El protagonista, amante de los animales tras caer en la bebida, se obsesiona con su gato negro dejando de lado el amor que siente por ellos y pasando a ser la mayor escoria del mundo. Es un relato que me ha puesto los pelos de punta desde la primera página. La ambientación es tan maravillosa que te atrapa desde la primera linea. La maldad y la perversidad se dan cita en este cuento.
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