El chico de las estrellas

Chris Pueyo nos trae una historia muy personal y céntrica. "El chico de las estrellas" relata la vida de El Chico de Las Estrellas desde su niñez hasta sus veinte años, contando sus vivencias y recuerdos.
Una historia de superación, amor propio, ilusión e intensidad.

No creo que haya mejor modo de resumir el libro que con una cita del mismo: "El chico de las estrellas no es una historia de amor.
Es más bien el diario de un niño con miedos en un mundo Muerto donde los sueños llegan descalzos y despeinados a Ninguna Parte.
Una historia de libertad."

Así es, este corto relato personal esta repleto de experiencias y emociones contadas desde un único punto de vista, el del narrador, que resulta ser el protagonista de esta historia. Cuenta sobre el amor, el desamor, el autodescubrimiento, la amistad, la familia y uno mismo.

Sin duda es un libro que me ha gustado, ha sido muy ligero aunque rebosante de sentimientos. Sin embargo, esperaba que se tratase de una historia más extensa. Me ha parecido muy centrada en la experiencia de El Chico de Las Estrellas en el instituto y en su romance con su gran primer amor, sin dar a conocer mucho más.

Durante toda la lectura se puede apreciar la cantidad de referencias a otros personajes literarios, haciendo gran énfasis en Peter Pan, y por el modo en que está escrita esta dirigido a un público juvenil e informal.

En todo el libro se repiten muchas ideas, los personajes no tienen nombre vulgar, sino una idea: El Chico de Las Estrellas, La Dama de Hierro, La Arquitecta de Sonrisas; que describe a cada uno. Cosa que me pareció fascinante.

De otro lado, el narrador no solo cuenta la historia, sino que da su punto de vista sobre lo que ocurrió e interacciona con el lector haciéndole preguntas, aclarando conceptos y dirigiéndose al mismo con su propio lenguaje.

Me parece interesante que el narrador cuente la historia como si se la contara a un amigo nuevo tomando algo un día cualquiera en un lugar cualquiera, interrumpiendo la historia cuando le apetece y dando a conocer datos curiosos que no tienen relación con lo que está pasando.

En general es una lectura que me ha gustado, no puedo decir que me haya encantado, ni que haya disfrutado muchísimo leyendo. Pero eso es una cuestión propia que no me impide recomendar este libro a todo aquel público -sobretodo juvenil- que esté interesado en historias personales, vivencias de un desconocido.

Reconozco que me da vergüenza confesar que me encontraba entre las pocas personas que aún no habían leído El chico de las estrellas (Destino, 2015), la primera novela de Chris Pueyo, un madrileño nacido en 1994 con miles de seguidores a quienes llama, de forma cariñosa, «duendecillos». Casi cuatro años la he tenido en mi lista de pendientes hasta que, hace unos días, decidí reparar mi falta al enterarme, vía Twitter, que estaba a punto de terminar de escribir, no ya su segundo libro (que lo hizo, el poemario Aquí dentro siempre llueve fue publicado por Destino, en 2017), sino el tercero que, supongo, no tardará demasiado en ver la luz.

En su día había visto entrevistas a su autor, leído algunas críticas y reseñas literarias, así que tenía claro que sería una de esas lecturas que duelen. Me quedé corta; más bien, te desgarran por dentro. Y en mi caso, aún no tengo claro si lo que más me destroza es sentir empatía por Chris Pueyo —pues él es El chico de las estrellas—, o su capacidad para narrar de una forma increíblemente hermosa, desde la aceptación, los recuerdos dolorosos adquiridos desde su infancia hasta los veinte años.

Hay lectores que cuando comienzan la lectura de una obra van directamente al primer capítulo o, en su caso, al prólogo. Yo no. Yo antes me detengo en la dedicatoria y/o cita/s seleccionada/s por el autor y reflexiono. Siempre me resultan interesantes. Algunas veces, hasta me conmueven, como sucedió con El chico de las estrellas, un libro dedicado, entre otros, «a todos esos chicos que tienen más amigas que amigos, su voz suena más aguda de lo normal y caminan distinto. A los niños a los que llaman “maricón” por los pasillos del instituto. A quienes los defienden […] A los valientes. Este libro está dedicado a todo el que amó incluso cuando ya no quedaban razones. Pero sobre todo, este libro es para ti, abuela. De acero inoxidable». Los ojos ya se me humedecieron cuando después leí la cita de Million Dollar Baby: «La magia de librar batallas más allá de lo humanamente soportable se basa en lo mágico que resulta arriesgarlo todo por un sueño que nadie más alcanza a ver excepto tú». No había llegado al primer capítulo y ya tenía claro que estaba ante una obra muy personal, emotiva, que versaría sobre el camino que hay que recorrer y las batallas que librar, para alcanzar un sueño. Y hay que ver cuánto me acerqué, si bien jamás me imaginé lo difícil que sería ese camino para su protagonista.

El chico de las estrellas es una obra autobiográfica corta, juvenil, de poco más de doscientas páginas, cuya lectura aconsejaría, en especial, a cualquier persona joven, y no tan joven, que sufre (o ha sufrido) bullying, ya sea por su identidad u orientación sexual, por sobrepeso, por ser miope, friki, sordo, … por ser y sentirse diferente. Uno puede encontrar consuelo o, quizá una salida, en la filosofía de vida de Chris Pueyo, el chico de las estrellas, y el protagonista de esta novela. Una filosofía muy particular, basada en tres antídotos de la supervivencia.

«De las tormentas tristes, respuestas. De los meses del año, instantes. Del blanco de las paredes, estrellas».

El chico de las estrellas es una historia triste, sí, desgarradora, incluso, pero también es una bonita historia de superación y esperanza narrada desde la libertad y con grandes dosis de valentía, honestidad y sentimiento. Un conjunto de instantes húmedos, inmensos, valientes, felices, decepcionantes, satisfactorios, dolorosos, agridulces, tiernos, … vividos (y escrivividos) por su protagonista, ya sea en tremenda soledad o en compañía de amigas a quienes alude con nombres tan originales como La Arquitecta de Sonrisas, La Chica del Reloj de Pulsera o La Chica de las Arepas; y, a partir de cierta edad, instantes vividos bajo la tutela amorosa de su abuela, La Dama de Hierro.

Es el propio autor quien narra, a veces en primera persona, otras desde el punto de vista de un narrador omnisciente, la que fue su realidad en esa etapa de su vida. Y lo hace de una forma tan especial, desprende tanta magia su prosa, que recuerda a un cuento cuyos personajes, los buenos y los malvados, bien podrían pertenecer al País de Nunca Jamás, a Fantasía o a Narnia. Y me pregunto si la creación de este mundo particular fue su modo de protegerse de los dolorosos recuerdos que afloraron cuando se dispuso a plasmarlos en papel para sus posibles lectores. Recuerdos que, como lector, hieren como cuchillas. De verdad, durante la lectura me entraron unos deseos enormes de poder ser Hada Madrina y sujetar una varita mágica con la que convertir en piedra a los malvados de esta historia.

Hasta la edición en papel está lejos de ser convencional. Chris Pueyo escribe en tinta azul, remarca en negrita palabras o frases, cuando no las aumenta de tamaño. Llama la atención del lector sobre aquello que él desea destacar, lo que para él resulta significativo. Interactúa con este a lo largo de la narración.

El chico de las estrellas es una novela preciosa. De las que sientes cercanas, de las que perduran en la memoria. Leedla, si aún no lo habéis hecho; os gustará.
Enlace: https://despertaresdestonewa..

Tengo que comenzar esta reseña comentado que, cuando decidí adentrarme en su lectura, pensaba que me encontraría con una historia de ficción sobre un chico homosexual que vive y sobrevive en su día a día, haciendo frente al bullying escolar, al miedo por el rechazo de familiares y amigos una vez que se atreva a contarles su más preciado y temido secreto, a su primer amor, a su forma de ver el mundo, etc; pero, lejos de la ficción, lo que aquí nos encontramos es una historia tal real como la vida misma, tan real como la vida de su autor, Chris Pueyo que, con una prosa que roza la poesía y la dulzura, ha plasmado en poco más de 200 páginas la dura infancia y la difícil adolescencia como El Chico de las Estrellas, aquel joven que da nombre a sí mismo y que escrivive (como él dice) su historia y su vida.

El Chico de las Estrellas nos cuenta su historia, la de ese niño que sueña con una vida mejor aunque ésta se empeñe en ponerle una piedra tras otra por el camino, la del niño que ha aprendido a sonreír ocultando lágrimas, la del niño que acaba convirtiéndose en hombre, descubriéndose y aceptándose a sí mismo. El Chico de las Estrellas nos habla de su niñez, quizá la parte más difícil de la lectura al no haber tenido una infancia fácil ni marcada por el amor y el cariño que le corresponde tener a una madre para con su hijo; también nos habla de su adolescencia, de las burlas y el acoso al que fue sometido por su inclinación sexual cuando ni él mismo sabía lo que era; pero dentro de esa cruda realidad, también nos habla de sus ganas de avanzar, de acallar aquellas voces hirientes y de encontrar a su verdadero yo en un viaje difícil pero con la gran recompensa final de sentirse bien y feliz consigo mismo, con quién es y con cómo es.

En esta novela/autobiografía nos encontramos con personajes que han marcado un antes y un después, ya sea para bien o para mal, en la vida de El Chico de las Estrellas, pero sólo con la aparición de Chris, con su prosa y su forma de dirigirse al lector, tengo que decir que no hacen falta más personajes. Los diálogos son prácticamente escasos, ya que Chris nos relata su historia en primera persona a modo de diario y, bueno, esos personajes son imprescindibles en los diferentes caminos y decisiones que ha tomado El Chico de las Estrellas a lo largo de su vida, pero lo que prima en esta historia es la voz del personaje principal, su visión y su evolución. Chris Pueyo cuenta su historia con cierto toque poético. Adorna no sólo su nombre como El Chico de las Estrellas, sino también el de todas las personas presentes en su vida y su relato: La Dama de Hierro, La Chica de las Arepas, El Chico Más Guapo del Mundo, La Chica del Reloj de Pulsera... Estos motes le dan cierta magia y ternura a su pluma y, en especial, a esa etapa de su vida marcada por la dureza y la incomprensión, mostrando, al mismo tiempo, multitud de valores que calan en el lector.

El amor es un pilar importante en esta historia, pero no lo entendamos única y exclusivamente como romance, sino más bien como amor en todas sus formas: una abuela por su nieto, un amigo, el primer amor, personas que pasan de manera fugaz y dejan un poquito de su huella en ti... Pero, sobre todo, la más importante de todas: el amor a la vida y a uno mismo y, eso, Chris lo consigue al final de su relato. La vida no es camino de rosas, la vida tiene espinas y duele, pero está en cada uno de nosotros aprender a sacar lo mejor de cada situación y convertirlo en nuestra fortaleza.
Chris Pueyo me ha cautivado con su prosa y su historia y creo que es una novela que debería llegar a todos los lectores, pues su historia no es más que la historia de todos y cada uno de nosotros, sin importar edad, sexo o raza.

En resumen, 'El Chico de las Estrellas' es una novela que desnuda el alma de Chris Pueyo, su historia y su vida. Una autobiografía marcada por la delicadeza de una pluma que dulcifica la crudeza de una realidad que sigue afectando a millones de adolescentes; pero también es un paso más allá, es un canto a la vida, a la búsqueda y aceptación de uno mismo, y a amar libremente y sin límites a quien se quiera, sin importar sexo, raza o edad. Una novela que debemos leer al menos una vez en la vida.

Enlace: https://eraseunlibro.blogspo..

¡Feliz orgullo lectores y lectoras! Hoy os traemos el último libro de este #pridemonth, un libro muy especial que nos hecho llorar y reír a través de la historia de un joven LGBT que busca descubrirse a sí mismo.

Érase un niño que jamás vivió más de dos años seguidos en una misma casa, por lo que decidió pintar las paredes de sus habitaciones con estrellas. Su rechazo al colegio y una familia inusual le empujarán a emprender un viaje donde no todo serán constelaciones y pedirle deseos a la luna. Es hora de bajar al barro, equivocarse con una princesa y terminar encontrando un príncipe… ¿o no? Sus ansias de libertad, tres antídotos de supervivencia y unas botas plateadas le acompañarán por un mundo muerto donde los sueños llegan descalzos y despeinados a Ninguna Parte.

El chico de las estrellas ha sido una lectura que nos ha sorprendido mucho. al cogerlo sin expectativas claras me encontré con una lectura ágil y curiosa, en la que el autor te habla directamente al lector. Y no sólo eso, sus experiencias y la forma que tiene de contarlo te llega al corazón, al alma incluso. Jugando con los tamaños de letra y rompiendo la cuarta pared, la narración es muy entretenida y te atrapa completamente, haciendo que lo leas en un suspiro.

La historia de Chris es dolorosa y alegre a la vez, el autor te hace reír y dos páginas después te destroza el alma. Me he encontrado aguantando la respiración mientras leía algunas situaciones, mientras que en otras se me llegó a escapar alguna lagrimilla. Es increíble cómo transmite el autor su realidad, la dura vida que ha tenido que pasar para conocerse a sí mismo y admitir su realidad: ser homosexual. Después de muchos tropiezos, nuestro protagonista se levanta, sólo para volver a caer y levantarse de nuevo. Este libro trata sobre los baches que puedes encontrar a lo largo de tu vida y de cómo ser capaz de superarlos hasta encontrar la felicidad.

Me ha encantado este libro, a pesar de cogerlo sin expectativas. Una lectura ágil que te atrapa y te hace sentir, te llega al corazón y te hace ver esta dura realidad que poco a poco está cambiando. Una gran obra para leer en este día tan importante, ¡feliz #pride!

Irbis.

Desde que supe que iba el libro me dije que tenía que leerlo, de pequeña me enseñaron que el respeto es lo mas importante a la hora de tratar a las personas, que tratarlas como iguales es algo que todos tendrían que aprender a hacer. Este libro necesitaba leerlos mas por mi que por el libro en si. ya tenía una idea previamente echa gracias a todas las reseñas que había leído así como todo lo que mis amigos me iban contando cuando lo leían, así que por lo que veis esta reseña digamos que será especial y que pondré más corazón que cabeza en ella.

Este libro es una muestra clara de superación, de sueños cumplidos, de aprender a madurar y a quererse a uno mismo, a aceptar lo que uno es.
El chico de las estrellas es un libro especial, un libro del que no todo el mundo puede disfrutar, o que no todo el mundo puede llegar a entender o comprender.

Seguir la historia, sumergirse en sus paginas, y ver el cambio de un chico atormentado, un chico que tenía que mentir sobre lo que es… Mentirse a el y mentir a los demás, porque incluso en pleno siglo XXI la gente sigue viendo mal que dos hombres o dos mujeres estén juntos. quizá no sea algo que nos vengan enseñando, pero es algo que lleva presente en la historia desde la antigua Grecia y quien haya estudiado algo de historia lo sabe.

Este libro me ayudo a darme cuenta que esas personas que esconden lo que son, que no pueden ser quienes ellos quieren, y no solo hablo de los homosexuales, hablo de todas esas personas que por sus gustos musicales, su forma de vestir, de actuar, porque le guste leer,… Tiene que esconder lo que es y lo que le gusta hacer y todo por encajar en una sociedad en la que la superficialidad está a la orden del día.

Por mucho que intentara hablar mas de este libro me sería imposible, no creo que pudiera decir algo que aportará algo de lucidez a mis palabras sin hacer algún spoiler.

Quizá lo que mas me gusto, fueron todas las frases que me llegaron al corazón, todas esas que me hicieron reflexionar, que me hicieron viajar y soñar, es un libro de frases susurradas, de frases gritadas y de frases no dichas.

En definitiva recomiendo mucho esto libro a todas las personas que estén dispuestas a hacer un viaje de no retorno, a todas esas personas que tienen una mente abierta tanto al cambio como a la aceptación del resto de personas y sobre todo a esas personas soñadoras, a todas esas personas especiales.