El beso secreto de la oscuridad

El beso secreto de la oscuridad es una de esas novelas que si eres lector de novela romántica te recomiendo. Te gustará. Tiene un poco de todo para que disfrutes: una historia de amor, un amor malogrado, una búsqueda, un alma en pena, un misterio, gente buena, gente no tan buena, un presente gracias al que ella descubre su verdadera fuerza y un pasado que es el que es pero que busca descansar en paz. Aunque puedas pensar que tenemos una historia a dos tiempos, no es exactamente así, es algo más. Tiene ese note mágico necesario para que las cosas sean como deberían ser.

Kayla queda fascinada con un cuadro que decide comprarse en una subasta e ignorar todo lo que puede conllevar. El retrato es del siglo XVIII (de la escuela inglesa) y le hace plantearse su propio presente. Por otro lado tenemos al protagonista de ese retraso y lo que le ocurrió. No os desvelo nada si os digo que la novela tiene carácter paranormal.

Teniendo en cuenta que es una novela romántica que muestra una situación inverosímil, quizá algunas de las reacciones de los personajes son demasiado forzadas o ficticias; eso no le resta interés a la historia ya que es una novela muy entretenida. La historia del siglo XVIII aparece a través de escenas pequeñas, intensas, pequeños capítulos, que se entrelazan con la historia de la protagonista de la novela que es Kayla.

He tenido la sensación de que la novela está dividida en dos partes, una en la que ella es el centro y otra en la que nos encontramos, por fin, con su historia de amor.

Puedo entender que algunos lectores vean que no hay química entre la pareja de Kayla y ella, pero no lo comparto, porque la novela tiene esa parte de magia, de amor en el tiempo, que perdura, aunque pasen los siglos, así que la existencia de un amor a primera vista, con una atracción que se sale de lo habitual es, básicamente, lo que busca este libro y eso no debe extrañarnos. Si no hay más juego entre ellos, no hay grandes discusiones, es porque la autora lo ha querido así. Si fuera de otra manera, estaríamos hablando de otra historia. En esta se habla de vínculo, destino, alma, y todo dentro del marco romántico de la historia, que aunque cueste verlo y tarde un poco en llegar, está ahí.

Al principio no estaba convencida con esa estructura de pequeños capítulos con la historia del pasado, pero, a medida que he ido avanzando la lectura, me he dado cuenta de que ha sido lo más adecuado para aumentar y mantener mi interés y la intriga sobre lo que pasó finalmente, y cómo pasó.

Al final, cuando la terminas, te das cuenta de que el libro te ha dado justo lo que prometía: una bonita historia de amor con ese toque paranormal simpático que hace de nexo entre las dos épocas. Termina como se espera que termine; se resuelve de una manera sencilla y adecuada, y no implica muy complicación.

¿Qué buscas como lector al leer este libro? Precisamente lo que te da: una historia en el pasado, una historia en el presente, un nexo de unión, la búsqueda del amor, la familia, buenas personas, una pareja que se conoce, unida por el destino a través de los tiempos, una sonrisa fácil; creo que no pretende ser más de lo que es, y dentro de eso, creo que cumple muy bien su objetivo.

Dan ganas de seguir con el siguiente libro de la serie (El suave susurro de los sueños)

Por cierto, un aplauso por la edición de Libros de seda
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Un buen argumento para esta novela en la que se alternan dos historias: la de Kayla, que transcurre en la actualidad, y que es la historia principal; y la de Jago, en el siglo XVIII.

Kayla es una muchacha de lo más normal, su vida parece que transcurre por el camino perfecto: trabaja como secretaria en un despacho y en poco tiempo va a casarse con su jefe, Mike. A simple vista una vida perfecta. Hasta que el cuadro hace su aparición y empieza a obsesionarla. Un cuadro que no le trae más que quebraderos de cabeza, ya que rompe su compromiso con Mike, lo que le lleva a abandonar el trabajo. Y para colmo se pone a investigar lo que le ocurrió al hombre retratado en el cuadro. A simple vista, parece que Kayla se ha vuelto loca, que ha tirado su vida por la borda y se ha alejado de lo que realmente debe hacer. Sin embargo, todos estos acontecimientos la hacen reflexionar. ¿En realidad estaba haciendo lo correcto?

En su aventura por encontrar el paradero de Jago, el hombre del cuadro, Kayla conoce a sir Wesley Marcombe, el último descendiente de aquel. Wes es un prestigioso abogado, que, tras sufrir un divorcio traumático, centra todos sus esfuerzos en cuidar de su hija. En un principio, Wes parece el típico aristócrata estirado y antipático, sin embargo, es un hombre de lo más amable que se porta muy bien con Kayla, aunque a mi parecer, le falta un poco de gracia.

Por otro lado, está la historia de Jago Kerswell, que regenta la taberna del pueblo y a su vez se dedica al contrabando. Jago es un hombre audaz y noble, que se dedica a repartir el beneficio que obtiene como contrabandista, entre la gente del pueblo. Y Lady Elizabeth, una mujer desdichada, casada con el actual lord de Marcombe Hall, un hombre despiadado, y que encuentra la felicidad al lado de Jago. Lo que en principio parecía solo un simple deseo sexual, se convertirá en un amor profundo entre ellos. Los dos deben vivir su historia de amor en la clandestinidad. Una historia de amor triste e imposible, pero muy hermosa.

En el fondo, es una novela muy original, entretenida, y aunque a veces, la trama se queda un poco floja en algunas partes, esto no es ningún motivo que la haga desmerecer. Además cuenta con un final, para mí, perfecto, de esos en los que todo encaja, todo está en su sitio, y te dejan con una sensación muy buena.
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