El Viaje Del Tigre

He terminado este último libro publicado en España de la saga y la verdad, me alegro de que así fuese.

Kelsey no mejora nada, pero nada. Su comportamiento y forma de pensar, siempre con dudas, cambiando de hermano como quien se cambia de camisa durante el libro. Y lo mejor es que ni se molesta en apartar o contar las cosas.

Ren después de recuperarse de lo que pasa en el libro anterior (no quiero entrar en spoilers) se ha vuelto un personaje muy odioso, manipulador y celoso al punto de rozar la paranoia. de verdad que a veces daba miedo este tipo con los ataques que tenía.

Kishan ha sido mi favorito y la única razón por la que seguía leyendo el libro la verdad. Es amable, cariñoso y divertido. Y encima paciente y amable con la odiosa protagonista... En serio, es un sol

Nilima y Kadam también me ha parecido que brillan un poco más en el libro, algún que otro secundario también, aunque pienso que el antagonista es como Voldemort en el tercer libro de Harry Potter, sale un momento y chao.

Otro punto que me ha gustado es el tema de este libro, la busqueda de la siguiente reliquia y a qué se deben encontrar para conseguirla. Tambiénl me han gustado las descripciones, aunque un poco pesadas las escenas bajo el mar por que no había diálogo o interacción interesante.

En conclusión, en parte me alegro de que cerrarán la saga ahí por que la verdad, no quiero seguir leyendo nada de Kelsey, leería un libro de Kishan, pero de este par otra vez con sus peleas, ni por todo el oro del mundo.

Me gusta la historia, la ambitación en la India, la mitología, las aventuras, etc. Pero ella se me está empezando a hacer insoportable y Kishan un poco también. Casi que me gustan más Kadam y Nilima, y eso que no es que salgan mucho, que la propia protagonista. Ren, por supuesto, me encanta pero eso es evidente.
Al principio tenían un pase sus inseguridades, a estas alturas no. Creo que falta ver esa evolución en el personaje. Cualquiera diría que con todos los obstáculos que ha superado sería más fuerte, no sólo al enfretarse a los desafíos, que lo es, sino emocional y sentimentalmente.