Diarios de bicicleta

Empezaré diciendo que Quería que me gustase este libro. Es decir, quería cerrar el año con una lectura buena. Tenía buenas referencias, el libro tiene una edición hermosa (Mondadori/Sexto piso), Byrne siempre me ha parecido una personalidad intrigante.

Siendo justos, quizá si no hubiese leído justo antes el libro de polaroids de grullas volando bajo un cielo naranja muy posiblemente mi rango de comparación entre un gran libro de viajes y este habría hecho que no resintiera tanto la lectura de Diarios de bicicleta. Pero no es así, no fue así ni será así. El libro al ser escritura pop, con referencias pensadas en la inmediatez referenciada del momento, se siente demasiado "outdated", sobre todo en la parte de San Francisco/Silicon Valley... y pensar que es un libro de apenas 5 años atrás (da para pensar en lo rápido que cambia el mundo tecnológico y lo desactualizado que puede dejar una obra en tan poco tiempo). No es culpa de Byrne (sus historias y apuntes son interesantes en la mayoría de las ocasiones). Ni del tiempo (vive para comer todo a su paso, no para ser comido). Sólo de su narrativa, pesada, excesiva, tan cercana a las cosas que critica de sus compatriotas.

En fin, puntos buenos:
1. Londres, Buenos Aires, Nueva York.
2. Berlin tiene sus momentos muy, muy altos (los mejores del libro) pero igual uno de los puntos más bajos junto con Sidney.
3. Cada que se menciona/apunta a lo hecho por Peñaloza (ex alcalde de Bogota)
4. El epílogo es genial, lo mejor del libro.

Para terminar: No es un libro malo, solo que no es un libro para mi.