¿Dónde está mi héroe?

Lisa KleypasJulia QuinnKinley Macgregor

ISBN : 8447358887
352 páginas
Editorial: Ediciones B (28/09/2006)

Calificación promedio : 3.67/5 (sobre 3 calificaciones)

Resumen:

Tres emocionantes y divertidas novelas breves de otras tantas autoras consagradas del género romántico histórico, en las que las protagonistas viven entretenidas aventuras y sortean inesperados obstáculos antes de conseguir al hombre de sus sueños... o de que el hombre que jamás habían imaginado se convierta al amor de sus vidas.
Escucha mi corazón de Lisa Kleipas, El caballero de la noche de Kinley MacGregor y Dos Hermanas de Julia Quinn tienen todo el encan... >Voir plus

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antología novela de amor literatura norteamericana

Críticas, Reseñas y Opiniones (1) Añadir una crítica

meg 20 February 2020

La antología ¿Dónde está mi héroe? contiene tres relatos firmados —cada uno de ellos— por algunas de las autoras norteamericanas más conocidas: Escucha a tu corazón, de Lisa Kleypas, Caballero de una noche de verano, de Kinley MacGregor (seudónimo de Sherrilyn Kenyon) e Historia de dos hermanas de Julia Quinn.
Estos relatos, de temática romántica histórica, están relacionados con alguna de las series de este famoso trío de escritoras, aunque pueden leerse de forma independiente. Lo complicado es encontrar el libro en sí porque hace años que fue editado y, al ser una antología, no es fácil dar con él. No obstante, tal vez tengáis la misma suerte que yo y lo tengan en la biblioteca pública.
Las tres historias me han gustado, aunque debo reconocer que me encantan las novelas de Lisa Kleypas y Julia Quinn, así que el primer y el tercer relato son mis favoritos, pero la historia medieval de Simon también me ha gustado mucho y seguro que leeré los libros de la serie a la que pertenece.

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meg19 February 2020

Hacía mucho tiempo que había aprendido que la gloria y las riquezas no significaban nada cuando estaban ante la tumba de un ser querido. No proporcionaban consuelo ni cariño.
No proporcionaban la auténtica felicidad.
Eso sólo lo hacían la amistad y la fraternidad.
Y, por supuesto, el amor.

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meg19 February 2020

—Debería casarse con un hombre capaz de vender su alma por pasar una sola noche con usted —comentó a la vez que apretaba más los hierros.
—Y cómo sabe que Wray no siente eso —susurró ella.
—Porque en ese caso usted ya no sería tan inocente. —Al decir eso se sonrojó levemente—. Si fuera mía, yo no habría podido esperar todos estos meses sin… —Se detuvo y tragó saliva.

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meg19 February 2020

(…) A lo largo de los años, su antipatía mutua aumentó hasta que no podían estar en la misma habitación sin enzarzarse en una discusión que ahuyentaba a los demás. Lydia había intentado mostrarse indiferente con él, pero tenía algo que la provocaba hasta lo más profundo de su ser. Cuando estaba con él decía cosas que no quería decir, y después se pasaba horas reflexionando amargamente sobre sus conflictivos encuentros. Durante una de sus peleas, Linley la había bautizado con el exasperante apodo de «Lydia Logaritmos», que la familia y los amigos todavía usaban a veces para fastidiarla.
Y ahora, finalmente, había tratado de frustrar su compromiso con lord Wray.

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meg19 February 2020

Siempre había deseado ser como las demás. Siempre había intentado emular a sus amigas y fingir que le gustaban las muñecas y los juegos de interior, cuando en realidad prefería subirse a los árboles y jugar a las batallas con sus hermanos. Más tarde, cuando sus primas estaban absortas en la moda, las aventuras románticas y otras diversiones femeninas, Lydia se había sentido atraída por el fascinante mundo de las matemáticas y las ciencias. A pesar de lo mucho que su familia la amaba y protegía, no podía aislarla de los rumores maliciosos ni de las habladurías que daban a entender que era una chica poco femenina, poco convencional; en definitiva, rara.

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meg19 February 2020

Lydia lo observó mientras el corazón se le encogía con un dolor dulce y extraño. «¡Oh, no!», pensó en un remolino de confusión y de pánico. En un momento de desconcierto, había perdido toda su suficiencia. Y temió estar enamorándose de un hombre al que conocía desde hacía años, un hombre tan conocido y aun así tan desconocido.

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