Es bastante cómodo despertarse cada día y saber que al menos las tres cuartas partes de tu vida están resueltas, que cuando te sientas a desayunar alguien tuvo la gentileza de pensar lo que sería mejor para ti y te ha preparado una taza de chocolate con una tostada francesa. Y aunque podría parecer que eso te convierte en una persona más segura y dueña de sí, ¡no es así! Cuando ese micromundo personal falla, por cualquier motivo, siento que pierdo el piso, que me caigo y que no sé si tendré la receta para levantarme.
|