Diario pinchado

“Diario pinchado”, de Mercedes Halfon. Es un texto breve, de lectura muy ágil, que se consume en una sentada. La narradora llega a Berlín a visitar a su novio, un poeta que ha recibido una beca, y escribe un diario dirigido a él que da forma a la narración y funciona como registro de sus experiencias, pero sobre todo de su interioridad. Desde el comienzo queda claro que a la protagonista no le gusta viajar, que tiene problemas para orientarse en lugares nuevos, que no maneja el alemán ni demasiado el inglés, y todas estas situaciones se ven agravadas por la falta de entusiasmo de su novio, que absorto en la escritura de su disertación y su nuevo círculo de amistades, la deja librada a sus propios medios. El título es un juego con los acontecimientos de la nouvelle. Uno de los conflictos de la pareja es que el departamento donde viven tiene un colchón inflable que se ha pinchado y no logran encontrar la forma de arreglarlo. El colchón funciona a la vez como metáfora de la pareja y de las expectativas acerca del viaje: todo se “pincha”, sumiendo a la protagonista en una gran soledad y una búsqueda por orientarse geográfica y emocionalmente.

Me gustó que la nouvelle me llevara a pasear por Berlín y sus alrededores (recomiendo leer con el celu al lado para ir googleando), y también como las ruinas del pasado en Berlín en cierto modo se equiparan con los restos de la relación con los que tiene que lidiar la protagonista. Como en esos memes de expectativa vs. realidad, Halfon nos dice que lo que proyectamos siempre es sólo un punto de partida irreal que da lugar a los verdaderos acontecimientos. “Eso ocurre con los orígenes. Hay un viaje muy ansiado e imaginado, tras el cual lo que se encuentra es otra cosa. Aun así, o precisamente por ese intercambio, hay un relato. Todo recomienza después del fuego y la decepción. Pero queda un residuo, una ceniza, cae un polvillo dorado, como una constatación.”

Hay libros que se le cuelan a una entre las costillas, como un soplo de aire fresco, como si fueran mariposas que, a pesar del frío, anuncian que, en breve, algo florecer ahí, entre nuestras vértebras. Yo, amante de los museos -que entra en éxtasis ante según qué obra de arte-, y tremenda desorientada -que se pierde en su propia ciudad, para reencontrarme con la mayor de las alegrías-, he sentido algo muy mío en esta lectura.

Diario pinchado (Las Afueras, 2021), es una novela corta, firmada por la poeta y cineasta bonaerense Mercedes Halfon. En forma de diario, la acción se sitúa en Berlín, ciudad a la que llega la protagonista, una joven argentina, para acompañar a su pareja, un escritor que lleva tres meses becado para un trabajo literario. Ambos residirán en un pequeño apartamento realquilado donde la extrañeza inicial derivará en un desinterés del becario, absorbido por su propia aventura, que hará mayor la herida del frío y la soledad.

Ella, una mujer culta y con problemas de orientación, anota su día a día en un cuaderno, sin ser consciente de que sus intentos de arreglar el colchón hinchable sobre el que duermen es tan complicado como remendar el amor. Su gusto por los viajes también se torna amargo cuando encontrar el norte se vuelve más complicado que nunca porque su miedo a perderse tiene más que ver con el temido momento de encontrarse, de mirarse en calma a una misma, que con los miles de pasos de más que la lleven de un lado a otro.

A través del relato minimalista llegamos a la evolución emocional de una mujer que acepta su soledad y aprende a adaptarse al cambio que se aprende del viaje, de la vida en otra ciudad, otro país. La supervivencia a través de la metáfora, del silencio que grita entre dos y se convierte en una melodía que rellena las páginas del diario que se ha quedado en nuestro corazón.
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Diario pinchado no es sólo un diario, es una novela corta, y también un ensayo. Diario pinchado es el relato de un vínculo que se desinfla. Es el testimonio de una persona perdida que es capaz de orientarse mientras escribe.

A modo de diario, Halfon, nos cuenta cómo una mujer viaja al encuentro de su pareja y se encuentra perdida en un país que no conoce y en una relación que le roba el aire.

De este relato no sabemos cuánto hay de ficción y cuánto de autobiografía, pero la autora lo usa como excusa para reflexionar sobre el perder(se) a/en alguien, y sobre el encontrarse. Y cómo este acto de vagar entre lo que entra y lo que sale, entre lo real y lo imaginado, es la escritura.

Mercedes se deshincha en este diario pinchado para darnos su aliento entre sus páginas.