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ISBN : 8494447688
204 páginas
Editorial: Ardicia (17/11/2017)

Calificación promedio : 4/5 (sobre 2 calificaciones)
Resumen:
Thorpe Hazell provoca siempre el más absoluto desconcierto en todo aquel que no esté familiarizado con sus numerosas particularidades: pelirrojo, entusiasta del ejercicio físico, ferozmente vegetariano, y cuya erudición en lo referente al coleccionismo de libros solo resulta equiparable a su saber casi científico sobre el mundo del ferrocarril. De ahí que las compañías de trenes soliciten tan a menudo su experto juicio a la hora de resolver cualquier suceso, por int... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (1) Añadir una crítica
Inquilinas_Netherfield
 19 February 2018
Supongo que a estas alturas ha quedado claro que me pirran los detectives clásicos, ya sean del XIX o de la primera mitad del siglo XX. Publicación que toca el tema, que descubre un nuevo detective no traducido hasta ahora, series, sagas, lo que sea... tengo que tenerla y leerla. Las dos cosas. Hay tantísimo pendiente de recuperar... Y todas estas condiciones las cumple el detective que os traigo hoy, Thorpe Hazell. Si encima está ambientado en el mundillo del ferrocarril... es que también me pirran los trenes, que no sé si lo he dicho alguna vez. Y viajar en tren. Muy "pirrada" estoy yo xD.

Una curiosidad antes de empezar. El autor, Victor L. Whitechurch, era clérigo de la Iglesia Anglicana. Pertenecía al Detection Club junto a los grandes de las novelas de detectives, escribió varias novelas de misterio entre otras cosas, pero era, al fin y al cabo, un clérigo (bueno, llegó a ser deán, no le quitemos rango). A mí particularmente me ha sorprendido mucho, porque por la lectura de los relatos (punto a su favor) no se deduce en absoluto (de hecho solo aparece un religioso en uno de ellos, obispo para más señas, y tampoco es que se muestre muy condescendiente con él). Iglesia y religión cero patatero, por si alguien ya conocía la profesión del autor y le echaba para atrás este tema porsiaca tenía presencia en sus escritos.

Sobre el libro en sí, hay que recalcar que no es una novela, sino diferentes casos (nueve en total) protagonizados por Hazell, que fueron publicados en dos periódicos de la época y más tarde recopilados en el volumen que hoy os traigo. Unos tienen más páginas y otros menos, pero realmente son relatos, y siendo en clave policíaca, ya podéis adivinar que tampoco da para superinvestigaciones ni nada parecido. Avisados estáis, que también sé que esto no es del agrado de todo el mundo.

Y ahora sí entramos en materia.

Al ser relatos sin relación alguna entre ellos y cuyo único nexo de unión es el detective Hazell, podemos encontrar de todo. Desde un asesinato hasta un secuestro, pasando por un caso de contrabando, algún robo o un conflicto internacional... los trenes dan para mucho, y cada vez que hay que resolver uno de estos problemas, se acude a Thorpe Hazell, residente en Netherton pero con un pisito de soltero en Londres, experto en ferrocarriles y detective aficionado. Y como pasa siempre al ser relatos, pues también hay de todo en cuanto a calidad o disfrute... algunos me han parecido más sencillotes o simplones, y otros están más currados y tienen más chicha. Además hay veces que la cosa se pone técnica, y cuando empieza a hablar de agujas, raíles, sentidos, p'alante, p'atrás... el lector tiene que esforzarse un poco para ponerse en situación y saber realmente lo que está pasando, porque si no se corre el riesgo de leer por leer y enterarte solo de cómo acaba la cosa, pero no de cómo se ha llegado hasta ahí. Particularmente reconozco que me tiran más los misterios en el interior del tren. Soy así de básica.

Si tengo que destacar algunos, me quedo con Cómo salvar una entidad bancaria, El caso de la valija diplomática alemana y El collar robado. Me parecen los más completos y complejos, que sobre todo esto último es algo que está un poco más disperso en algunos de los otros relatos. Todos son interesantes, todos se leen muy bien, pero estos tres que os comento tienen un nivel de complejidad extra que da vidilla e interés a la narración. También tiene su aquel el de la aventura de la locomotora piloto. Y me estoy dando cuenta mientras los escribo que son 4 de los 5 últimos relatos tal y como están ordenados en el libro. Si están colocados según fueron publicados en prensa, está claro que se nota mucho la mejora y la evolución entre las historias. No entro a detallaros nada específico sobre cada uno porque no debo ni puedo, pero con los títulos os hacéis una idea. El esquema de los relatos es siempre el mismo, y con saber que el caso tiene que ver con el título, que se lo encargan a Hazell y Hazell lo resuelve, ya os hacéis una idea xD.

Y vamos con el detective.... Hazell es un detective peculiar, pero esto no es nada nuevo. Todos (o casi todos) los detectives de aquella época eran peculiares, y a veces parece una competición entre los autores a ver quién se inventaba al investigador más rarito o especial. Adoro este tipo de literatura clásica, y no podría ser así si no me encantasen los detectives extravagantes y/o con rarezas... pero tengo que reconocer que este Thorpe Hazell no me ha llegado a hacer tilín. Como investigador, sí, es de ferrocarriles, es aventurero, pero la resolución de los casos no tiene nada de especial más allá de su ambientación ferroviaria, así que su peculiaridad personal se basa en su condición de vegetariano, en su obsesión por comer sano (e inculcárselo a los demás), y sobre todo, en sus ejercicios (ah, también se disfraza... que no falte... la sombra de Sherlock siempre será alargada).

El caso es que Hazell aparentemente hace eso de cinco comidas al día tan recomendable para una alimentación adecuada, y las hace le pille donde le pille. Siempre lleva su leche y sus galletas integrales cuando se va a resolver un caso. Pero cuando digo ejercicios, me refiero a que se pone a hacer molinetes con los brazos, o flexiones, o lo que sea, justo ante de comer (para hacer bien la digestión), se bebe su leche, se come sus galletas, y nueva tanda de ejercicios (nuevamente para la digestión... o para no engordar, vaya usted a saber). Da igual que acaben de detener a un sospechoso, que estén a punto de detenerlo... cuando toca, toca, y hay que comerse y beberse las galletas y la leche y hacer molinetes. Y que queréis que os diga... la primera vez, vale. La cuarta, te hace arrugar la nariz (la décima ya ni os cuento). Todo este rollo del ejercicio y las comidas me tapaba un poco su labor como detective, así que supongo que será solo cosa mía, pero reconozco que no he congeniado mucho con Hazell.

Así que ahora viene lo peliagudo... ¿recomiendo esta lectura? Sí y no.

Si os decidís a leerlo no os vais a arrepentir: es una lectura agradable, entretenida y que se lee bien... pero salvo que os apasione muchísimo el tema de los clásicos policíacos, tampoco creo que os dé para mucho más. Es que, si soy honesta, a mí me apasiona el tema y no me ha dado para mucho más. Y eso que la perspectiva de un detective experto en ferrocarriles (para una amante de los detectives y los ferrocarriles como es mi caso) es algo así como la idea del siglo. ¿Qué podía salir mal? Pues el detective experto en ferrocarriles propiamente dicho. Creo que mi falta de conexión con el personaje es lo que ha hecho que me haya gustado sin más... no me ha emocionado.

El detective del ferrocarril es una lectura para los que, como yo, necesitan conocer todo lo que se publicó de novela policíaca clásica en su momento, y si se es un apasionado del tema, obviamente hay que acercarse a este detective y descubrirlo. Pero para quien no sea un "coleccionista" de detectives clásicos y quiera simplemente un buen libro con un buen detective, me cuesta recomendar esta recopilación de relatos por encima de otras obras de la primera mitad del siglo XX con mucha más enjundia, complejidad y trasfondo, ya no solo en el personaje en sí mismo del detective, si no en las tramas. Estos relatos se quedan un poco cortos.

Así que sí, me ha gustado, entretiene, se lee en nada y me ha resultado una lectura curiosa, pero esperaba un poco más de este detective ferroviario. Thorpe Hazell no va a pasar a mi olimpo de detectives clásicos, y mira que lo siento.
Enlace: https://inquilinasnetherfiel..
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