Ese lugar al que llamamos casa

Una periodista de 43 años vuelve a su Cataluña natal tras 20 años viajando cubriendo la sección internacional. Narrado en su mayor parte en primera persona, la protagonista nos dejará entrever el porqué de su regreso y qué siente al volver al que debería ser su hogar, pero que tras tanto tiempo empieza a dudar si puede considerarlo como tal. Por fin es consciente de aquello que no había procesado quizá en sus esporádicas visitas, que sus padres se han hecho mayores y que sus amigos e incluso su hermana pequeña han formado sus propias familias y ella siente que ya no pertenece a ese mundo. Entre sus reflexiones en el presente, contadas a modo de diario, tendremos varios saltos al pasado y así iremos averiguando qué vivió en los últimos cinco años en los que estuvo destinada en Beirut. de este modo nos proporcionará bastante información sobre cómo es ser reportera en Oriente Medio y sobre la vida en Beirut y los conflictos de los últimos años.
En definitiva la novela trata varios temas: la sensación de desarraigo y de no saber quién eres realmente, la necesidad de encajar en lo socialmente aceptado, las relaciones familiares madre e hija y entre hermanas, qué significa ser realmente un periodista y cómo se puede competir con la inmediatez de las RRSS y hasta qué punto merece la pena jugarse la vida por dar a conocer al mundo la dramática situación que viven millones de personas en Oriente Medio (en este caso) si parece que el mundo está insensibilizado ante todo el horror que aparece en la televisión.

Una novela corta y muy interesante. Quizá me ha faltado un poco más de intensidad o profundidad en los temas para implicarme emocionalmente. al principio hubo alguna frase que tuve que releer, pero creo que se debe a la traducción desde el catalán y expresiones que desconozco.

Valentina tiene 43 años, es periodista y regresa a Barcelona tras muchos años de trabajo en Oriente Medio. Vuelve con ganas de reconciliarse con el pasado pero también de comprender todo lo que ha ocurrido, aquí y allá, para decidir si quedarse en España o marcharse de nuevo.

"A veces hay que volver a casa para descubrir a donde queremos ir", porque casa y hogar no siempre hacen referencia (o no solo) a un lugar físico: son personas, hechos, vivencias, sentimientos... Y a todo eso se enfrenta Valentina en su regreso a Barcelona, a personas que significaron mucho y otras que no significan ya nada, al tiempo que reflexiona sobre su paso por Oriente Medio y todo lo que vive en la Franja de Gaza. La novela alterna episodios del pasado y del presente cuyo contraste es tan brutal que la protagonista no puede dejar de reflexionar sobre ello, sobre la fragilidad de la vida, regalándonos frases maravillosas: "Cómo se añoran todas las posibilidades que ofrecía el pasado cuando se mira hacia atrás con la lente de la nostalgia...".

Marta Orriols ha vuelto a conquistarme, como ya lo hizo con sus novelas anteriores: porque su prosa es fluida, porque sus historias me atrapan y porque sus palabras me llevan siempre a reflexionar sobre aquello que narran.

Así que os recomiendo esta historia y también que, si aún no lo habéis hecho, no dejéis de leer y disfrutar Aprender a hablar con las plantas (que, aunque lo parezca, no es un tratado sobre botánica).
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En esta novela nos encontraremos con la historia de Valentina, una periodista que está destinada en Oriente Medio y que, después de una serie de experiencias algo complicadas para ella, decide volver a Barcelona y establecerse allí.

Al comienzo me llamó la atención enseguida, por la premisa de la historia y porque está narrado en primera persona como si Valentina te estuviese hablando directamente a ti.

Pero a medida que iba leyendo se me iba haciendo repetitivo el mismo discurso de comparación entre Europa y Oriente Medio en guerra (estamos de acuerdo en que allí están sufriendo, y hay que mencionarlo, pero de ahí a que todo gire sobre ello llega un momento en que aburre), además de su crisis existencial que a veces es que sí y otras es que no, haciendo que no terminara de empatizar con ella.

Los personajes me han parecido muy variados, algunos han evolucionado bastante y son muy redondos (como la madre o la hermana) y otros pasan sin pena ni gloria por el texto.

La verdad es que creo que es un libro que no ha sido para mi pero el cual recomiendo que deis una oportunidad y saquéis vuestras propias conclusiones.
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