenemos que ser más fuertes que nuestros padres. Ellos se han dejado vencer por la vida. Han pasado treinta años subiendo y bajando esta escalera… Haciéndose cada día más mezquinos y más vulgares. Pero nosotros no nos dejaremos vencer por este ambiente.” ~ Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo.

España a mediados del siglo XX. Una escalera de vecinos obreros que sufren para llegar a fin de mes. Todos menos don Manuel y su hija Elisa. Conocemos a las distintas familias y a sus hijos y con ellos avanzamos, en esta obra de teatro de tres actos, a lo largo de la vida de estos últimos. En el primer acto entramos en situación, cuando son jóvenes y tienen sueños de futuro. En el segundo acto diez años después y los cambios que se van produciendo, cómo los hijos van tomando el relevo de los padres. Y, en el tercer acto, cuando estos últimos ya son adultos y hay una nueva generación en el edificio.

Una fantástica obra, cortita pero con muchas cosas que contar. Me ha encantado lo bien que el autor ha descrito el escenario y los cambios temporales sin necesidad de calzar tropemil páginas de ambientación. Te sitúas en esa escalera y parece que escuchas las puertas abrirse y cerrarse, los comentarios y cotilleos de los vecinos y hasta el humo del tabaco que los jóvenes se fuman en el descansillo. Un edificio que envejece con el paso del tiempo de la misma manera que van perdiendo lustre los sueños de sus inquilinos.

Todo transcurre en el rellano de la escalera de un edificio de clase media en Madrid de los años 40/50 específicamente en un "quinto sin ascensor", no faltan las desavenencias, los chismes, los cobradores, la amistad, la buena voluntad entre vecinos y los enamoramientos, pero sobre todo la frustración, el egoísmo y la tristeza... La escalera se convierte en el escenario de esta historia que podría ser la de muchos que esperan que todo cambie con un golpe de suerte o de quienes dejan su vida en manos del destino, sin hacer nada...

Una obra en tres actos, ambientada en tres momentos distintos, muy visual en sus descripciones, y con una moraleja en cada uno de los roles de sus personajes.

Viene muy a cuento eso de que la vida pasa y cada quien tiene y debe luchar por construir sus propios sueños sino al final, lo único que ha pasado es el tiempo

Sé que me repito, pero el teatro no hay que leerlo. Como apenas hay descripciones, no llegas a imaginarte bien la situación ni logras introducirte en la historia. Sobre el papel todo se percibe como algo superficial, pero sobre el escenario imagino que la obra mostrará toda su magnitud.

Los personajes principales son Urbano y Fernando, dos jóvenes que han crecido juntos en el mismo edificio. Pero los años han hecho que su amistad se fuera deteriorando a medida que sus personalidades se avanzaban en direcciones opuestas. Mientras que Fernando es retratado como un chico con muchas ideas y proyectos en la cabeza pero con poca energía para llevarlos a cabo, Urbano es la contraparte, dado que se esfuerza por ser constante en el trabajo.

La obra nos muestra varias familias pobres, que coinciden en el mismo tramo de escalera, y cómo quieren superar su situación con ambiciosos sueños, pero no logran llevarlos a cabo y terminan regresando a la amargura de la realidad. Parecerá una tontería, pero muchas conversaciones me recordaron a Aquí no hay quien viva empleando expresiones que ya no se usan.

La lectura es rápida y ligera, aunque algunas veces me parecía aburrida porque me costó conectar con los personajes y sus vivencias. Creo que mi obstáculo fue que se desarrolla en una época que no he vivido y, por tanto, desconozco los sacrificios o las carencias al vivir en la pobreza.

Saludos ;)
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Siempre que se cruza este libro en mi camino recuerdo mis clases de literatura de bachillerato, y como mi profesor hacía un símil entre esta obra de teatro y la serie de gran éxito “Aquí no hay quien viva”. Claro que esta referencia la realizaba para que su argumento quedara en nuestra mente de una manera sencilla de recordar.
No ha sido hasta muchos años después que he decidido leerla, aprovechando que termina el año y necesitaba una lectura breve para poder conseguir mi reto literario.
Es una obra dividida en tres actos, y cómo era habitual en el teatro de la época, cuenta con pinceladas de crítica moderada, toques de humor y tonos melodramáticos. Representa fielmente los problemas de la época e incluso podemos encontrar un reflejo de la sociedad actual.
Sin duda es una lectura amena y de la que disfrutar en cualquier momento, además os servirá para conocer una de las obras de referencia de Buero Vallejo .

Este libro del género teatro refleja muy bien la España de los años 40/50. Una sociedad totalmente conservadora y atascada en unos valores y principios incambiables. Por ejemplo se muestra la vecindad, el “criticar”, el amor según los beneficios, las malas relaciones que pasan de generación en generación, etc.

Obra maestra que narra sin un ápice de distorsión cómo era la España contemporánea de la primera mitad del siglo XX. A través de los diálogos de los personajes se aprecia el cansancio por la vida, los aprietos económicos, la esperanza, el amor y la envidia. Es un espejo en el que mirar a nuestro pasado y meterte de lleno en la época. Buero Vallejo hace una crítica social maravillosa que te deja con ganas de más. Es una obra clásica que todo el mundo debería leer.

Nos da es una tragedia social universal. El drama es la naturaleza humana. Los tiempos cambian y las personas evolucionan, pero las preocupaciones, las frustraciones y los deseos siguen siendo los mismos. Lo que llama la atención es que no especifica la ciudad específica donde se realiza la acción. Puede suceder en cualquier lugar porque el individuo es el mismo en todas partes. En esta obra de teatro en tres actos, conocemos a cuatro familias, vecinos de la misma escalera. Han pasado 10 años entre los actos 1 y 2, donde se presentan los personajes, mientras que han pasado 20 años entre los actos 2 y 3. El narrador que interviene para delimitar la escena está completamente fuera de la narración, sólo revela la posición de los personajes a intervenir y ubica al lector.
El autor ofrece una denuncia político-social con un punto de vista pesimista y conformista, tal vez para denunciar que los problemas no se resuelven sin lucha. Ha pasado el tiempo, pero nada ha cambiado. El tiempo vuela, algunos vecinos se han ido, los jóvenes desde el principio se hacen mayores y piensan que nada ha cambiado, las escaleras siguen siendo las mismas de siempre. Una lectura corta y fácil, pero con mucha profundidad para lectores que quieran aprender más.

Es una obra de teatro que nos cuenta la vida de una serie de personajes en los años 40/50/60, donde podemos ver qué al igual que la escalera, la vida de las generaciones es la misma, poniendo el ejemplo de [los jóvenes enamorados declarándose en la escalera y que tras una generación, vuelve a pasar lo mismo con sus hijos]. Ha sido una lectura obligatoria de clase, pero he de decir que ha sido una maravilla de libro.

No soy muy dada a leer teatro, no me preguntéis el motivo porque ni yo misma lo sé, pero tenía ganas de probar con esta obra sencilla y de la que tan buenas opiniones he visto.
Ha resultado una lectura ligera (algo que necesitaba) a ratos crítica con la sociedad de la época, que la verdad no ha cambiado mucho desde aquella; y también con sus momentos cómicos y dramáticos.
En definitiva, una buena lectura para despejar de otras más densas. Se lee en apenas unos minutos y merece la pena darle una oportunidad.