El Gabinete de las Maravillas de Mr. Wilson

Interesante y muy curioso este libro, reeditado en 2022 por Impedimenta y publicado inicialmente hace 20 años, finalista del premio Pulitzer y con la coletilla promocional de ser uno de los libros favoritos de David Bowie.

Lawrence Weschler se introduce como un observador visitante en el Museo de Tecnología Jurásica en Los Angeles, dirigido por David Wilson y durante su sorprendente recorrido por las instalaciones, nos irá mostrando una serie de objetos variopintos y recreaciones de hechos históricos que aparentemente no guardan relación y dan impresión de un orden un tanto caótico.

de una recreación del Arca de Noé a un cuerno humano, de unas hormigas que al ingerir ciertas esporas les crecen protuberancias en la cabeza a microminiaturas realizadas en la cabeza de un alfiler o el hueso de una fruta. Comprobaremos como Weschler irá pasando de un escepticismo inicial a un moderado convencimiento después de realizadas considerables investigaciones.

Por si no fuera poco lo peculiar del lugar, parece ser que el propio Wilson es un personaje con características muy especiales, tanto físicamente si nos atenemos a la descripción mostrada en la que le pintan con rasgos bastante primitivos, como por su comportamiento a la hora de ofrecer curiosas explicaciones sobre los objetos allí presentes o sorprendiendo a los paseantes con una personal interpretación con un acordeón.

Pero además de contarnos su experiencia en este museo y con el señor Wilson, se nos muestra una visión más general de lo que en su día fueron los Gabinetes de Maravillas, auténticos precursores de los museos que hoy en día conocemos. Fueron muy populares durante los siglos XVI y XVII, propiciado por el descubrimiento del nuevo mundo y por todas las novedosas mercancías y objetos nunca vistos que eran traídos de lejanas tierras.

El libro viene acompañado de numerosas ilustraciones y fotografías que favorecen la comprensión por este asombroso recorrido donde resultará lógico mostrarse incrédulo y dubitativo ante algunos de los objetos mostrados. Aunque en algunos momentos podría resultar un poco tedioso para algunos lectores por la manera de relatar sus investigaciones, el tono general es ameno y en algún momento escrito con cierta sorna que motivará alguna sonrisa que otra 🙂.

Hoy no os prometo una reseña muy coherente, realmente es mucho lo que quiero decir y pocas las palabras que me surgen para decirlas.
Nuestros amigos de Impedimenta nos invitan a descubrir El Gabinete de las Maravillas de Mr. Wilson, obra Finalista del Premio Pulitzer y del National Book Critics Circle Award firmada por Lawrence Weschler.
Un artefacto literario sorprendente que celebra la tradición de lo maravilloso en nuestra cultura. Tal y como nos dice la contraportada: “Entre el rigor de la ciencia y las infinitas posibilidades de lo fabuloso, Weschler apela en este libro extraordinario al significado original de la palabra Museo como espacio dedicado a las muses, desafiando los límites que separan lo cierto y lo soñado”.
Si he de ser sincera elegí esta novela porque un título de Impedimenta es un acierto seguro, porque una novela Finalista de un premio Pulitzer ha de ser más de lo que parece y simplemente porque su título me convenció.
Vamos a retroceder en el tiempo, al año 1988, la ciudad de Los Angeles esconde en el Venice Boulevard un lugar donde la ficción se transforma en realidad, un museo de las rarezas donde detrás de sus curiosidades como unas hormigas que al comer un hongo acaban trepando por los árboles y muriendo dejando un cuerpo con un hongo insertado, o un murciélago capaz de emitir ondas que atraviesan el plomo, así como infinidad de curiosidades que solo serían capaces de creer después de ver, una locura real donde lo que quizás solo existiera en un imaginario es palpable en la realidad.
Este Museo esconde el gran dilema de la humanidad y para el que quizás seguimos sin estar preparados, así el autor coge las reminiscencias de las «Wunderkammern» del siglo XVI y nos coge de la mano como a fieles estudiantes deseosos de aprender y comprender a través de una sala de espejos que se mueve entre el rigor de la ciencia y la ficción del arte, yuxtaponiendo lo auténtico y lo fantástico, lo verdadero y lo imaginario que hay en todo museo.
Sobre la narrativa del autor solo puedo decir que es pulcra, directa, concisa y capaz de atrapar al más escéptico, las fotografías e ilustraciones a blanco y negro son un complemento perfecto para visualizar lo imposible y lo increíble.
Hay que agradecer a la traducción de Rosa Mª Bassols Camarasa el no perder ni un ápice de la esencia pura de la novela.
Solo puedo decir que perderse esta experiencia os dejara en el plano gris de la realidad y el imaginario, todo ello coge luz y color página tras página.

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