El gallinero

La voz narrativa de esta historia no es más que un niño que nos cuenta su día a día junto el resto de sus amigos y vecinos. Desde una perspectiva infantil limpia, sincera y con una imaginación desbordante traslada al lector a un universo de fantasía e ilusión donde todo es posible como es el circo. Su madre es la Mujer Bala porque le gustaría tocar la luna y a él le gustaría ser un payaso. Y no son los únicos, otros vecinos están dotados de habilidades extraordinarias como hacer malabares o tragar sables. Por este motivo, los niños organizan un espectáculo con todo tipo de objetos que están a su alcance y así son felices.

Nada más cerca de la realidad, ya que esta historia tiene lugar en un escenario terrible, despojado de todas las necesidades básicas (agua corriente, luz eléctrica, etc.) con las que muchos seres humanos estamos acostumbrados a vivir y, además, sus habitantes están expuestos a todo tipo de enfermedades infecciosas por su alto índice de insalubridad. Desgraciadamente, no es más que una muestra de la realidad que otras muchas personas viven en su día a día. Y, en este caso, se trata de un espacio que existió conocido como El Gallinero, un poblado de chabolas ubicado en La Cañada Real de la ciudad española de Madrid que se desmanteló totalmente en el año 2018.

Entre escombros, basuras, ratas y toda clase de objetos rotos y abandonados, los niños y niñas de El Gallinero pasan el tiempo de juego acompañados de su fiel amigo el perro. Cuando se enteran de que pronto deberán abandonar su casa viven su futuro con ilusión pero también con miedo porque, aunque en el poblado todos llevan a cabo un oficio por muy arriesgado que sea hay algo que se les escapa. Ya que, como asegura el niño:

Nunca he visto a los que tocan entre bambalinas

las teclas del Gran Acordeón, ese que guarda

todas las historias del mundo.

El Gallinero es una historia terrible y desgarradora que el filtro infantil del narrador no consigue distorsionar del todo lo terrible e impactante de la realidad en la que viven y que muchos se niegan a tener en cuenta, por eso la necesidad de visibilizar su situación. La autora del texto, María José Floriano -que ha escrito entre otros libros infantiles como Nicolasa o El vuelo de las brujas- elabora un sentido homenaje a los habitantes de la Cañada Real. A través de una perspectiva infantil exenta de crítica y llena de esperanza que pone el acento en la necesidad de no olvidarnos que los privilegiados somos unos pocos y que no todos gozan de los mismos privilegios que nosotros. La historia se complementa con las imágenes realistas y potentísimas de Federico Delicado que realzan el contenido del texto.

El Gallinero se puede leer también en el resto de lenguas oficiales del estado español como el galego, el català y el euskara, además del italiano y el portugués.
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