Cuentos con mecanismo de relojería

Entre la inmensa y creciente marea de libros y autores por descubrir, dejarse atrapar por un título, (en este caso por su portada y subtítulo), lanzarse a la lectura y disfrutarla es algo que se agradece y mucho, Faruk Šehić ha sido para mí una grata sorpresa.

En este libro encontramos quince cuentos relativamente cortos atravesados por la guerra, que hablan de ella o la ponen como telón de fondo. Sus personajes son, sobre todo, supervivientes, personas que tiemblan, recuerdan, bucean en la desesperanza, suspiran, lamentan y aman. La muerte está presente y cada historia nos sumerge en una atmósfera de desolación y soledad. No diría que es un libro triste, pero sí reflexivo, un libro que cuestiona e interpela, que pregunta por el sentido de una guerra, que el mismo autor vivió, los enfrentamientos balcánicos de los noventa ¿Qué hacemos durante una guerra?, ¿Cómo vivimos después de la guerra?, ¿Dónde está el futuro si el presente se viste de guerra?, ¿Para qué?

Šehić ha sido reconocido como uno de los mayores representantes de la Generación Mutilada, aquellos escritores nacidos en Yugoslavia en los años setenta, hecho que pongo en relación con uno de los relatos presentes en este libro, "El hombre mutilado", aquí el personaje espera que los días pasen y en un futuro, que nunca se concreta, poder vivir bajo el sol y en calma, ser feliz, un imposible dentro de esta historia y tal vez un sentir compartido en la generación de autores a las que Šehić pertenece, aferrados a la palabra, a una literatura que hace de la crueldad y el horror algo ficticio e incluso fantástico, una figura que encuentra la literatura como respuesta y única arma, algo que también se puede leer en algunos cuentos, como "Mi Atlántida privada".

Guerra, muerte, desesperanza, sí, pero lo que titila, para mí, en todo el libro es la intensidad del presente, ese tiempo que es el único que nos pertenece (aunque sea una frase trillada), las experiencias cotidianas e internas que tienes cuando la muerte es una certeza, el dulce humo de un cigarrillo cuando se fuma debajo de un bombardeo.

La portada: Dos animales, un ave y un felino fundidos con el mecanismo de un reloj.
El subtítulo: Sevdah preapocalíptica.

Es un libro que desde el principio me llamó la atención y no me confundí.
No pude dejar de leer hasta que lo terminé. Está escrito de una forma bellísima.
La obra está formado por cuentos sorprendentes que no os dejará indiferentes, os hará pensar y reflexionar.

No es un libro que nos habla de la guerra en sí pero está presente de una manera u otra. Nos habla de la supervivencia o más bien de la supervivencia emocional. Mezclando la tragedia con la belleza. Una lucha. reivindicaciones de algún modo.

Al ser un libro cortito no quiero revelar mucha información para no hacer spoiler.
Ya que en este caso la línea es muy fina.

Pero lo que sí digo es que me ha sorprendido bastante y está lleno de emociones. Emociones inesperadas ya que es un libro cortito, pero muy intenso.
Lo recomiendo 100%

(...) el mundo ha estallado y nunca volverá a quedar de una pieza, así nos susurran las pantallas de los televisores.

Me encantan los libros tocho, pero también los de relatos. Estos de Faruk Sehic los he leído poco a poco, dejándome llevar por la corriente de tiempos pasados y futuros, dándoles vueltas, imaginando el horror y el desconcierto de la vida de personas que, como el autor, padecieron la guerra no hace mucho. Poco puedo decir de ellos, merece la pena leerlos y quedarse con la experiencia uno mismo, sin ir condicionado a sentir algo determinado. Por eso os invito a dejaros llevar, ya sea devorándolo o leyéndolo poco a poco, como hice yo.

Me quedo con Greta y La ofrenda. El primero me pareció un relato muy tierno, el segundo tiene un punto de fantasía bonito y crudo a la vez.

Llevo ya un tiempo sintiendo una gran atracción por la literatura de la Europa del Este. Gracias a la editorial, el lector español podrá conocer el trabajo increíble del autor bosnio Šehić. Y ha sido una sorpresa increíble. Šehić tiene una pluma cautivadora y muy dura. Como participante en la guerra de Bosnia, sus quince cuentos siempre tienen esa alusión a la guerra y a las barbaridades cometidas. Especialmente me ha dejado con mucha huella su cuento "El tiempo vuela", tremenda historia.

Los personajes de sus cuentos son siempre supervivientes, personas rotas por dentro y marcadas por la tragedia, la desesperación, el dolor, la desesperanza. También la propia muerte está siempre muy presente, como una protagonista más. Son personajes con una profunda psicología que llega hasta lo más profundo, personajes emocionalmente rotos y tocados. Sus ambientaciones también corren de la mano con todo esto, una atmósfera desoladora, triste, solitaria. Todo esto, con un lenguaje muy profundo y de gran belleza que invita a la reflexión.

Estos cuentos son muy cortos y tremendamente ligeros. La pluma del autor estaca principalmente por tres aspectos: el empleo de frases muy cortas y simples (sujeto, verbo y predicado), un lenguaje sencillo, cotidiano, cultural, poético y visual y muy duro y profundo, y una mezcla entre lo real, el recuerdo y el mundo imaginado y el de los sueños, sobre todo en algunos cuentos de corte futurista. Una lectura que no tiene desperdicio y que, desde luego, no dejará indiferente a nadie.
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