Flores de Asfalto: El Despertar

AVISO: PUEDE CONTENER SPOILERS.

En total, he leído tres novelas de esta autora, todas muy diferentes entre sí, pero esta es la que más choca con las otras, es una novela contemporánea pero además llena de fantasía.

Al principio, pensé que se me había ido la cabeza, porque al leer la sinopsis y ver el booktrailer, tenía montada una película en mi cabeza, pensaba que iba a ser una novela postapocalíptica, plagada de guerras y enfrentamientos. A medida que iba leyendo, la realidad no cuadraba con mi pensamiento, la novela se centraba en la relación de un joven que tonteaba con las drogas y con un taciturno profesor.

Cain (o David) es un muchacho que tiene una vida...nocturna. Cada noche va a locales donde la droga y el sexo abundan en exceso, él en varias ocasiones vendió su cuerpo para conseguir dinero y droga.

Gabriel por el contrario, es un profesor de universidad, serio y responsable, a quien los demonios del pasado le persiguen sin piedad, transmite todo lo que siente a través del piano, pero no suele exteriorizar sus emociones. En cuanto Cain aparece en escena, rompe con toda la tranquilidad, aburrimiento y su existencia metódica.

En esta parte de la novela, en la que se van conociendo y eliminando barreras, en donde se intentan ayudar mutuamente, pensé que las criaturas extrañas que aparecían en el booktrailer eran imaginaciones de Cain debido a las drogas, como al principio muchas veces estaba bajo su efecto, no le di mucha importancia.


"Aún en la distancia, Gabriel sintió el poder de su mirada. Eran unos ojos lejanos, atemporales y sobrehumanos, de un color gris plateado, muy brillantes, que recordaban a resplandecientes estrellas de plata. Parecían traspasarlo todo y dejarlo después atrás, atravesarlo, absorberlo y seguir adelante. Estaban engarzados en un rostro impasible, sereno, de líneas clásicas y juveniles, el rostro de un muchacho de dieciocho o veinte años que jamás podría haber tenido aquellos ojos tan viejos. El resplandor de la farola incidía de un modo extraño en su frente, que parecía brillar con el reflejo de la luz blanca. "

Pero cuando quedan aproximadamente unas cien páginas (quizás más) para terminar la novela, la historia de un giro bestial (nunca mejor dicho), se abre la caja de Pandora que guardaba todos los seres malignos y la autora nos traspasa a otra realidad, una realidad que estaba enmascarada por un engaño de esas criaturas malignas. Cain y Gabriel despertarán, y conocerán el mundo como de verdad es, lleno de mounstruos e infraestructuras destrozadas.

"La ciudad es un dragón de metal que se come a la gente, que devora los sueños.
Estás en ella. Estás en el negro corazón de ese monstruo cósmico, escuchando sus latidos. Sus respiraciones. Alzas la mirada hacia el cielo, preguntándote si volverán a abrirse las nubes, si de nuevo podrás ver las estrellas sólo por siete segundos. Te preguntas si aún existen. Tal vez estén apagadas, inertes, a años luz.
Noches iluminadas por astros muertos. Ciudades habitadas por hombres dormidos. Un mundo arrasado. Y el tiempo, la eternidad, mirándote a los ojos desde la negra inmensidad. "

En un momento, la ciudad donde siempre vivieron muestra su verdadera cara, un lugar tenebroso y lleno de males que acechan en cada esquina.

Al final no andaba muy desencaminada, pero me quedé absolutamente impresionada con este cambio tan brusco, estaba tan convencida de que la novela no tenía nada de fantasía que todo era efecto de las drogas, que cuando llegué a esta parte casi caigo en estado de shock.

"«En los sueños, el tiempo siempre discurre de manera diferente».
Gabriel creía saber cómo se había sentido Alicia al atravesar la madriguera del conejo. Sin saber lo que le esperaba al otro lado y tal vez irracionalmente asustada, al menos aquella niña era eso, una niña, y su mente no estaba tan sólidamente constituida como la de un adulto. Se adaptaba mejor a los cambios y también a lo insólito, a la maravilla. Los niños se sorprenden todo el tiempo. Los adultos se acostumbran a que nada pueda hacerlo. "

Cain y Gabriel tendrán que adaptarse a esta nueva realidad, con nuevas normas y una sociedad clasista.

—Sí, los augures ven el futuro, los guardianes son guerreros… los ensalmadores son sanadores y los heraldos despiertan a la gente, ayudan a comprender y trabajan con la información y el conocimiento, por llamarlo así.

Creo que está todo dicho, en otras críticas que he hecho siempre resaltaba el impecable estilo de la autora, que sigue estando, cómo no, patente en esta novela. Los protagonistas, como todos los que crea Hendelie, tienen una fuerza arrolladora, que imprimen su esencia en el lector, dejando huella y creando un recuerdo inolvidable en todo aquel que se lance a conocer su historia.

—Es para lo que existo —murmuró, con voz ahogada y ronca por la emoción—. Para encontrarte una y otra vez, a través del infinito y la eternidad.

-Sólo que pensaba… creía que si una flor podía crecer entre el asfalto y sobrevivir, entonces eso significaba que había esperanza para todos nosotros.
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Definitivamente es un libro catatónico. Arrasa con todas tus expectativas. Con protagonistas increíbles y entrañables. Por ellos volvería a leer la novela las veces que haga falta.

Pero...

Si soy sincera, hay cosas que no terminaron de convencerme, detalles relacionados con los personajes, más bien la actitud impasible ante ese cambio tan brutal que experimentan.

A mí me encantan los giros de trama, pero pienso que cuando se utilizan, de una manera u otra los personajes deben sufrir los cambios, aquí eso no lo vi, y si lo hubo pues pasó sin pena ni gloria.

Lo que sí he de reconocer es que la autora siempre nos estuvo preparando para el cataclismo que se nos venía encima y la verdad es que la felicito porque no es fácil darnos a cuenta gotas tanta información que con una simple lectura no se podía advertir.