El viejo y el mar

En aquellos maravillosos años universitarios me tocó en suerte una pandilla que reverenciaba la literatura norteamericana. Era tal su fanatismo que cualquier guerra santa quedaría en riña de patio de colegio a su lado.

Faulkner, Salinger, Fitzgerald, Capote, Steinbeck, Roth, eran sus evangelistas y ellos hacían gala de sus libros incluso cuando salíamos de marcha.

¿Qué hacía un hereje como yo, que sólo leía por aquel entonces a Mortadelo y Filemón?
Llevarme a la morena.
Siempre.
Sin excepción.

Únicamente en periodos de exámenes renunciaba a una de las dos pasiones mundanas y aparcaba, lógicamente, los cómics.

De toda aquella generación de escritores, Hemingway ha sido siempre el eterno aplazado.
El tiempo, el viejo y su mar me dan hoy la razón.

Y es que, no veo absolutamente nada sobresaliente en la pluma del autor.
Su prosa, en esta obra, es sencilla, repetitiva, casi primitiva. Vamos, como la mayoría de sus contemporáneos.

Ya sé. Lo que ha hecho de este libro un clásico es su mensaje, y, tal vez, un Pulitzer que como en muchas otras ocasiones, me deja cara de no entender el porqué.

La novela nos acerca a Santiago, un viejo pescador cubano que lleva 84 días seguidos de mala o nula pesca.
Sobrevive gracias a la caridad de su antiguo aprendiz y al tesón que nuestro anciano le pone a eso de vivir.

El relato de Hemingway nos habla de la condición humana, de la lucha por nuestros objetivos más allá de la moralidad de como conseguirlos.
De la soledad, y del final del camino, ese último puerto llamado muerte, hacia el que todos, irremediablemente navegamos.

No discrepo de la intención.
Pero Santiago no busca alimento, no lucha por atender ninguna necesidad primaria.
A nuestro protagonista no le sirve un pequeño pez con el que ganarse el sustento diario.
Quiere un gran pez o lo que es lo mismo, notoriedad y reconocimiento.

Perseguir a un ser vivo durante tres días, provocándole un sufrimiento extremo y llevándole a él mismo al borde de la extenuación no me parece un motivo ni ético, ni merecedor de premio alguno.

Es cierto que el viejo, tiene momentos donde se cuestiona su acción en la soledad de la barquita, pero más bien me parece carga de conciencia que siquiera una insignificante fracción de arrepentimiento.

No puedo, por tanto, bajo ningún concepto comprar parte del mensaje.

Desde que el hombre piso la tierra lo hizo con un gran error imposible de corregir.
Porque es innato.
Porque es puro instinto.
Alcanzar su pequeña gloria y superponerla por encima de los demás.
Aunque esto suponga romper las reglas y el ecosistema.

El problema es que este cuento se ha querido vender como un alarde de espíritu de superación, de conseguir los objetivos. de lucha hasta el límite de las fuerzas de cada cual.

No. Tengo la esperanza de que Hemingway deseara precisamente que nos plantearamos la moralidad e incluso la necesidad de rendirse ante según que objetivos. Sin embargo, el texto me da argumentos de todo lo contrario y así ha trascendido.

La lectura me ha resultado algo afixiante, aunque debo reconocer la capacidad del autor a la hora de crear una trama aburrida y envolvente. Nada fácil dado el antagonismo de las mismas.

Pese a todo, lo que si ha conseguido este norteamericano es reflexionar, siendo un texto tan sencillo.

Lo he disfrutado, para que negarlo, pero me faltó un mejor trato en la narración.

Como un cuento que trata de un viejo pescador puede generar en el lector tanta angustia, empatía y tristeza.
El que lo lee de forma literal, así, a ver si al final el viejo consigue o no pescar al gran pez se perdió el libro entero.
Este libro podría transcurrir en cualquier otro lugar, sin pez ni pescador.
El libro trata de como todos los hombres luchamos en soledad durante la vida, con mayor o menor sentido de la moral y el honor, en este caso la lucha será hasta el final, y el final de la lucha del hombre, siempre es la muerte.
Logra conmover hasta las lágrimas.
Desde que leí El Viejo y el Mar, Paris era una Fiesta y Tener y no tener, tengo una frase de cabecera: “Hemingway no tenía ningún tipo de respeto por los sentimientos del lector”. Realmente sus novelas me dejan triste y angustiada al extremo y esa capacidad de hacerte sentir es lo que las hace únicas.

Otro libro que rescato de mi inmensa lista de pendientes.
En esta ocasión, un clásico.

El viejo y el mar, es un libro que me han recomendado mucho. Y aunque he tardado en leerlo, por fin lo he hecho.Esa bonita amistad entre el niño, y nuestro protagonista, es entrañable.
¡Muy bonita!

Este libro tiene unas reflexiones sobre la vida maravillosas. Que te invitan a reflexionar. Quizás por eso, no todo el mundo puede entender lo que trata de transmitir, y esperan una simple historia argumentada en el mar, sin más.
Es mucho más que eso.

El viejo consiguió gracias a su tesón, su propósito, y en gran parte de las veces, esa es la forma de conseguirlas. Él, a pesar de las inclemencias, no se rindió nunca y quizás para mi este sea uno de los mensajes que hoy precisamente, esperaba leer, (quizás sea una sincronía, quién sabe) 😂 y sencillamente nos muestra a tener el valor a no rendirnos, a pesar de las circunstancias que estemos viviendo en nuestra vida.
A echarle ganas, a buscar esa inspiración ante los problemas que puedan presentarse.


Corta, una historia muy corta, y muy tierna, con muchos mensajes y sencillamente, una obra maestra.

Primera lectura de este 2022 y la verdad que no me ha dejado muy buen sabor de boca. No considero que sea un mal libro, porque no lo es. Ni tampoco puedo decir que no me haya gustado del todo, porque ha habido partes que me han gustado mucho, y que son brutales. Pero en conjunto, ha sido un libro que me ha decepcionado porque para la fama que tiene, esperaba mucho más.

Estoy seguro que si analizáramos la obra en profundidad, encontraríamos metáforas y simbolismos brutales que es lo que hacen de este relato un clásico de la literatura universal. Pero a nivel usuario, como lectura de una tarde, a mí me ha dejado igual de frío que Jack en Titanic. Como dije antes, hay partes que me han gustado mucho, sobre todo cuando Santiago, el viejo, está en alta mar. Ahí hay unos diálogos muy buenos y profundos sobre la dualidad de la victoria y la derrota, y sobre el esfuerzo y la perseverancia, que te hacen parar la lectura un momento y reflexionar sobre lo que acabas de leer. Pero de resto, la lectura no consiguió atraparme, ni hacerme pensar, ni nada.

Además, una cosa que me chirrió bastante del libro es que es muy repetitivo, y es algo que me sorprendió muchísimo teniendo en cuenta que tiene unas 100 páginas. También, desde mi punto de vista, la prosa de Hemingway tampoco me ha parecido nada del otro mundo. En ciertos momentos me ha parecido confusa y contradictoria, aunque también puede ser debido a la traducción o que me falte contexto histórico y social, ya que el libro es del año 1952 y está ambientado en Cuba.

En general, no ha sido una mala lectura, pero esperaba mucho más. Es un libro que si tuviera una edición anotada, creo que se podría disfrutar más y apreciar todos los matices y detalles. Pero así, como lectura de una tarde, a mí por lo menos, me ha dejado muy frío. Sin duda, seguiré leyendo a Hemingway, ya que me gustaría conocer otras obras del autor y poder comparar, pero de momento lo dejaré aparcado una temporada.

"El viejo y el mar" es una novela clásica escrita por Ernest Hemingway, reconocida como una de sus obras más emblemáticas. Esta cautivadora historia narra la travesía de Santiago, un viejo pescador cubano que se enfrenta a una batalla desafiante en alta mar. A pesar de algunos pequeños tropiezos, considero que esta novela merece cuatro estrellas por su emotiva exploración de la lucha y la dignidad humana.

Una de las fortalezas de "El viejo y el mar" es su estilo narrativo. La prosa de Hemingway es característica de su estilo conciso y directo, lo cual se refleja en este relato. A través de su escritura precisa, el autor logra transmitir las emociones y los pensamientos del protagonista de manera profunda y conmovedora. La conexión que se establece con Santiago es palpable, y su determinación y perseverancia en medio de la adversidad se convierten en una fuente de inspiración.

La descripción del mar y de la vida marina es uno de los puntos más destacados de la novela. Hemingway logra sumergir al lector en el entorno marino con detalles meticulosos y una atención minuciosa a los elementos naturales. La forma en que describe los cambios en el color del agua, los movimientos de los peces y las interacciones entre Santiago y el pez crea una atmósfera vívida y envolvente.

Aunque la trama se centra en la lucha del viejo pescador, también se exploran temas más profundos. "El viejo y el mar" aborda la soledad, la amistad y la naturaleza humana en su búsqueda por encontrar un sentido en la vida. A través de los diálogos internos de Santiago, Hemingway invita al lector a reflexionar sobre la importancia de la dignidad y la resistencia en tiempos difíciles. Además, la representación de la relación del hombre con la naturaleza y el simbolismo subyacente en la historia ofrecen reflexiones profundas sobre la vida, la muerte y la lucha contra nuestros propios límites. Además, la conclusión de la novela es poderosa y evocadora, dejando al lector con un sentimiento de esperanza y respeto por el espíritu indomable de Santiago.

Si bien algunos podrían argumentar que la historia es repetitiva en ciertos aspectos, considero que esto es intencional por parte del autor para transmitir la dura realidad de la pesca en alta mar. Además, la brevedad de la novela contribuye a mantener el ritmo ágil y la tensión constante, lo cual resulta en una lectura absorbente.

En resumen, "El viejo y el mar" es una novela conmovedora y reflexiva que destaca por la maestría de la prosa de Hemingway y la fuerza de su protagonista. Aunque puede carecer de acción desenfrenada, la historia ofrece una experiencia profunda y conmovedora que captura la lucha humana contra la naturaleza. Recomiendo esta novela a aquellos que aprecian la exploración de temas universales y la escritura evocadora.