En esta narración sin par el autor va describiendo la vida de los exiliados rusos en Nueva York. Más que el argumento, lo valioso es la narración, el cómo se vive, los detalles, las particularidades de cada quien y, con finísimo humor y maestría Dovlátov se encarga. Llama la atención que en algún momento, el autor pasa a ser parte de la novela y de esa tercera persona que lo sabe todo, empieza a narrar en primera persona. Muy muy recomendable.
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