Hambre

No quiero ser muy dura con este libro pero creo que hasta este momento, no he logrado conectar con la escritura de Roxane Gay. Este es el tercer libro de la autora que leo, y para ponerlo en términos simples, Hambre no funcionó para mí, así como fue el caso con Mala Feminista. Sin duda respeto la valentía y la honestidad de Gay para compartir lo que le sucedió, un suceso brutal y terrible para una niña y que marcó el inicio de su desorden alimenticio, pero siento que en algún punto se perdió la dirección de su historia. Quizá un buen trabajo de edición hubiera beneficiado al libro ya que muchos de los capítulos los sentí repetitivos y otros, simplemente anécdotas de otro tipo que no eran tan importantes para la historia en sí.

Hambre es la memoria de la autora, una mujer que experimentó un hecho traumático siendo una niña y que la llevó a intentar esconder su cuerpo en la comida, un hecho que se ha convertido en una batalla de toda la vida. A partir de este punto, Gay reflexiona sobre la inseguridad, la salud mental y discute temas como los estándares de belleza, el acoso a gente obesa en nuestra cultura, y la terrible ecuación que se hace entre delgadez y felicidad. Si bien coincido con muchas de las opiniones de la autora y creo que debemos como sociedad (occidental) revalorar y cuestionar los estándares de belleza, siento que muchas de estas críticas divergían de la vida e historia de la autora. Una cosa es enfrentar una situación traumática y verse afectado por ella, y otra es odiar al mundo por lo que pasó y criticar a los doctores, la industria de la salud, los programas de televisión, etc. Creo que los temas se relacionan, pero la autora no logró construir un vínculo o una transición relevante entre ambos temas.

Otros pasajes del libro los encontré contradictorios. Por ejemplo, Gay reconoce que su peso y sus hábitos alimenticios le han causado infinidad de problemas (desde no poder salir a cine o dificultad al viajar en un avión), pero no tiene empacho en desacreditar a los doctores o a personas cercanas que le dicen que sería saludable perder peso. Y siento que, a veces, su tono era bastante rencoroso e injustificado. Tampoco entendí bien la relevancia del capítulo en donde habla sobre los programas de televisión de pérdida de peso, una situación en la que Gay sin duda jamás se pondría. Como mencioné, entiendo su crítica a este tipo de programas de estándares imposibles, pero no estoy segura cómo esto suma a su narrativa, dado que (según lo que ella misma presenta), jamás ha estado seriamente interesada en perder peso, en el sentido de resolver la situación que lo causó, por muchas razones que van más allá de la estética y que tienen que ver con su trauma.

Lo anterior me desconcierta un poco, aunque entiendo que esto parte de mi perspectiva personal: siento que estamos ante la historia de una persona que ha identificado su trauma, su dolor, y no ha decidido hacer algo al respecto. Por ejemplo, Gay identifica que hay en el mundo una obsesión por ser delgado y que los tratamientos para personas con desordenes alimenticios se enfocan solo en el peso y no en tratar problemas de salud mental, pero tampoco jamás menciona algún esfuerzo de su parte de atender el trauma emocional que la ha llevado a comer compulsivamente. (Y quizá lo ha hecho y decidió no compartirlo, pero excluirlo en un libro de este tipo creo que le resta a la historia).

En resumen, me pareció que Hambre adolece del mismo problema que encontré en Bad Femnist y es que, con frecuencia, la escritura parece más extractos de un diario o un blog que un libro en sí. No crítico la experiencia del autor o su trauma, pero no estoy segura que la forma en que escriba me haga empatizar totalmente con su historia. Además, si bien no estaba esperando un final feliz porque entiendo que el trauma es algo con el que se tiene que vivir siempre, me quedé con la vaga idea que este libro dice: “está bien sentirse mal y terrible y sufrir, y está bien no hacer algo al respecto. Desafortunadamente no puedo coincidir con eso.

Este libro es mucho más de lo que puedas llegar a creer por el título y su portada. Es mucho más. No puedo ni imaginar el esfuerzo de abrirse en canal que tuvo que hacer Roxane para brindarnos este libro. Es doloroso, te crea rabia, furia.

Una inmensa violencia que recibe Roxane es lo que desata en ella un objetivo claro: dejar de ser deseable para que no vuelvan a dañarla y es ahí cuando comienza una relación turbulenta con la comida y con su cuerpo. En su conjunto es un cóctel molotov hecho de violencia machista y gordofobia.

“Puedes hacer lo que sea que tengas que hacer para sobrevivir en un mundo donde apenas hay paciencia y compasión para un cuerpo como el tuyo. Hagas lo que hagas, tu cuerpo es objeto del discurso político”.

Es algo liberador coger un libro dónde encontrarte entendida, reflejada, dónde sepas que no hay hueco para palabras como exagerada o culpable. Un repaso por todas las opresiones gordófobas que puede pasar una persona con un cuerpo no normativo. El miedo de no caber en una silla, las miradas indiscretas, rendirte ante algunas prendas de ropa por no verte válida con ellas, la incansable lucha contra quiénes quieren cambiar tu cuerpo y un largo etcétera sin contar con la batalla interna por habitar un cuerpo gordo. Esto se cuenta aquí desde la propia experiencia de Roxane Gay.

Muchas personas hemos pasado gran parte de nuestra vida, tanto de adolescentes como ya personas adultas, sintiendo culpabilidad y no ha sido hasta que hemos ido descubriendo libros de este tipo (además del incansable trabajo de activistas) cuando hemos comenzado a interiozar mecanismos, aprendizajes y sobre todo a tener sentimientos de pertenencia y compresión.

“Estoy usando mi Voz, no solo para mí misma, sino para aquellas personas cuyas
vidas demandan ser vistas y oídas”.

Lo que más me ha gustado de Roxane es la sinceridad más absoluta. He notado el tránsito de odiarse por su cuerpo y culparse hasta la reflexión final: “Estoy aprendiendo a que me importe menos lo que piensen los demás. Estoy aprendiendo que la medida de mi felicidad no es la pérdida de peso, sino, más bien, sentirme cómoda en mi cuerpo. Cada vez estoy más comprometida a luchar contra las normas culturales tóxicas que dictan en exceso cómo viven las mujeres sus vidas y cómo tratan sus cuerpos”.

Dicho esto… ojalá le queráis dar una oportunidad a este libro tan revelador.

Podería empezar decindo que Roxane Gay escribe sobre a súa violación e fame, pero este libro vai moito mais alá.
Nel faise unha análise a esta sociedade gordofóbica (que exclúe, maltrata, invisibiliza, que discapacita) : dende os programas televisivos tipo reality para perder peso, as agresións gordófobas (na rúa, intrafamiliares, nos centros de saúde...) ate o punto de soterrar o corpo fóra dos canones do desexo considerando que con iso, crearás un impermeable para a túa dor.
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Roxane quixo enterrar a súa violación, pero non sabía que con iso desataría unha árida Caixa de Pandora. .
En todo isto tamén xoga moito o xénero . Porque estamos constantemente sometidas para conseguir ese corpo aceptable e desexable a través de mensaxes xa sexa nas revistas de moda, na televisión, carteis publicitarios, etc. Somos corpos adoctrinados polo sistema. Por non falar das Influencers de Instagram: cos seus corpos perfectos e as súas caras perfectas, sempre dispoñibles para un público que anhela un imposible. .
Porque amigas, delgadez non é significado de felicidade nin de autoestima, e moito menos de saúde.
Hambre é o primeiro que leo de Roxane Gay, un libro que me gustou especialmente porque está escrito en capítulos cortos, donde Roxane é moi crítica consigo mesma. Pero esa autocrítica fai que escriba dende o mais puro e sincero sentimento. Estamos ante unha historia de vida que anhela ser escoitada. “ Lo que teneis que saber es que mi vida está partida en dos, escindida sin demasiado cuidado. Hay un antes y un después. Antes de ganar peso. Después de ganar peso. Antes de que me violaran. Después de que me violaran” .
Algo que me chamou especialmente de Gay, é que en varias ocasións ao longo da súa historia, pide perdón e exculpase ante a súa familia por non ser "a boa filla que debería ser". Roxane pide perdón a súa familia, por ter sido violada e tamén por ter fame.

Qué difícil es desnudarse cuando toda la vida te has dedicado a taparte para pasar desapercibida. A taparte con la ropa, con el pelo, con carne y grasa. No obstante, Roxane Gay lo hace sin pudor y nos habla de su bul1mia, sus problemas de sobrepeso, cómo lleva años lidiando con ella misma, sus inseguridades y los prejuicios de quienes la rodean (incluso las personas más cercanas).

No es un libro de autoayuda, pero quizá te ayude. Roxane sólo nos cuenta las consecuencias (devastadoras) de una vi0laci0n, pero pueden ayudarnos a no juzgar sin pensar ni ponernos en el lugar de la persona que tenemos delante.

Es un libro duro, no es para todos los públicos, pero me alegro de haberlo sacado de la estantería de pendientes en un momento en el que ya no soy la que era.

¿Tienes hambre? Yo un poco.
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En este libro Roxane nos cuenta la historia de su cuerpo, su relación con él y cómo el mundo lo ve.
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Cuando veo libros como este siempre pienso en la autora, ya menciona al principio que es un libro difícil de escribir, imagina que tuvieras que contar tu relación con tu cuerpo, es difícil, porque normalmente en esta sociedad esas relaciones son...complicadas.
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Roxane es una autora muy intersectional,tiene en cuenta tanto su raza como su género a la hora de analizar su relación con el cuerpo y la de su entorno. Partiendo de la base de que si estás gorda (gorda, no gordo) por muchos logros que consigas la sociedad te verá como una fracasada.
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Plantea esta reflexión, al fin y al cabo todas sabemos a qué atenernos cuando queremos estar "guapas" y estar gorda no entra en ese "guapa" como mucho te dirán "que pena que seas gorda, de cara eres guapa".
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Este libro es de los que meten caña y me enamora, porque he aprendido muchísimo y es una muestra de realidad, la autora no se corta en contar cosas un poco ¿Ridículas? Pero que todas hemos hecho en relación con nuestro cuerpo, eso personalmente me hace sentir bien y comprendida. No he sufrido como ella, al fin y al cabo tengo un cuerpo estándar, pero he aprendido la realidad de un cuerpo gordo, y todo lo que implique aprender y tener en cuenta otras realidades es muy positivo.
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Me gusta sobre todo que no da un mensaje falso, positivo a lo MR wonderful, de "quiérete a tí misma", " tú puedes" porque ella sabe que no es tan fácil, te muestra la parte cruda, en esto empatizo mucho con ella, la teoría de querete tal y como eres creo que todas nos la sabemos, la práctica es lo difícil, nos lo ponen difícil, sino ¿Como venderían cremas anticeluliticas, antiarrugas, antigrasa, anti ser una persona completamente normal?.
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