El beso del infierno

De Jennifer L. Armentrout tenía pendiente, desde hacía mucho tiempo, Obsidian. Después de ver las reseñas de este libro, tan dispares, me interesé por algunos otros libros de la autora, como Mestiza y El beso del infierno. Con este libro tenía mucho miedo, porque decían cosas buenas y cosas malas, y sabiendo cómo soy yo para estas cosas, no sabía qué pensar. Pues bien, tardé mucho en leerme el libro, como dos meses, pero he de decir que engancha y mucho.

La pluma de Armentrout es de esas que aunque no te lleguen al corazón, hipnotizan. Tiene una manera de escribir muy fresca, y sus personajes son cercanos y muy diferentes a los demás, y no tienes la sensación de que los secundarios son como copias de los protagonistas. Lo único malo es que algunos secundarios se quedan en el aire y son capaces de dar más juego, pero veremos si eso se soluciona.

La trama me ha parecido muy original, ya que nunca había leído sobre gárgolas, y eso me ha gustado. La manera en la que ha sido llevada me ha parecido la perfecta, sobre todo con ese final de infarto que te deja con ganas de más y con esos personajes que te ganan casi sin que te des cuenta. Si bien es verdad que Layla me ha estresado durante todo el libro por su actitud, es un personaje muy entrañable. Lo mismo pasa con Zayne y Roth, que tienen un carácter muy marcado y son de esos que u odias o los amas.