Hijo único

Hijo único es una historia que me llamó bastante la atención por su trama y me resultó interesante ahondar en cómo iba a tratar la autora un tema tan delicado como los sucesos que acontecen en la novela.

Me gusta cuando encuentro protagonistas infantiles, ver esas pinceladas de la inocencia con la que miran el mundo me enternece mucho y me gusta aprender de ese punto de vista que muchas veces no dista tanto de la realidad con la que hay que mirar las cosas.


No me ha resultado una novela adictiva y le ha faltado un punto de intensidad para hacerla imprescindible pero me ha gustado por sus momentos estelares y la carga emotiva que otorga al lector momentos de reflexión muy productivos a nivel personal durante su lectura.

La historia se desarrolla en una ciudad ficticia de los Estados Unidos y tiene como protagonista a una familia media americana. Jim el padre es abogado y su mujer Melissa era publicista aunque dejó su trabajo para dedicarse por completo a cuidar de sus dos hijos Andy de diez años y Zach de seis. Estudian en el colegio de primaria McKinley donde un lluvioso día, un joven irrumpe con varias armas y provoca una matanza entre los alumnos y el personal del centro. El caos se apodera del colegio y todo es confuso a medida que pasan las horas. Finalmente los Taylor reciben la noticia de que entre las diecinueve victimas mortales se encuentra su hijo Andy. Como es lógico el mundo se derrumba para la familia, la madre entra en schock y necesita asistencia médica, el padre cae en un profundo silencio y Zach, el protagonista principal de la historia verá como su mundo cambia de la noche a la mañana. Nuevas rutinas, nuevas experiencias para un niño de tan solo seis años que empieza a asimilar que no va a volver a ver a su hermano.

Será entonces cuando la trama se centra en la postura ante lo ocurrido que toma cada miembro de la familia y el particular proceso del duelo que tiene cada uno de ellos.

Una historia que desgraciadamente suele ser de actualidad en los Estados Unidos donde esta noticia ocurre más de lo deseado. Un país donde las armas están al alcance de todo el mundo y hechos como estos adquieren cierto rol de habitual, ya que en la novela narran como los alumnos actúan como les indicaron en los simulacros para casos donde alguien entra en el colegio y dispara a diestro y siniestro contra todo el mundo.

Hijo único por lo descrito puede parecer en ciertos aspectos un thriller o un derroche acción pero salvo los momentos iniciales, el resto es un drama con todas su letras, aunque con ciertos momentos cómicos y situaciones entrañables.

Los personajes principales son tres: Zach que podría decirse que es sobre el que recae toda la fuerza argumental y sus padres, muy distintos entre sí. Ella buscará la venganza y el optará por la apatía y a verlas venir. En medio de todo ese mundo caótico en el que se convierte la familia estará Zach, el narrador de la historia que con su lenguaje de niño de seis años ira describiendo las situaciones y a los personajes. Es el que tira en todo momento del peso de la historia y en ese aspecto me ha gustado ya que encuentro original ver la narración a través de los ojos de un niño sobre un asunto en el que nosotros no tenemos experiencia y es difícil ponernos en una situación tan dramática.

“El pistolero vino y la vida real se fue, y ahora era como si estuviésemos viviendo una vida nueva de mentira”

Miedos, dolor, soledad, venganza, muerte, duelo, unidad, son temas que se tratan de forma respetuosa a lo largo del libro y que sin lugar a dudas nos hará reflexionar en más de una ocasión y cuestionar comportamientos y valores predeterminados por la sociedad.

Dotado de un comienzo impactante que atrapa al lector desde la primera página, me ha gustado mucho su lectura aunque le ha faltado un punto para que me resultara extraordinaria ya que he echado en falta cierto dinamismo en la trama para que la historia fluyera más. Me ha demostrado que los niños son esos locos bajitos de los que uno a pesar de los años vividos tiene mucho que aprender.
Cuando llevaba más de la mitad de la trama me surgió la inquietud con la consiguiente duda de cómo la autora le daría un final aceptable a esta historia. al finalizar debo reconocer que me ha gustado mucho el final y hay que aplaudirlo.

Me llevo con esta lectura la palabra “conmiseración” más que por su significado, por el uso que dar de ella en la vida real.
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Una novela tierna y conmovedora acerca de cómo afrontar la pérdida de un ser querido.

En este libro nos encontramos una historia que comienza en lo que iba a ser un día cotidiano, sin embargo, la rutina se rompe cuando un pistolero entra en un colegio y comienza a disparar a todo el que se cruza en su camino. La historia está narrada por el pequeño Zach, un niño de tan solo seis años, que sufre el ataque encerrado en un armario junto a su profesora y a sus compañeros y, por si esto no fuera suficiente, esa mañana pierde a su hermano Andy, de diez años. A partir de este momento, cada miembro de la familia gestionará la pérdida como mejor sabe y puede hacerlo. al estar narrado por Zach, la novela es tierna e incluye apreciaciones inocentes propias de su edad.

Me han gustado todos los personajes, pero, evidentemente, Zach se ha ganado mi corazón. Es un niño que no entiende muy bien qué está pasando y por qué sus padres actúan así. No obstante, intentará hacer todo lo posible para que la familia permanezca unida y, en la medida de lo posible, recupere sus rutinas.

La novela se divide en cincuenta y cinco capítulos muy breves y la prosa de la autora es sencilla y cercana, lo que hace que se lea sin apenas darte cuenta. La portada me parece muy acertada, pues refleja a la perfección los reclamos de atención de Zach en un mundo en el que parece que se ha quedado solo.

En definitiva, es una lectura que llegó a mí por casualidad, pero que no será fácil que olvide tanto por su temática como por la forma en la que está narrada. Si te ha llamado la atención la sinopsis, no lo dudes, léela, no te dejará indiferente.

Mi relación con este libro ha sido algo complicada. Lo empecé con todas las ganas porque la sinopsis me llamó mucho la atención, pero cuando lo empecé hace meses llegué a un punto en el que me aburría, no me apetecía leerlo y cada vez que me ponía a ello leía un par de páginas y lo dejaba de lado. El motivo no era que el libro fuera malo ni que me pareciera mal escrito, pero yo estaba en pleno bloqueo lector porque no estaba encontrando lecturas trepidantes y que me llegaran totalmente.
La cuestión es que, como me agobia ver en Goodreads que tengo 38 libros a medias, decidí que ya era hora de bajar esa lista y empecé por esta novela. Está claro que nuestro momento para leer un libro es muy importante, porque al final resultó que terminé las 200 páginas que me quedaban en menos de un día.

Como ya os he dicho, me llamaba mucho la atención el argumento de este libro, sobretodo por el tema del tiroteo en el colegio. Cada semana se produce uno de estos crímenes en Estados Unidos y cada vez que veo uno de los casos me horroriza, pero siempre me hace pensar en el porqué, en cómo es posible que se haya llevado a cabo algo así sin que nadie pudiera evitarlo.
La cuestión es que es el crimen lo que más me llamaba la atención de este libro, pero no está demasiado centrado en eso. Este libro se enfoca más bien en el sufrimiento de la familia, en cómo pasa su duelo cada uno de los miembros.

La historia está narrada por Zach, el pequeño de la familia, que también estaba en el colegio cuando se produjo el atentado pero su profesora consiguió salvarle a él y a los demás niños de su clase. La verdad es que el inicio del libro es muy, muy interesante y te mantiene en tensión. Narra al detalle lo que está sucediendo, cómo reaccionan algunos niños y transmite muy bien la sensación de terror. Pero ya os digo, el relato del crimen es la primera cuarta parte del libro, el resto de la novela se centra principalmente en lo que sucede después en la casa de Zach.
Por otro lado, la forma de narrar está muy conseguida. Las frases, las expresiones, los sentimientos y los pensamientos son propios de un niño de esa edad y creo que en ese sentido ha habido un gran trabajo por parte de la autora. También he de decir que hay ocasiones en las que Zach divaga demasiado en cosas que no vienen al caso y que, por lo menos a mí, no me parecieron interesantes, pero en parte creo que expresa muy bien cómo funciona la mente de un niño.

Hay personajes con los que no he conseguido conectar, como es por ejemplo el personaje de la madre de Zach. Ojo, entiendo totalmente su reacción y su comportamiento después de haber perdido a su hijo de esa forma tan cruel, pero hay momentos en los que me ha parecido insoportable. En cambio, el padre de Zach me ha parecido todo un héroe, lleva la situación de una forma admirable y su actitud hace que la familia no se vaya al traste.

En definitiva, finalmente ha resultado ser una lectura entretenida aunque no me ha llegado al corazón. Sin embargo, creo que es porque yo soy un bicho raro porque es un libro que tiene una puntuación altísima en redes sociales para lectores. Empiezo a pensar que no tengo sentimientos.
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Hoy vengo a hablaros de hijo único, un libro que he descubierto gracias a babelio y a la editorial HarperCollins y aprovecho para darles las gracias.
Todo comienza con un tiroteo en un colegio de Carolina del Norte, Estados Unidos, una triste noticia que vuelve a nuestras vidas durante éstos días. Pero ésta vez no conocemos la historia de qué le ha podido pasar por la cabeza a ése chico que un día cualquiera, se levantó de la cama y decidió atacar a unos pobres chiquillos que acudían a clase.
Ésta historia está contada por un niño de 6 años,que a su corta edad, no sólo tiene que enfrentarse a ése terrible suceso, si no que vivirá la muerte desde muy cerca y tendrá que enfrentarse a sus miedos y sentimientos y al cambio radical que sufre su familia después del tiroteo. Su vida ya no será la misma, pero acaba encontrando la pócima secreta para ir superandolo poco a poco.
Es una historia tierna a la vez de triste, muy fácil de leer gracias a sus cortisimos capítulos, pero quizá la veo más dirigida a un público juvenil, por la sensibilidad que tiene la escritora al contar la historia.

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