Como el viento de otoño

Esta es la primera vez que leo a Teresa y se que no será la última pues su delicada pluma me ha encantado: la manera en la que te sumerge en la novela, como te hace participe de la vida de los protagonistas y como cuenta todo de manera respetuosa y sensible. La ambientación es maravillosa y se nota que ha pasado mucho tiempo dedicándose a investigar sobre todos los lugares y costumbres de la zona, haciendo que puedas viajar con Enma a la pequeñita aldea gallega donde es destinada.
Pero siento que Como el viendo de Otoño no es un libro para todo el mundo, es un libro muy pausado, que te cuenta el día a día de nuestra protagonista, Enma y a pesar de que resulta interesante, muchas veces me daba la sensación de que no ocurría nada en la novela, pero sinceramente me dejaba guiar por Teresa hasta donde ella me ha querido llevar.
Enma, la protagonista de la novela, es un personaje que me gustó. Una mujer fuerte, con las cosas claras, de izquierdas y feminista. Necesito a una mujer como ella en mi vida, ella puede llegar a ser una persona imprescindible en tu vida: sabia, divertida no se deja amedrentar por nadie. Pero su vida no es perfecta y la soledad siempre a sido su gran compañero.
En la aldea donde se muda, conocerá a dos hombre que cambiaran por completo su vida:
- Miguel, un aldeano rudo, de pocas palabras pero de buen corazón, que no logré comprender del todo si os soy sincera. Sus silencios me hacían sentir incomoda, pues siento que, a pesar de todo, no lo llegamos a conocer nunca, se guarda para sí mismo innumerables secretos.
- Elias, el señorito de la aldea, refinado y adinerado, sindicalista y de izquierdas, un don Juan. Sin duda fue mi personaje favorito, tiene algo especial y único este personaje, es inevitable no caer rendida a sus pies.
Dos hombres que lucharan por el amor de Enma, ¿quien conseguirá conquistarla? Espero que lo descubráis, pues merece muchísimo la pena.
Pero no os penséis que este libro trata solo sobre romance, conoceremos el día a día de ser una profesora en 1934, veremos como Enma ama su trabajo y luchará con uñas y dientes para que sus niñas tengan el futuro que ellas quieran elegir, no el "impuesto" de ser madre y ama de casa, para ello tendrá que luchar contra la parroquia y los padres de las niñas quien no estarán dispuestos a que cambie su estilo de vida.
De fondo también iremos conociendo los acotamientos que ocurrieron durante esa época, tan importante para la historia de España.
Es una pasada como Teresa nos cuenta una historia magnifica a la par que nos enseña no solo historia, si no a ser mejores personas.

Debo reconocer que la sinopsis fue lo que más me llamó la atención a la hora de querer leer esta historia. El hecho de ser maestra me llevó a pensar que me sentiría identificada con la protagonista y que disfrutaría de esta historia, siendo algo bello y a la vez duro, debido a la ambientación de la novela.

Enma de Castro es una mujer joven y optimista, con gran vocación por la enseñanza, lo que la lleva incluso a abandonar Madrid para trasladarse a una pequeña aldea gallega, Esmelle, en la que ocupará el puesto de maestra en la escuela femenina.

Pero Enma se encuentra con el problema de que las ideas de la Segunda República española no han logrado calar en todos, y que las niñas aún no ven un gran futuro más allá de dedicarse a lo mismo que sus madres.

La actitud feminista de Enma choca con su engreímiento y esa idea de que debe gustar a todos. Me ha decepcionado especialmente al inicio de la historia, ya que me ha parecido muy hipócrita juzgando a otros, pero criticando a aquellos que se atreven a juzgar.
Agradezco que el personaje evolucione a lo largo de la historia, pero al principio se me ha hecho muy cuesta arriba y no me caía nada bien. Me costaba empatizar con ella y comprenderla. al menos, su evolución es positiva y se le acaba cogiendo cariño.

Elías Doval y Miguel Figueirido, por su parte, no pueden ser más distintos entre sí, pero aportan mucho a la historia, teniendo una curiosa relación con Enma, cada uno a su manera. Va a ser gracias a ellos y a la pequeña Claudia que Enma logre de verdad amar su nuevo hogar y adaptarse a todas las novedades de su vida.

La ambientación histórica parece bien documentada y se mencionan varios hechos históricos del siglo XX (especialmente de la Segunda República española), si bien no todos son los que mejor conocemos por haberlos estudiado en clase de historia.

La obra se centra mucho en el feminismo y los logros en cuanto a derechos de la mujer, mencionándose en varias ocasiones a Clara Campoamor y sus avances políticos en derechos de igualdad.

También se aprecian las diferencias que había entre la vida en Madrid y en un pueblo como Esmelle, demostrando que podía haber diferencias culturales incluso dentro de un mismo país.

Es una historia que merece la pena leer (al menos a partir de la mitad) si te gustan las historias de corte histórico en los que el romance no es la trama principal, pero sí tiene una importante cabida.

Ha sido una novela que me ha gustado bastante.
La ambientación y la época es genial y de vez en cuando me gusta leer libros ambientados en esta etapa.

Tengo que decir, que quizá el principio sea un poco lento pero, al compartir profesión con la protagonista, me gustó mucho saber cosas de cómo se desarrollaba la profesión en esos años de tanto cambio y represión.

Me gustó mucho la evolución de Enma ya que empieza siendo una chica de ciudad un tanto remilgada y poco a poco se va haciendo a la aldea, enamorándose de sus gentes y su cultura y dejando de lado esa actitud que era más una pose para agradarse a sí misma, al encajar en el prototipo de lo que ella creía que debía ser una mujer de la época.

Me encantaron tanto los personajes de Doval como de Miguel y la relación que se va forjando poco a poco con cada uno de ellos. Además, me enamoro el personaje de Claudia (aunque creo que siempre me pasa con los personajes de niños que son muy tiernos).

El desarrollo de la trama me gustó mucho también, creo que va de menos a más y que lo hace de forma muy pausada pero aún así, no podía parar de leer.

Hubo bastantes momentos en que lo pasé muy mal por lo que se contaba, más sabiendo que fueron cosas que pasaron en realidad, pero también hubo momentos muy bonitos y personajes con unos valores y unos principios tan firmes que me parecieron envidiables.

En definitiva, recomiendo mucho su lectura a los amantes de los libros anbientados en esta época.

"Les habló entonces de la dedicación, aprobada y fomentada en principio por la República, aunque prohibida después
Enma es una joven maestra cuyo primer destino la lleva a una aldea gallega, un entorno rural muy diferente al Madrid del que procede. Allí se enfrenta al reto de ganarse a sus alumnas, con métodos novedosos para la época, e incluso a la educación de sus madres organizando una escuela de adultas. Todo ello al tiempo que establece sendas relaciones con dos hombres del pueblo, una de amor y otra de profunda amistad, en una época (el final de la Segunda República) en la que está más que asentada la idea de que hombres y mujeres no pueden ser sólo amigos.

Llegué a esta historia atraída por el perfil de su protagonista, una mujer fuerte y con gran vocación docente, que representa perfectamente a aquellas maestras de la República que tan perseguidas serían en los inicios del franquismo. En su labor docente van a cruzarse dos hombres con los que ratifica sus deseos de independencia, aunque los tiempos que corren hacen cada vez más complicado ejecutar tal independencia como mujer (joven y sin marido que vele por ella).

En la contraportada puede leerse: "Una mujer fuerte, una aldea gallega, un señorito de izquierdas y un amante en una historia de amor y pérdida durante la Segunda República Española". Y, aunque todo eso está ahí, yo me quedo con su perfil como maestra.

"Como esas ventoleras de otoño que remueven las hojas de los árboles y cambian el paisaje"
Así llega Enma de Castro desde Madrid a una aldea gallega para ejercer de maestra.
Llevará métodos novedosos para educar a las niñas lejos de las rígidas maneras de la maestra anterior , iniciará la escuela de adultas para que las mujeres aprendan a leer, a escribir y a pensar y poco a poco se irá integrando en la vida de la aldea.
Dos hombres se cruzan en su vida, Elías culto, refinado y líder sindical y Miguel un campesino viudo y rudo que adora a su hija.

Es un libro pausado, bien escrito y que nos cuenta la vida de una mujer feminista, de izquierdas, soltera y maestra en una aldea en 1934 que intenta no depender de nadie, que quiere que las niñas tengan un futuro, el que ellas elijan no el que se le imponga por el lugar donde nacieron.
Un libro delicado sobre la fuerza de las mujeres en una epoca difícil.
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