Escribir para vaciarse. Deconstruir las entrañas para buscar sentido a una existencia, la propia, que resulta ajena. No lograr conocerse más que a través de la palabra. Esa necesidad de ponerle nombre a todo para entender lo que sacude un interior agitado, revuelto, depresivo a veces, desubicado en un mundo que no logra recibir al cuerpo. Menos aún al alma que lo habita. La escritura íntima como una herida abierta que supura melancolía y dolor. “Heridas abiertas”. No podía tener mejor título este pequeño “cahier” ni mejor cita introductoria (la de Pizarnik). A pesar de su brevedad, son muchas las vidas y diarios que aparecen retratados en sus páginas. En ellas, Begoña Méndez sufre a la par con Santa Teresa, Soledad Acosta, Zenobia Camprubí, Lily Íñiguez, Teresa Wilms, Marga Gil Roësset, Idea Vilariño, Alejandra Pizarnik, Susan Sontag y la “princesa montonera” Mariana Eva. Lo que comenzaron siendo noches de insomnio terminó convertido en un ensayo sobre la vida de mujeres excepcionales que dejaron por escrito lo más íntimo de su ser. Son apenas retazos que describen lo que las llevó a esa necesidad de arrancarse lo de más adentro, hundiendo la mano en las tripas para sacar aquello que las configuraba. Aquello que las hizo únicas. Desubicadas y únicas. Páginas emborronadas donde no cabe el mutismo. Dónde sentirse libres de todo y de todos. Algunas, como Gil Roësset, Wilms o Pizarnik no pudieron soportar su vida, despojándonos de su extrema sensibilidad demasiado temprano. Leerlas duele. Pero qué necesario se hace. Cicatrices que no terminan de cerrarse, heridas que duelen como el primer día o el acto mismo nuevamente (que diría Pizarnik): volver al inicio, al hecho mismo del sufrimiento; volver una vez conocido el dolor que acarreará después. A pesar de ello. Porque mereció la pena todo lo que vino. Regresaré a ellas. A sus vidas escritas. A esa intimidad que deja de serlo en el libro. Y las abrazaré al verme en sus trazos. En cada palabra. En cada letra. A sabiendas de que no hay cura para sus heridas. Que lo más parecido a la inconsciencia sea escribirlas. + Leer más |