El ritual

”El ritual” nos adentra en los paisajes escandinavos, acompañando a cuatro viejos amigos de la universidad que se reúnen tras un tiempo sin verse. Todo se complica cuando deciden tomar un atajo atravesando un bosque lo que los lleva a perderse.

La narrativa de Neville es intensa, y crea una sensación de tensión constante que se va acumulando a medida que avanza la historia. Perdidos en el bosque, con falta de alimentos, con una climatología adversa y tras encontrarse un animal muerto colgado de un árbol, todo empieza a complicarse. Y esto pasará factura a la mente de nuestros 4 amigos que empezarán a tener ciertas disputas y donde conoceremos algo más de su pasado y de su presente.

Lo que hace que "El Ritual" sea aún más aterrador es la forma en que Neville juega con el miedo a lo desconocido. A medida que los personajes se adentran en el bosque, descubren cosas inquietantes que no pueden explicar, lo que aumenta la sensación de peligro constante. Y este es para mi el punto fuerte, la forma de narrar del autor que te hace sentir esa sensación de agobio.

En la segunda parte del libro, pasamos ya a la parte de ritos ancestrales, sacrificios paganos y demás aspectos que no voy a detallar para evitar spoilers (hasta aquí todo está en la sinopsis). Una segunda parte muy distinta, pero que pasa de mantener esa tensión por lo desconocido, al puro terror por lo que empezamos a conocer.

En definitiva, "El Ritual" es una novela de terror muy bien escrita que logra crear una atmósfera aterradora y mantenerla durante toda la historia. Si eres fanático del género de terror, te va a gustar. No es un libro con giros constantes, es un libro de mantener la tensión sin que ocurra demasiado. de que cada paso tengas la sensación de que puedes pisar algo.

Este libro lo tenía todo para gustarme: la trama prometía, lo firma un autor de terror reconocido, la cubierta es de lo más sugerente y me hizo muchísima gracia la frase que acompaña a la imagen de cubierta: «Deberían haberse ido a Las Vegas».

Además, lo empecé a leer en un viaje a Noruega y me pareció que no podía haber escogido mejor lectura. Una noche estaba en una cabaña del año 1900 perdida en medio de una montaña, en un bosque impenetrable de pinos, y el baño estaba en una caseta desvencijada al otro lado de un prado. Allá que me fui yo a las once y media de la noche, entre la luz grisácea que hay en Noruega a esas horas en pleno julio, pensando que de la espesura de aquel bosque silencioso me iba a salir un bicho como el que se pasea por las páginas de este libro... La mejor ambientación posible, ¿no? No.

La lectura empezó potente. Cuatro ingleses treintañeros, amigos desde hace quince años, deciden irse de senderismo y acampada por una zona de Suecia bastante septentrional. Sin embargo, dos de ellos no están del todo preparados para una aventura de estas características y enseguida empiezan a mostrar una baja forma física. Ante este imprevisto, el líder del grupo, Hutch, decide improvisar un atajo y adentrarse por un bosque virgen con el que deberían ahorrar algunos días de caminata. Una idea brillante, ¿no? No.

Al poco de adentrarse, descubren un animal muerto, destripado, colgado entre las ramas altas de unos árboles. Los cuatro se quedan desconcertados ante esa visión: no creen que ningún animal haya sido capaz de hacer algo así, de colgar esos restos animales a tanta altura y de esa forma... casi como exhibiéndolo. Pese a este encuentro que los deja confusos y asustados, Hutch decide proseguir por el bosque, que parece que va conduciéndolos hacia la espesura y en dirección contraria a la que realmente tienen que seguir. En pocas horas se encuentran perdidos y con la sensación de que algo extraño acecha en el bosque. Encima, empiezan a surgir roces entre ellos, se echan en cara cosas del pasado y las tensiones van en aumento.

El primer tercio del libro me enganchó mucho; las dinámicas entre los cuatro amigos me gustaron y Nevill describe muy bien el ambiente en el bosque, el musgo gris y verde, la humedad por doquier, esa lluvia inclemente, la hostilidad de un monte que parece que tiende hacia ellos ramas y tocones como si fueran manos que arañan y golpean a los caminantes. Y, desde luego, me metí totalmente en la historia después de haber visto aquellos impenetrables bosques noruegos. En algunos de ellos los pinos crecen tan juntos que forman una maraña imposible de traspasar, así que en ese sentido desde luego me metí en la piel de los cuatro amigos, que quieren avanzar en una determinada dirección y el bosque les cierra el paso.

Sin embargo, llega un momento en que la narración se hace un poco repetitiva; cuando ya parece que todo tiene que terminar, miras el libro y ves que aún te quedan unas 200 páginas, así que es inevitable preguntarse qué se va a sacar Nevill de la manga. Y lo que ocurre es que empieza una segunda parte que me ha parecido una ida de olla total. Casi se podría decir que son dos novelas diferentes y, francamente, el libro se podría haber quedado en la primera mitad y habría sido redondo. Esta segunda parte, en la que los antagonistas son tres adolescentes obsesionados con el black metal, no ha terminado de convencerme; no es que la idea fuera mala, pero me ha parecido muy falta de ritmo, muy repetitiva. Con cien páginas menos se podría haber contado lo mismo.

En definitiva, un libro que empecé con muchas ganas y que para mí va de más a menos, con lo que lo he terminado un poco decepcionada. de momento no me quedan muchas ganas de seguir leyendo a Adam Nevill, aunque no descarto ver la peli de Netflix que hicieron sobre este libro, que al parecer aguanta el ritmo mucho mejor.

¿Habéis visto la película? ¿Os llaman este tipo de libros? A mí el folk horror, que es el género en el que encaja en concreto este libro, no es el que más me gusta, pero tenía grandes esperanzas en esta lectura y no he acertado del todo. Lástima...

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El ritual de Adam Nevill es la típica novela que tiene una portada atrayente y una sinopsis o premisa interesante pero cuando te embarcas en su lectura te desilusiona. En libro se divide en dos partes, argumentalmente corta de forma contundente para pasar de lo abstracto a lo banal, sin ser ninguna de ellas buena, esta historia se maneja mejor en la intuición del comienzo que en la acción posterior.

Realmente no creo que sea un libro de terror al uso, el componente psicológico es muy importante y ofrece reflexiones vitales sobre el paso del tiempo y las "pugnas" sociales de toda amistad que va envejeciendo. Nevill basa el miedo en lo psicológico, en lo subjetivo, hasta que no da para estirar más y cae en el estereotipo fácil.

Tenía muchas ganas de una historia de terror, con buena ambientación. Y cuando leímos la sinopsis de esta historia, todo apuntaba a ser un acierto.
La historia cuenta como cuatro amigos deciden pasar sus vacaciones juntos y se van a hacer senderismo por Suecia. Pero todo sale mal cuando se pierden en un bosque y empiezan a ser seguidos por un ser.
La primera parte me gustó la ambientación y la forma de describir del autor. Crea esa atmosfera inquietante y agobiante de estar en un bosque perdido y además, ser acechado por algo que no puedes describir porque no es natural. Pero la segunda parte es una serie de desvaríos del autor sin sentido. Y es que la base y los temas que quiere mostrar están bien pero no ha sabido unirlos en la trama, por lo que tanto no ha podido desarrollar con un buen final. Toda esta historia de "terror" esta también regada con un poco de mitología nórdica y paganismo. Es un tema que hubiera sido muy bueno si el autor hubiera sabido incorporarlo mejor en la historia.
El final, no sé que decir del final. Y es que los tres últimos capítulos me resultaron tan pesados y repetitivos para estar llegando al desenlace, que los leí en diagonal.
Ayer hicimos un directo en Twitch y entre las personas que hablamos, teníamos mejores teorías para el final que el que nos dio el autor. Y es que las cosas que nos fue mostrando a lo largo del libro nos hacía pensar otra cosa muy diferente a lo que nos encontramos al final.
Luego hay que añadir que el comportamiento entre los amigos es horrible. Nos muestra una amistad que está deteriorada por las envidias. Pero son unas envidias tan infantiles...
Por si os llama la curiosidad, hay película en Netflix. En ella se ha cambiado la segunda parte y la parte de las causas de esa mala amistad. Es la típica película para ver un domingo por la tarde.

Cuatro amigos que se juntan en un bosque, se pierden y tiene que salir de allí. ¿Suena a tópico? Sí. ¿Lo es?, para nada, no ha sido nada previsible. Nada de clichés. Me ha sorprendido mucho.

Una novela que me ha mantenido alerta, a la expectativa, llena de giros psicológicos y de tensión des del primer momento. La pluma del autor es inmersiva totalmente, con cada una de las descripciones (que no son pocas) ha conseguido atraparme totalmente, meterme de lleno en la atmosfera del libro.

Una historia que va mucho mas allá de los hechos. Te invita a pensar sobre cómo el ser humano lucha por la supervivencia, sobre las relaciones humanas en situaciones límite, sobre la introspección que hace uno mismo sobre su persona. Cada una de las reflexiones del protagonista, cada uno de sus miedos, angustias, sensaciones y sufrimientos han calado en mi durante la lectura.

Importante destacar que la novela tiene muchas, muchas descripciones, y partes en las que la narrativa puede hacerse lenta.
Si no te gustan las narraciones muy descriptivas, esta puede hacerse tediosa. Aunque, a mi punto de ver, cada una de las descripciones estaban mas que justificadas, eran totalmente necesarias para lograr este ambiente que se crea, esta focalización en la que ha conseguido meterme el autor.