Conocí a Mamen durante un proyecto periodístico y no pude enamorarme más de su forma de encarar la vida. Años más tarde me tope con la preciosa edición de este libro que no deja de ser una libre circulación de pensamientos al ritmo de un corazón inquieto. Se declara una escritora compulsiva que asegura que si alguien quiere saber quién es, tiene que hablarte de mucha gente. Y eso hace, te habla de caídas y maniobras o mejor dicho, te las canta a versos. Te grita con palabras lo que tu nunca hubieras atrevido a declarar. Ella da la cara, la cara de una hoja en blanco y la llena de poesía elocuente, una mezcla de emociones que te escalofrian hasta el alma. |