Hacia ninguna parte

Antes que nada quiero agradecer a Editorial Caligrama que a través de Penguin Random House me hicieron llegar este libro.

Voy a comenzar citando a la misma protagonista de este libro que cierra su narración de esta manera:

"Esta historia es real. Quizá no sea la más desgarradora, pero tampoco es la más fácil de contar."

Y es que habiendo tantos libros y tantas historias de personas que han sufrido guerras y en particular, como en este caso, la II Guerra Mundial, si, las hay desgarradoras y tristes, esta es una más de esas muchas que existen, no voy a ser yo quien diga si es más triste o menos triste que otras porque cada una de ellas las han sufrido personas reales.

Frania es una niña de 17 años Polaca que se ve inmersa en una guerra que a ella no debería tocarle, nada tiene que ver con quienes la pelean, con quienes quieren más tierra, con odios mal dirigidos, pero un buen día en medio de la noche, soldados rusos llegan a su casa y le dan a ella y a su familia 15 minutos para desalojar y son llevados en calidad de prisioneros a un campo de trabajo a Krasnoiarsk en Siberia, a un GULAG, allí pasa dos años de su vida, hasta que Rusia rompe relaciones con Alemania y se pasa del lado de los aliados, así un buen día, a Frania y su familia les dan la carta de liberación y empieza su largo peregrinaje y unos largos años como refugiados en varios países.

La historia de los refugiados, que a pesar de lo que muchos creen, no es nueva, tantos años, tantas guerras, tanta gente inocente que termina por pagar los costes de las mismas.

Tantas historias desgarradoras, de dolor, de pérdida, de soledad como la de Frania te parten el corazón.

Sin embargo y a pesar de toda la crudeza de la historia, no es sino casi hasta el final que me han saltado las lágrimas de emoción, ¿cómo no hacerlo? Leer la descripción de una refugiada que ha pasado los últimos años de campamento en campamento, recibiendo la ayuda y migajas que les han podido y querido dar en diferentes países y que porque no les quedaba mucha más opción termina en un barco rumbo a México, un país en el que Frania pensaba solo había gente con penachos y taparrabos y resulta que los casi 2 mil refugiados polacos fueron recibidos con música, cantos, fiesta, comida, abrazos, amor, cariño, una hacienda de 300 recamaras y otras 200 habitaciones, puesta en forma solo para recibirlos a ellos, con la facilidad de tener una escuela, un teatro, educación y trabajo.

Solo unos pocos se quedaron en México, la mayoría se fue a Canadá, Estados Unidos o decidió regresar a su Polonia natal, no Frania, ella se quedó en México, tuvo hijos, nietos y bisnietos mexicanos.

Me fue inevitable emocionarme con esta historia, una de muchas.

El libro es muy corto, se lee muy rápido y muy fácil, puede ser que haya quien piense "otro libro más de víctimas de la II Guerra mundial" pero tengo que decir que a pesar de ser exacto en la narración de hechos, corto, sin grandes pretensiones, sin novelar, es un libro muy sentido y que me ha gustado mucho.

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.:: Extraído del blog ::.
Hacia Ninguna Parte está narrado en primera persona y dividido en tres capítulos, una especie de introducción breve, más un prólogo y un epílogo. Tiene un ritmo bastante fluido, de hecho, eso es parte de lo que me encantó del libro, porque en ningún momento te quedas estancado o te aburre. La pluma de la autora es muy ágil y a pesar de los pequeños saltos en el tiempo que hace no te pierdes en ninguna parte de la lectura ni en la secuencia de eventos. [Foto: X]

El único contra que le encontré al libro, que para muchos puede ser una insignificancia, es que tiene unos cuantos errores gramaticales y como siempre lo digo, desesperan, hacen al lector desubicarse un poquito, ya sé que no somos perfectos, pero el hecho de que los editores no lo noten, me pone malita.

De manera general, puedo decir que me agradó él hecho de que la historia estuviera centrada en el régimen soviético, en estos campos de concentración que poca gente recuerda o que poca gente sabe que existieron. También el hecho de que esté basada en una historia real, pues le da cierto valor agregado, pero lo que sin duda da el remate, es la mención de mi México lindo, cuando se abrieron las fronteras a todos estos refugiados extranjeros en el país.

En cuanto a los personajes, nuestra protagonista Frania, tiene una evolución increíble y al mismo tiempo desgarradora, la conocemos de 16 años y podemos notar como su pensamiento corresponde al de cualquier adolescente, sin embargo, cuando comienzan los rumores de la guerra es cuando notamos ese rompimiento en el pensamiento que la hace cambiar a su fase de "supervivencia" y es aquí donde empieza lo desgarrador, vemos como es que la guerra saca lo mejor y lo peor de todos, como es que nuestra mente es tan poderosa como para crear tales mecanismos de defensa.

Por otro lado, María la madre de Frania, es un personaje que me gustó muchísimo por la entereza que tiene y la fe que la hace resistir los golpes que la vida le tenía preparados, de haber sido posible, ella sería un personaje del que me hubiera gustado ahondar más, llegar a conocerla y saber cómo es que ella vivió la guerra. Y por último, el personaje que quiero rescatar es a Cezlaw, lo conocemos únicamente gracias a los recuerdos de Frania y me pareció encantador, ese recuerdo del primer amor que plasma la autora es muy lindo, conmovedor y a ratos cruel.

Justo cuando leía este libro, a la par estaba con El Hombre En Busca de Sentido y bueno, me fue imposible sufrir con esta historia, además que descubrí algo que me pareció increíble, el como Mónica plasma de manera implícita varias fases que se describen en el libro de Viktor Frankl.

Leía por ahí que tal vez esta no es una de las historias más tristes o lastimeras de la Segunda Guerra Mundial, pero yo creo firmemente que cualquiera lo es, el simple hecho de que te obliguen a perder tu humanidad, tu valía, es horrible y por ende tristísimo. No minimicemos el dolor de otros.

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Una madrugada de 1939 unos soldados soviéticos tocan la puerta de la familia Pater, informandoles que deben desalojar su hogar, confundidos y alterados cojen abrigos y cobijas.
Frania junto a sus padres, Martín y María, y su hermano, Jan, toman un viaje en tren hacía Siberia junto a otros polacos que al igual que ellos fueron desalojados de sus hogares.
Durante el viaje su padre les toca polca en su violín con el fin de tratar de tranquilizar un poco a su familia. El cuñado de Frania, esposo de su hermana, sus dos hijos y su hermano toman la desicion de alistarse de soldados en la guerra así quedando solo su mamá, hermana y ella fundidas en una inconsolable tristeza de no saber si los volverían a ver con vida.

Me parece muy duratoda esta situación, no me imagino pasando por eso, creo que nunca sería así de fuerte.

Después ella y su familia vivieron en constantes traslados pasando por varios pueblos y países, durante un par de años, después de haber sido prisioneros liberados en Siberia.
Pasaron de la ciudad de Komarno, Polonia, Siberia, donde fueron prisioneros, India, Persia, donde estaban ya bastante agotados, desesperados, sentían que no avanzaban, que estaban llendo hacia ninguna parte. Después de ese punto de quiebre finalmente llegaron a México.

Frania describe que en su llegada a México como refugiados de la guerra los recibieron de tal forma que nunca se hubieran esperado, habia adornos, decoraciones de Polonia. Y ahí dice "Nunca, jamás nos habían recibido con una fiesta en ninguna parte." Yo sentí muy bonito en esta parte de su llegada a México, que es mi pais, y ver la manera en que los recibían. Como sabemos ha sido un país que ha demostrado mucha solidaridad con los inmigrantes que han necesitado un refugio temporal o definitivo.
Algo que no puedo pasar por alto es Martín, su padre, y a Cezlaw, su "amigo" ya que tiene su historia pero bueno, ellos motivaron a Frania a seguir adelante, a no dejarse quebrar por todos los horrores que estaban pasando, así dándole un poco de paz a su corazón.

Después bien dice “como los dientes de león, fue soplada por los vientos de la guerra” hacia un país donde pudo tener un hogar, una familia y otra vida.

Esta historia me ha parecido tan triste pero a la vez hermosa, te deja la gran lección de que aunque estes en los peores momentos de tú vida no te puedes dar por vencido, tienes que seguir, luchar, y seguir. Me encanta que sea una historia real y que Frania haya podido tener su "final" feliz, que bastante se lo tenia merecido.

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Quizá existan ya bastantes libros relatando lo que fue la segunda guerra mundial, pero te puedo asegurar que ninguno contiene los mismos sentimientos de lo que las personas tuvieron que soportar para lograr vivir un día más entre tanta muerte. al menos yo, mientras leo esta clase de historias me cuesta comprender de donde obtenían fuerzas para lograr vivir un día más, he aquí una lista interminable de héroes, personas que sin ninguna culpa sufrieron un yugo, donde más de uno lograría tirarse por la borda fácilmente y dejarse llevar por la marea, en este caso la muerte.

En este libro, Mónica Rojas, nos deja conocer a Frania quien a su corta edad logró sobrevivir después de tanto, llegando a vivir en uno de los países, que creo yo, uno de los más acogedores, México, donde ella vuelve a sonreír y rehará su vida.

El libro me ha gustado, he llorado, así como también he hecho rabietas, es un libro con una bomba de emociones, una lectura muy rápida y ligera, con sus 167 páginas, aunque no es uno de mis favoritos y en calificación lo pondría en 7.5 con una escala de 10, puesto siento que falta un poquito de edición en algunas partes, pero a pesar de eso te da muchos datos históricos, donde podemos apreciar el trabajo que hay detrás de él.

Debo agregar que el libro llama la atención por ese tren de la portada que no sabes a donde te llevara, que escalas tendrás y sobre todo como tendrás que sobrevivir en tiempos de guerra.

Es un libro recomendado para toda la familia, que no deberían dejar de leer, ya que te plantea esa unión familiar en los tiempos más difíciles.

¿Así que qué esperas? Corre a viajar con Franía.
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El personaje principal es muy maduro y la autora ha logrado introducir de perfectamente los pensamientos de una joven que ha perdido el brillo de su alma por culpa de seres inhumanos que han decidido infringir con su felicidad y tranquilidad.

Me ha parecido un libro fácil de leer, la pluma de la autora es ágil, logrando con ello que la lectura sea más ligera. Su capacidad de escribir de manera precisa y sin rodeos los sucesos que se presentaron en la vida de Frania y sus seres queridos es realmente admirable, puesto a que es información que no puede alterarse dado a que son parte de un pasado que se convirtió en el dolor de una joven que añoraba la tranquilidad de Polonia.
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