El trabajo de los ojos

"El trabajo de los ojos". @mercedes_halfon. @las_afueras. *Ahora que llevo dos pares de gafas en el bolsillo, otro en el coche, tres o cuatro medio rotas o casi arregladas "andan" por las mesas y estanterías (por si "pierdo" las que me cuelgan del cuello o porto en mi despejadísima frente,...) ahora - repito- recuerdo la canción o estribillo, tan cruel en nuestra inocencia, que le cantábamos a los compañeros que las llevaban en su infancia: "Gafitas, cuatro ojos, capitán de los piojos". Y veíamos normal esa burla y relacionábamos lentes con liendres (es que nos sonaba parecido)
* @mercedes_halfon hace todo un tratado - ameno, simpático, documentado, optimista,... - sobre el estrabismo. Y el padecimiento, consultas, reconocimientos, medicinas, aparatos,... opiniones, dichos, leyendas, méritos y deméritos,... que acompaña a dicho defecto - ¿o es efecto? - ocular.
*"Chilindrina", la María Antonieta de las Nieves, de "El chavo del 8", le llamaron y, por ello, admiró a las protagonistas televisivas que no necesitaban gafas. *@mercedes_halfon documenta, con amenidad, los avances de la ciencia en el campo de corregir/completar de tan apreciado y precioso sentido corporal con un sencillo vocabulario que agradecemos los profanos y nos impiden saltarnos líneas científicas *Nos presenta los pensamientos de Néstor Kirchner ("¡Ni loco! ¡Es parte de identidad", contestó en una entrevista a la opción de operarse) o Jean-Paul Sartre. *Hasta Santa Lucía, "... que el uso que hagamos de nuestros ojos sea siempre para el bien de nuestra alma...", le rezamos) aparece en sus cortos capítulos
*Un final sorprendente recompensa a la paciente clínica y nos provoca la última sonrisa. Todo un agradable acierto. *¿Arrastramos un defecto congénito? ¿Lo ocultamos o excibimos? ¿Hemos mirado, en los primeros instantes de su vida, si lo había heredado? Yo lo tengo y uno de mis hijos, también.

📕El trabajo de los ojos de @merhalfon en @las_afueras
Tarda en leerse lo que tardas en enfocar lo que buscas ver. Con los ojos cerrados se tienen más miedos, con la oscuridad que se puede dar florecen temores ¿Qué ocurre si dejo de ver? Ojos como elemento primordial de aprendizaje, ojos como herencia vital a un hijo. Ojos como eje trasversal de crecimiento. Ojos llenos de literatura, que miran a ✒️Borges, a los ojos saltones de ✒️Cortázar y a las dioptrías de ✒️Joyce. Que no hay mejor guardián de una biblioteca que un ciego.
Es un conjunto ecléctico de abrir y cerrar de ojos sucesivos y rápidos como un juego infantil , como pensamientos veloces que nutren los días de fiebre alta. Son sucesiones de paisajes que la retina guarda, a veces coherentes otras con la magia de quien sabe mirar. Saber enfocar nuestras inseguridades.
Es la alegría de tener otros ojos que te miren. La responsabilidad de preocuparse por los ajenos. La melancolía de una cadena perpetua de revisiones. La ilusión de una abuela por la llegada de unos ojos de nieto. Las explicaciones que nos inventaron para explicar lo que nos diferencia. Y donde se guardan los mejores secretos de nuestra infancia.

Os leo...¿Qué novelas cortas os dejaron con ganas de más?

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Esta obra en prosa de Halfon es breve en extensión, pero profusa en cuanto a significado y su contenido. No resulta fácil categorizarla, pues parece que estamos ante una novela corta, parte de ensayo, anotaciones de la biografía de la autora y este punto es lo que la convierte en un texto interesante. El entretejido resultante nos habla de esos órganos tan particulares que nos hacen conocer y conformar nuestra forma de filtrar y comprender el mundo: los ojos.

No todos reciben de la misma manera los rayos lumínicos y eso hace que la construcción de las imágenes también varíe. Hasta en visiones normales hay diferencias entre lo que cada uno ve. En última instancia, la subjetividad y el punto de vista tienen un principio fisiológico antes que psíquico. La subjetividad pareciera ser objetiva

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Halfon nos narra su estrabismo desde niña hasta su casi total corrección en su edad adulta, sin someterse a ninguna operación y solo siguiendo las pautas de los especialistas que la atendieron en sus distintos momentos vitales. A modo general, a la par de la narración de su biografía enlaza con sus pensamientos e indagaciones sobre la materia de su enfermedad. Nos cita así a grandes genios que introdujeron mejoras en el campo de la oftalmología como Bartisch, Louis Braille o Plateau. Lo hace de modo ameno y natural, aportando datos de interés y de relevancia para su discurso. También hay espacio para escritores de la talla de Joyce o Borges.

En cierto modo, este libro tiene como una doble mirada, una para el interior, lo personal de la autora que incluye sus preocupaciones, sus pensamientos y sensaciones respecto a su vida y su estrabismo junto con la mirada al exterior en una búsqueda de aprender, investigar, arrojar cuestiones y abrir vías al lector sobre la relación entre la realidad y el mundo que construimos a través de nuestros ojos. Todo lo que elaboramos mentalmente pasa por el filtro de nuestros ojos y por tanto la producción, como por ejemplo, la escritura se ve influenciada por este rasgo que nos caracteriza. También su ausencia. La ceguera es explorada a lo largo de los 47 fragmentos de los que se compone la obra. Todo se convierte en un ejercicio reflexivo de una elaborada concepción y un bello discurso, realizado con inteligencia y elegancia.
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